/ sábado 27 de abril de 2024

La Moviola / “Lo mejor está por venir”: Cáustica y nada solemne

@lamoviola

Metaficción sin hipocresías políticas, humor sutil en la que la que el protagonista entra en una calibrada, tersa bufonería, “Lo mejor está por venir” (Nanni Moretti, Italia, 2023), fluye en dos líneas principales: una reflexión sobre la banalidad del arte en los tiempos actuales y la firme posición política del director, siempre de izquierda, que no se siente en ningún momento paternalista ni aleccionador.

El marco es una dirección en la que los actores principales –entre los que está el propio Moretti– siguen la ruta de una ligera comedia. Pero “Lo mejor está por venir” (Il Sol dell’avvenire) resulta una obra más compleja y a la vez directa, que lo que el tono indica.

Por un lado, el periplo de un cineasta, “Giovanni” (Moretti), ya entrado en una vejez medio prematura, que filma una película cada cinco años y tiene a su esposa la diligente e infeliz “Paola” (Margherita Buy) como productora. La mujer, consulta al psicólogo a escondidas para decirle que ya no aguanta a su cada día más neurótico marido, mientas el psicoanalista contesta llamadas de su celular para escuchar las gracias de su nieta.

“Giovanni”, filma una película sobre la llegada de un circo en medio de una intervención armada de Moscú a Roma en los cincuenta. Desde el inicio, las dos historias se funden: la realización del largometraje y la película dentro de la película.

En el primer caso, la filmación, el caos llega a la vida de “Giovanni”: su mujer es cada día más indiferente, su hija casi adolescente tiene un noviazgo al parecer serio con un diplomático panzón que le lleva más de cuarenta años y el productor del filme no consigue recursos con facilidad.

La película dentro de la película, narra la crisis ideológica que envuelve a los personajes, en torno a la posición que deben tomar. El líder del Partido Comunista Ennio, interpretado por el anodino actor “Silvio” (Silvio Orlando, muy bien en su papel como ratoncillo asustadizo y a expensas de los caprichos de “Giovanni”), debe tomar una decisión respecto a la dirección. La filmación enfrenta mil problemas entre los que está la detención por deudas del productor “Pierre” (Mathieu Almaric, estupendo como siempre) y una desternillante cita con ejecutivos de Netflix, uno de los mejores momentos de la película.

En medio de su crisis existencial, el cineasta corrige escenas a un bisoño director que quiere emular a Tarantino y del que “Paola” es productora, le marca a Scorsese quien por supuesto no le toma la llamada y le confiesa a su hija que desde hace décadas toma antidepresivos.

Tal vez es lugar común apuntar que el tono Fellinesco está presente en el filme, pero su vocación de farsa lúdica, de posición política y de crítica hacia lo hueco de la actual industria vuelven la afirmación ineludible.

“Lo mejor está por venir”, es una aguda, suave, irónica y juguetona mirada a la crisis personal y creativa pero su neurosis como relato la convierten en una historia agridulce y cáustica.

Referentes en todo momento a filmes italianos sobre todo aunque no de forma exclusiva, música que mueve la memoria y a pesar de los temas que abordar una absoluta falta de solemnidad, convierten a “Lo mejor está por venir”, en un trabajo ineludible para cinéfilos. Créame, es lo mejor de esta semana.


@lamoviola

Metaficción sin hipocresías políticas, humor sutil en la que la que el protagonista entra en una calibrada, tersa bufonería, “Lo mejor está por venir” (Nanni Moretti, Italia, 2023), fluye en dos líneas principales: una reflexión sobre la banalidad del arte en los tiempos actuales y la firme posición política del director, siempre de izquierda, que no se siente en ningún momento paternalista ni aleccionador.

El marco es una dirección en la que los actores principales –entre los que está el propio Moretti– siguen la ruta de una ligera comedia. Pero “Lo mejor está por venir” (Il Sol dell’avvenire) resulta una obra más compleja y a la vez directa, que lo que el tono indica.

Por un lado, el periplo de un cineasta, “Giovanni” (Moretti), ya entrado en una vejez medio prematura, que filma una película cada cinco años y tiene a su esposa la diligente e infeliz “Paola” (Margherita Buy) como productora. La mujer, consulta al psicólogo a escondidas para decirle que ya no aguanta a su cada día más neurótico marido, mientas el psicoanalista contesta llamadas de su celular para escuchar las gracias de su nieta.

“Giovanni”, filma una película sobre la llegada de un circo en medio de una intervención armada de Moscú a Roma en los cincuenta. Desde el inicio, las dos historias se funden: la realización del largometraje y la película dentro de la película.

En el primer caso, la filmación, el caos llega a la vida de “Giovanni”: su mujer es cada día más indiferente, su hija casi adolescente tiene un noviazgo al parecer serio con un diplomático panzón que le lleva más de cuarenta años y el productor del filme no consigue recursos con facilidad.

La película dentro de la película, narra la crisis ideológica que envuelve a los personajes, en torno a la posición que deben tomar. El líder del Partido Comunista Ennio, interpretado por el anodino actor “Silvio” (Silvio Orlando, muy bien en su papel como ratoncillo asustadizo y a expensas de los caprichos de “Giovanni”), debe tomar una decisión respecto a la dirección. La filmación enfrenta mil problemas entre los que está la detención por deudas del productor “Pierre” (Mathieu Almaric, estupendo como siempre) y una desternillante cita con ejecutivos de Netflix, uno de los mejores momentos de la película.

En medio de su crisis existencial, el cineasta corrige escenas a un bisoño director que quiere emular a Tarantino y del que “Paola” es productora, le marca a Scorsese quien por supuesto no le toma la llamada y le confiesa a su hija que desde hace décadas toma antidepresivos.

Tal vez es lugar común apuntar que el tono Fellinesco está presente en el filme, pero su vocación de farsa lúdica, de posición política y de crítica hacia lo hueco de la actual industria vuelven la afirmación ineludible.

“Lo mejor está por venir”, es una aguda, suave, irónica y juguetona mirada a la crisis personal y creativa pero su neurosis como relato la convierten en una historia agridulce y cáustica.

Referentes en todo momento a filmes italianos sobre todo aunque no de forma exclusiva, música que mueve la memoria y a pesar de los temas que abordar una absoluta falta de solemnidad, convierten a “Lo mejor está por venir”, en un trabajo ineludible para cinéfilos. Créame, es lo mejor de esta semana.