/ martes 30 de abril de 2024

La voz de la IP / La polarización contamina todo buen proceso

Por Carlos Villaseñor Franco

Estamos en el pico de un proceso electoral que marcará un antes y un después en la historia de nuestro país. Y con ello, esperaría que las formas fueran distintas, para que los resultados sean otros ¿a dónde voy con esto? El domingo pasado, presenciamos el segundo debate entre las y el candidato a la presidencia de México, un encuentro que me deja pensando si la capacidad de responder es un reflejo de su capacidad para dirigir toda una nación – cabe mencionar, esta pregunta me la hago cada seis años en cada proceso electoral– la respuesta, ya la tiene usted en su pantalla cada mañana.

Este debate, como el primero, ha sido una exposición vertiginosa de acusaciones, el pan y circo de cada espacio como este, con honestidad creo que las y los mexicanos merecemos más fondo que forma, merecemos propuestas serias y estratégicas que nos permitan observar el proyecto que dará rumbo a todo un país; sin embargo, caemos en el vicio de los ataques, elevando estos encuentros a solo críticas y acusaciones, desde luego, una mala práctica polarizante, que más que dividir a la población hace que no se logre un verdadero análisis de todo un proyecto, un espacio tan oportuno para conocer a los aspirantes se vuelve en un conjunto de dimes y diretes que nos mantienen entretenidos, pero no mejor informados.

No soy un especialista en comunicación política, pero me sigue pareciendo un total desperdicio que los debates sirvan para hacer tambalear a los oponentes a través de las desacreditaciones, porque estas, podrían ser más retadoras si se tratara de preguntar como resolver, en lugar de solo evidenciar las fallas de los contrincantes. En fin, es solo mi apreciación que desde mi punto no construye, por eso considero que polarización contamina todo buen proceso.

Que cabe mencionar, estamos a 33 días de elegir a quien llegará a Los Pinos, y entre un debate y otro, los puntos han sumado y modificado las tablas, de ahí la relevancia de contar con herramientas e información, de presentar planes de trabajo.

Este debate lo esperaba particularmente por la relevancia temática a discutir: "La ruta del desarrollo de México", que abarcó el crecimiento económico, empleo e inflación, infraestructura y desarrollo, pobreza y desigualdad, cambio climático y desarrollo sustentable. Una verdadera luz para el progreso del país, que en estos rubros no ha avanzado como se proyectaba y que su crecimiento no refleja el potencial de sus ciudadanos.

Me remito al informe de CONEVAL sobre las estimaciones de pobreza multidimensional, donde el porcentaje de la población en situación de pobreza extrema permaneció entre 2018 y 2022 entre 7.0 y 7.1 por ciento respectivamente, lo que indica que la pobreza extrema pasó de 8.7 a 9.1 millones de personas en esta situación. Asimismo, este informe señala que la población con carencia por acceso a los servicios de salud pasó de 16.2 a 39.1 por ciento lo que representa un cambio de 20.1 a 50.4 millones de personas respectivamente.

Entonces, un debate que nos dé un norte de a dónde se dirigirán los esfuerzos de las políticas públicas económicas y sociales, serviría más para orientar sobre las acciones del desarrollo y la recuperación del bienestar social de las personas que viven en este conjunto de carencias.

Las y los mexicanos estamos listos para ver a nuestros candidatos con propuestas, queremos como ciudadanos tener una deción fundamentada, y como parte de una fuerza productiva, queremos luz para no debilitar a las unidades económicas que sostienen y apuestan por la economía familiar de muchos hogares en el país. En el progreso estamos todas y todos. #OpiniónCoparmex

Vicepresidente Nacional de Finanzas en Coparmex

Por Carlos Villaseñor Franco

Estamos en el pico de un proceso electoral que marcará un antes y un después en la historia de nuestro país. Y con ello, esperaría que las formas fueran distintas, para que los resultados sean otros ¿a dónde voy con esto? El domingo pasado, presenciamos el segundo debate entre las y el candidato a la presidencia de México, un encuentro que me deja pensando si la capacidad de responder es un reflejo de su capacidad para dirigir toda una nación – cabe mencionar, esta pregunta me la hago cada seis años en cada proceso electoral– la respuesta, ya la tiene usted en su pantalla cada mañana.

Este debate, como el primero, ha sido una exposición vertiginosa de acusaciones, el pan y circo de cada espacio como este, con honestidad creo que las y los mexicanos merecemos más fondo que forma, merecemos propuestas serias y estratégicas que nos permitan observar el proyecto que dará rumbo a todo un país; sin embargo, caemos en el vicio de los ataques, elevando estos encuentros a solo críticas y acusaciones, desde luego, una mala práctica polarizante, que más que dividir a la población hace que no se logre un verdadero análisis de todo un proyecto, un espacio tan oportuno para conocer a los aspirantes se vuelve en un conjunto de dimes y diretes que nos mantienen entretenidos, pero no mejor informados.

No soy un especialista en comunicación política, pero me sigue pareciendo un total desperdicio que los debates sirvan para hacer tambalear a los oponentes a través de las desacreditaciones, porque estas, podrían ser más retadoras si se tratara de preguntar como resolver, en lugar de solo evidenciar las fallas de los contrincantes. En fin, es solo mi apreciación que desde mi punto no construye, por eso considero que polarización contamina todo buen proceso.

Que cabe mencionar, estamos a 33 días de elegir a quien llegará a Los Pinos, y entre un debate y otro, los puntos han sumado y modificado las tablas, de ahí la relevancia de contar con herramientas e información, de presentar planes de trabajo.

Este debate lo esperaba particularmente por la relevancia temática a discutir: "La ruta del desarrollo de México", que abarcó el crecimiento económico, empleo e inflación, infraestructura y desarrollo, pobreza y desigualdad, cambio climático y desarrollo sustentable. Una verdadera luz para el progreso del país, que en estos rubros no ha avanzado como se proyectaba y que su crecimiento no refleja el potencial de sus ciudadanos.

Me remito al informe de CONEVAL sobre las estimaciones de pobreza multidimensional, donde el porcentaje de la población en situación de pobreza extrema permaneció entre 2018 y 2022 entre 7.0 y 7.1 por ciento respectivamente, lo que indica que la pobreza extrema pasó de 8.7 a 9.1 millones de personas en esta situación. Asimismo, este informe señala que la población con carencia por acceso a los servicios de salud pasó de 16.2 a 39.1 por ciento lo que representa un cambio de 20.1 a 50.4 millones de personas respectivamente.

Entonces, un debate que nos dé un norte de a dónde se dirigirán los esfuerzos de las políticas públicas económicas y sociales, serviría más para orientar sobre las acciones del desarrollo y la recuperación del bienestar social de las personas que viven en este conjunto de carencias.

Las y los mexicanos estamos listos para ver a nuestros candidatos con propuestas, queremos como ciudadanos tener una deción fundamentada, y como parte de una fuerza productiva, queremos luz para no debilitar a las unidades económicas que sostienen y apuestan por la economía familiar de muchos hogares en el país. En el progreso estamos todas y todos. #OpiniónCoparmex

Vicepresidente Nacional de Finanzas en Coparmex