/ sábado 22 de junio de 2024

Tech trends / Una deuda que al fin llega; la nueva Secretaría de Tecnología

@daguilargallego X

La reciente decisión de Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, de crear la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación representa un hito significativo para el país. Esta nueva entidad, liderada por Rosaura Ruiz, tiene el potencial de transformar el panorama tecnológico y científico de México, alineándose con las prácticas de otras naciones que han visto resultados positivos al establecer organismos similares.

La creación de una secretaría dedicada exclusivamente a la ciencia y tecnología es una decisión estratégica que podría catapultar a México al nivel de otras naciones avanzadas en estos campos. La misión de esta nueva secretaría será formular y conducir las políticas públicas en humanidades, ciencias, tecnologías e innovación. Esto incluirá la organización de un sistema de becas-crédito para estudios de posgrado, el impulso a la investigación científica, la promoción del desarrollo tecnológico y la coordinación del Sistema Nacional de Investigadores.

Varios países han establecido secretarías o ministerios dedicados a la ciencia y tecnología, obteniendo resultados impresionantes. Por ejemplo, Corea del Sur, con su Ministerio de Ciencia y TIC, ha convertido a la nación en un líder mundial en innovación tecnológica. El Ministerio de Ciencia y Tecnología de China ha jugado un papel crucial en posicionar al país como un gigante tecnológico, con inversiones masivas en investigación y desarrollo que han impulsado su economía.

En contraste, México ha destinado históricamente un porcentaje relativamente bajo de su PIB a ciencia y tecnología. Según datos de la UNESCO, México invierte alrededor del 0.4% de su PIB en investigación y desarrollo, comparado con el 4.2% de Corea del Sur y el 2.1% de China. Esta disparidad en la inversión refleja la necesidad urgente de un organismo que coordine y promueva la innovación de manera más eficaz.

La creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación puede ser el catalizador que México necesita para aprovechar su gran potencial. Al centralizar y fortalecer las políticas de ciencia y tecnología, el país puede mejorar su competitividad global, atraer inversiones extranjeras y fomentar un entorno de innovación.

Uno de los principales desafíos será aumentar la inversión en investigación y desarrollo, facilitar la colaboración entre universidades, centros de investigación y la industria privada, creando sinergias que impulsen el desarrollo tecnológico.

La inversión en ciencia y tecnología no solo tiene el potencial de transformar la economía, sino también de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de soluciones para necesidades locales con información y conocimiento global.


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La reciente decisión de Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, de crear la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación representa un hito significativo para el país. Esta nueva entidad, liderada por Rosaura Ruiz, tiene el potencial de transformar el panorama tecnológico y científico de México, alineándose con las prácticas de otras naciones que han visto resultados positivos al establecer organismos similares.

La creación de una secretaría dedicada exclusivamente a la ciencia y tecnología es una decisión estratégica que podría catapultar a México al nivel de otras naciones avanzadas en estos campos. La misión de esta nueva secretaría será formular y conducir las políticas públicas en humanidades, ciencias, tecnologías e innovación. Esto incluirá la organización de un sistema de becas-crédito para estudios de posgrado, el impulso a la investigación científica, la promoción del desarrollo tecnológico y la coordinación del Sistema Nacional de Investigadores.

Varios países han establecido secretarías o ministerios dedicados a la ciencia y tecnología, obteniendo resultados impresionantes. Por ejemplo, Corea del Sur, con su Ministerio de Ciencia y TIC, ha convertido a la nación en un líder mundial en innovación tecnológica. El Ministerio de Ciencia y Tecnología de China ha jugado un papel crucial en posicionar al país como un gigante tecnológico, con inversiones masivas en investigación y desarrollo que han impulsado su economía.

En contraste, México ha destinado históricamente un porcentaje relativamente bajo de su PIB a ciencia y tecnología. Según datos de la UNESCO, México invierte alrededor del 0.4% de su PIB en investigación y desarrollo, comparado con el 4.2% de Corea del Sur y el 2.1% de China. Esta disparidad en la inversión refleja la necesidad urgente de un organismo que coordine y promueva la innovación de manera más eficaz.

La creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación puede ser el catalizador que México necesita para aprovechar su gran potencial. Al centralizar y fortalecer las políticas de ciencia y tecnología, el país puede mejorar su competitividad global, atraer inversiones extranjeras y fomentar un entorno de innovación.

Uno de los principales desafíos será aumentar la inversión en investigación y desarrollo, facilitar la colaboración entre universidades, centros de investigación y la industria privada, creando sinergias que impulsen el desarrollo tecnológico.

La inversión en ciencia y tecnología no solo tiene el potencial de transformar la economía, sino también de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de soluciones para necesidades locales con información y conocimiento global.