/ miércoles 23 de agosto de 2017

Renegociación del TLC, ¿diálogo de sordos?

El domingo pasado, concluyó en Washington la primera ronda de renegociación y modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que tuvo como propósito sentar la posición de cada uno de los tres países miembros, así como el intercambio de propuestas para el análisis y consulta de sus respectivos gobiernos.

En un comunicado conjunto las partes declararon que “Las negociaciones seguirán a un ritmo acelerado”y que la segunda ronda de pláticas será en México, del 1 al 5 de septiembre.

Más allá de los protocolos acostumbrados y las expresiones de buenas intenciones ante los medios, en los trabajos internos, parecería que las delegaciones hablaban idiomas desconocidos cada uno con su tema sin tomar en cuenta la posición del otro.

Asimismo, llamó la atención la diferencia en el trato que dispensó Estados Unidos, a cada una de las partes: condescendiente y elogioso con Canadá, y duro y tajante hacia México, reiterando con puntos y comas la posición de su presidente Donald Trump, en el sentido de alcanzar mayores beneficios para su país, o cancelar el TLCAN con México. Así de terminante.

A pesar de lo anterior, las declaraciones de los negociadores mexicanos al término de la reunión, continuaron siendo de gran confianza, en el sentido de que logrará alcanzarse un punto de equilibrio, entre las propuestas drásticas de Trump y las necesidades de México de mantener vigentes los aspectos exitosos del TLCAN hacia nuestro país. ¿Cómo piensan lograrlo? ¿Con argumentos? ¿Explicando, como dijo algún ingenuo, a los negociadores estadounidenses, las enormes ventajas del TLCAN con México, para Estados Unidos?

Parece muy difícil, habida cuenta del empecinamiento deTrump contra México, sino por la zaga de desaciertos en su gestión gubernamental, hace que la coyuntura de castigar a un vecino vulnerable “plagado de corrupción e impunidad en prácticamente todos los terrenos” constituya para Trump una oportunidad de oro para recomponer su deteriorada imagen, ante la opinión publica de su país, pero sobre todo, ante sus votantes, que podrían impacientarse ante la falta de resultados de su administración.

Trump necesita tener éxito en algo, y la renegociación del TLCAN es la coyuntura perfecta para lograrlo. No en balde, a unas cuantas horas de la primera renegociación del TLCAN, empezamos a vivir circunstancias inusuales, como la caída de Telmex del servidor estadounidense que nos permite a los mexicanos conectarnos a Internet, que pudo haber sido accidental o no; o la alerta del gobierno estadounidense para que sus nacionales no visiten México por razones de inseguridad. ¿Coyuntura o presión de un gobierno poderoso, que querría recordarle al gobierno mexicano el tamaño de su poder…? Suena desmesurado, de ficción, pero está visto que en este mundo globalizado, la realidad supera por mucho, la más febril imaginación.

Los negociadores mexicanos se han traído a casa propuestas que deberán analizar y discutir a fin de elaborar contrapropuestas hacia la segunda ronda a principios de septiembre.

Ahí veremos de “que cuero salen más correas” porque más allá de la estridencia oficial, están los poderosos grupos económicos de aquel país, beneficiarios por más de dos décadas del TLCAN con México, que podrían influir a favor de nuestro país tanto en el Congreso como en la Casa Blanca. Si los negociadores mexicanos hacen bien su tarea, la segunda ronda podría dejar de ser el diálogo de sordos que hoy es. ¡Ojalá!.