/ viernes 3 de mayo de 2024

2024: ¿Elecciones presidenciales en Ucrania?

por Rina Mussali*

La elección de Volodymyr Zelenskyy en 2019 marcó un hito en la política ucraniana y cuatro años más tarde en la política internacional. Inicialmente, enfocado en implementar reformas al sistema judicial y combatir la corrupción, su presidencia resonó en la médula de la seguridad mundial, a propósito de enfrentar la invasión territorialdel oso ruso y las violaciones al Derecho Internacional. Aunque la ley prohíbe la celebración de elecciones en tiempos de guerra, su aplazamiento ha generado debate en los países occidentales y en la misma Ucrania.

Además de su impedimento por la ley marcial vigente, es díficil que los ucranianos acudan a las urnas en los próximos meses por insuficiencia presupuestaria. Los ingresos fijados en 48.4 billones de dólares, quedan muy por debajo del gasto previsto en 92 billones (Wilson Center). Además, se estima que el gasto del 2024 está enfocado en el sector defensa, inversión social, pensiones y financiamiento adicional en su esfuerzo bélico; claros obstáculos financieros a la planeación electoral.

Por otra parte, parece complicado organizar elecciones legítimas cuando millones de ucranianos están residiendo el extranjero o bajo asedio, sumado a la imposibilidad de que los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania voten desde las trincheras. Al mismo tiempo, no debería descartarse la posibilidad de una interferencia rusa en el proceso electoral desde distintas modalidades.

A pesar de estos desafíos, algunos defienden la idea de que las elecciones deben seguir adelante para demostrar el compromiso de Ucrania con la democracia. Tiny Cox, presidente neerlandés de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, juntoalos senadores estadounidenses republicanos Lindsey Graham y Richard Blumenthal, la demócrata Elizabeth Warren y el periodista Tucker Carlson, han instado a Kiev a cumplir el calendario electoral. Por su lado, el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, señaló en noviembre pasado que el presidente estaba evaluando los aspectos positivos y negativos de realizar elecciones, pese a enfatizar que no resultaba ser un momento adecuado.

Además, no está claro quiénes se presentarían, con la excepción del titular en turno y quizá OleksiyArestovych, exvocero presidencial y crítico de Zelenskyy, a su entender, por su “lentitud de contraofensiva”. El aplazamiento indefinido de las elecciones parlamentarias (desde 2023) y las presidenciales de este 2024, estarán entrelazadas con la evolución de los combates y la ampliación de la ley marcial, vía decreto presidencial el pasado 23 de abril.

A lo anterior se suma también la posible adhesión de Ucrania a la Unión Europea, tras la recomendación de la Cumbre del Consejo Europeo celebrada en Bruselas en diciembre 2023. Sin embargo, este paso crucial requerirá el apoyo unánime de los líderes de la UE, añadiendo una capa adicional de complejidad a la encrucijada que enfrenta Ucrania.En los próximos seis meses, otros acontecimientos y conmemoraciones deberán tomarse en cuenta:la Cumbre de la OTAN en Washington, en el marco de su 75 aniversario y pasado una década de las protestas delEuromaidán.

En medio de estos dilemas, la política ucraniana se convierte en un escenario de intrincadas decisiones, donde la integridad territorial, soberanía, estatus democrático y supervivencia humana están en juego. Después de todo, aunque la constitución ucraniana exige que las elecciones se celebren en el quinto año del mandato presidencial, también estipula que el mandato de un presidente concluye sólo cuando un sucesor presta juramento, lo que indica que VolodymyrZelenskyy podría continuar sirviendo como presidente incluso después de la expiración del mandato.


*Rina Mussali, fellow del UER Rusia-Ucrania, COMEXI

por Rina Mussali*

La elección de Volodymyr Zelenskyy en 2019 marcó un hito en la política ucraniana y cuatro años más tarde en la política internacional. Inicialmente, enfocado en implementar reformas al sistema judicial y combatir la corrupción, su presidencia resonó en la médula de la seguridad mundial, a propósito de enfrentar la invasión territorialdel oso ruso y las violaciones al Derecho Internacional. Aunque la ley prohíbe la celebración de elecciones en tiempos de guerra, su aplazamiento ha generado debate en los países occidentales y en la misma Ucrania.

Además de su impedimento por la ley marcial vigente, es díficil que los ucranianos acudan a las urnas en los próximos meses por insuficiencia presupuestaria. Los ingresos fijados en 48.4 billones de dólares, quedan muy por debajo del gasto previsto en 92 billones (Wilson Center). Además, se estima que el gasto del 2024 está enfocado en el sector defensa, inversión social, pensiones y financiamiento adicional en su esfuerzo bélico; claros obstáculos financieros a la planeación electoral.

Por otra parte, parece complicado organizar elecciones legítimas cuando millones de ucranianos están residiendo el extranjero o bajo asedio, sumado a la imposibilidad de que los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania voten desde las trincheras. Al mismo tiempo, no debería descartarse la posibilidad de una interferencia rusa en el proceso electoral desde distintas modalidades.

A pesar de estos desafíos, algunos defienden la idea de que las elecciones deben seguir adelante para demostrar el compromiso de Ucrania con la democracia. Tiny Cox, presidente neerlandés de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, juntoalos senadores estadounidenses republicanos Lindsey Graham y Richard Blumenthal, la demócrata Elizabeth Warren y el periodista Tucker Carlson, han instado a Kiev a cumplir el calendario electoral. Por su lado, el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, señaló en noviembre pasado que el presidente estaba evaluando los aspectos positivos y negativos de realizar elecciones, pese a enfatizar que no resultaba ser un momento adecuado.

Además, no está claro quiénes se presentarían, con la excepción del titular en turno y quizá OleksiyArestovych, exvocero presidencial y crítico de Zelenskyy, a su entender, por su “lentitud de contraofensiva”. El aplazamiento indefinido de las elecciones parlamentarias (desde 2023) y las presidenciales de este 2024, estarán entrelazadas con la evolución de los combates y la ampliación de la ley marcial, vía decreto presidencial el pasado 23 de abril.

A lo anterior se suma también la posible adhesión de Ucrania a la Unión Europea, tras la recomendación de la Cumbre del Consejo Europeo celebrada en Bruselas en diciembre 2023. Sin embargo, este paso crucial requerirá el apoyo unánime de los líderes de la UE, añadiendo una capa adicional de complejidad a la encrucijada que enfrenta Ucrania.En los próximos seis meses, otros acontecimientos y conmemoraciones deberán tomarse en cuenta:la Cumbre de la OTAN en Washington, en el marco de su 75 aniversario y pasado una década de las protestas delEuromaidán.

En medio de estos dilemas, la política ucraniana se convierte en un escenario de intrincadas decisiones, donde la integridad territorial, soberanía, estatus democrático y supervivencia humana están en juego. Después de todo, aunque la constitución ucraniana exige que las elecciones se celebren en el quinto año del mandato presidencial, también estipula que el mandato de un presidente concluye sólo cuando un sucesor presta juramento, lo que indica que VolodymyrZelenskyy podría continuar sirviendo como presidente incluso después de la expiración del mandato.


*Rina Mussali, fellow del UER Rusia-Ucrania, COMEXI