¿Quién vigila al vigilante?
Esta semana se dieron a conocer por parte de las comisiones unidas de Transparencia y Vigilancia de la H. Cámara de Diputados los 56 aspirantes finalistas para ser titulares de los Órganos Internos de Control de tres Organismos Públicos Autónomos, El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), El Instituto de Federal de Telecomunicaciones (IFT) y La Comisión Nacional de Competencia Económica (Cofece).
Describiremos las funciones de estos tres organismos públicos autónomos para posteriormente comentar del proceso de selección de los titulares de los OIC y de la importancia de este proceso.
El INAI es un Organismo Constitucional Autónomo encargado de garantizar el derecho de acceso a la información pública en posesión de cualquier autoridad, entidad, órgano u organismo que forme parte de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como de cualquier persona física, moral o sindicato que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad en el ámbito federal. El INAI también se encarga de la protección de los datos personales en posesión del sector público y privado.
Cofece Órgano autónomo creado a partir de la reforma al artículo 28 constitucional de junio de 2013, encargado de vigilar, promover y garantizar la competencia y libre concurrencia en los mercados. Esta Comisión es resultado de hacer de la competencia un instrumento para el desarrollo del país.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones es un órgano constitucionalmente autónomo que tiene por objeto el desarrollo eficiente de la radio difusión y las telecomunicaciones, garantizando lo dispuesto en los artículos 6º y 7º constitucionales y con atribuciones exclusivas en materia de competencia económica para dichos sectores.
Para lograrlo deberá regular, promover y supervisar el uso, aprovechamiento y explotación de: el espectro radioeléctrico; las redes; la prestación de los servicios públicos de radiodifusión y telecomunicaciones, garantizando el acceso equitativo a infraestructura y otros insumos.
Los organismos públicos con autonomía constitucional son órganos garantes y en este sentido son los que vigilan el cumplimiento de algún o algunos preceptos constitucionales, por lo que se convierten en vigilantes del cumplimiento de la Constitución.
Y aquí surge la pregunta: ¿Y quién vigila al vigilante?, pues en una primera instancia es el Órgano Interno de Control quien tiene esta responsabilidad y para poder cumplirla tiene que tener absoluta autonomía con la administración de estos órganos garantes y esta autonomía, se refuerza con la transparencia con que se lleven a cabo los procedimientos de su elección, por eso la decisión que en próximos días tendrá que tomar la H. Cámara de Diputados en cuanto a quien debe de ser los Titulares de los OIC, se vuelve fundamental para que funcione el vigilante que vigila al vigilante.
La Autonomía Constitucional da de por sí una carga ética adicional a los funcionarios que trabajan en estos organismos, pues, la corrupción y la impunidad deben de estar fuera de estas instituciones y el vigilante (OIC) debe ser muy confiable y competente para garantizar mayor credibilidad de estos organismos.
Ojalá, que estas decisiones se den de manera transparente y sin cuotas partidistas, pues es precisamente la parte técnica-de control, lo que garantizara que se tenga certeza del trabajo de los OIC en los Organismos Autónomos. gerardo_tostado@yahoo.com.mx
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