La democracia no debe ser una palabra que se utilice únicamente en discursos de campañas políticas, clases en la Universidad y libros de ciencia política; su verdadero significado es la participación permanente de la ciudadanía y la rendición de cuentas por parte de los gobernantes. Pero ¿cómo la evaluamos?,¿será verdad -como dice el presidente Frank Underwood en House of Cards- que la democracia está sobrevalorada?,¿la democracia vale lo que cuesta?, ¿Es justo que los partidos políticos tengan11 mil 904 millones de pesos para las elecciones de 2018?, ¿solo hemos construido un sistema electoral y hemos olvidado fortalecer las instituciones democráticas?, ¿seguimos siendo ciudadanos imaginarios (dixit Fernando Escalante)?, pero mejor vamos por partes:
¿Qué es la democracia? Forma de gobierno originada en Grecia, donde no más de tres mil ciudadanos -mujeres y artesanos no formaban parte- participaban y debatían en el Ágora y la plaza pública -orígenes de la comunicación política-los derechos para discutir y votar las leyes. En México la apertura de la democracia electoral, comenzó con la instrumentación de las reformas de 1977, 1986, 1989-90, 1993 y 1996, que abrieron espacio a la formación de un sistema de partidos dispuestos en un patrón de competencia electoral.
En el mundo. La Fundación Internacional para los Sistemas Electorales asegura que México celebra una de las elecciones más costosas. En 2015 el INE obtuvomil 160 millones de dólares de presupuesto. Si lo comparamos con la India, país en el que vive casi una quinta parte de la población mundial; y donde votan más de 814 millones de personas; casi siete veces la lista nominal de nuestro país; durantela última elección se gastaron 4 mil 900 millones de dólares. El costo por participación deelector fue de seis dólares, casi la mitad de los 13 dólares que gastó México. Otro ejemplo es Alemania, que en 2013 el total del gasto de los partidos fue de 93 millones de dólares -una cuarta parte del financiamiento a los partidos políticos en nuestro país-. En Estados Unidos en 2012 los candidatos gastaron alrededor de siete mil millones de dólares; 20 veces más que lo que se gastó en México.
El costo. En México en las elecciones presidenciales de 2012 -participación de 63%- el promedio de cada voto fue de 346.80 pesos y el abstencionismo de cada ciudadano tuvo una pérdida de 599.08 pesos, lo que indica que el costo de la democracia aumenta en paralelo al crecimiento del abstencionismo (El costo de la democracia en México, Cámara de Diputados, CECOP, 2016).
Algunos ciudadanos se preguntan ¿para qué sirven las leyes electorales?, si no se respetan. Don Daniel Cosío Villegas, historiador y Fundador del FCE,tuvo mucha razón al decir que “el mexicano posee un enorme talento para idear y redactar leyes cuya hechura despertaría la envidia del jurista más encumbrado del mundo, y un ingenio inagotable para violar las leyes que inventa”. Sin embargo no hay que ser tan catastrofistas, ya que la mejor manera de exigir la rendición de cuentas es participando activamente en los asuntos de interés público. El politólogo italiano Norberto Bobbio decía que no hay cosa que perjudique más el espíritu del ciudadano que la indiferencia. Los clásicos griegos -Tucídedes y Pericles- sabiamente afirmaban: “consideremos a quien no participa en la vida del ciudadano no como alguien que mire por sus propios asuntos, sino como individuo inútil”. #Jap
*Académico de la FCPyS-UNAM, IPN y consultor político @gersonmecalco