por Martha Canseco González
Quien guarda la memoria y escribe la historia, se convierte en el único protagonista.
Una de las estrategias fundamentales que ha tenido y tiene el sistema hegemónico para mantener el status quo de la supremacía masculina es, por una parte, exagerar, sobre dimensionar, enaltecer lo masculino y lo que hacen los hombres.
A la par, invisibilizar, desdibujar, ridiculizar y borrar lo femenino y lo que hacen las mujeres.
Esto, en ambos casos se ha traducido en estereotipos sexistas que nada aportan a la equidad y la igualdad a la que aspiramos para tener una democracia de mayor calidad.
Y si profundizamos más, de hecho, el sistema usa también esa táctica, contra otros hombres a quienes, de una u otra manera, han vencido. No es casualidad que los conquistadores españoles, hayan construido los templos dedicados a su dios, sobre las pirámides de las civilizaciones más avanzada que la suya, a fin de que no quedara huella.
Tampoco es por azahar o accidente, que el crimen organizado en México, desintegre los cuerpos de sus enemigos luego de ser asesinados a fin no sólo de que no quede nada de esa persona, sino también que la familia no tenga nada que enterrar, ni rendir homenaje ni memoria, como si nunca hubiera existido.
Pero de aquellos hombres a quienes se considera y se consideran poderosos, ganadores, machos alfa, el imaginario colectivo se encarga de hacerlo notar. Ahí tenemos, como muestra, los adjetivos calificativos, y yo añadiría superlativos, que se dan al trabajo, la persona o desempeño de algunos hombres.
Por ejemplo, en Pachuca, cuna del futbol, hemos escuchado y leído, no sólo en la prensa deportiva, sino en el vox populi, adjetivos tan ridículos que rayan en lo absurdo. El eterno, el eminente, el fuerte, el formidable, el histórico, cuando resulta que son en muchas ocasiones simples hombres, más corrientes que comunes.
Esto, por supuesto no ocurre cuando es una mujer la que realiza la hazaña deportiva y no sólo deportiva sino de cualquier otra índole, el sistema machista nos niega la trascendencia.
La organización mexicana “Calles con equidad” busca precisamente reducir la brecha de género en tono al derecho a ser nombradas, reconocidas y contribuir así al pleno goce de los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres, incrementando el nombramiento de calles con nombres de mujeres destacadas por su devenir histórico.
Aquí algunos datos que da dicha organización, y que pueden darnos una clara idea de la inequidad que existe en nuestra cultura y sociedad respecto a la memoria e historia colectiva: Por cada calle Josefa Ortiz de Domínguez, hay 7 calles Miguel Hidalgo, 14 mil en total en México.
Ocho municipios del país, llevan por nombre Benito Juárez y 60 mil calles también. En México, existen 2 millones 472 mil vialidades registradas y de ellas sólo el 1 por ciento tienen el nombre de una mujer.
Según una encuesta hecha por el colectivo, las personas a quienes se les preguntó, mostraron preferencia porque sean las luchadoras sociales, (42 por ciento) las primeras a tomar en cuenta para un cambio de nomenclatura, científicas 25 por ciento, 18 por ciento artistas y 15 por ciento otras.
Creo que no es fortuita esta preferencia, los niveles de violencia contra las mexicanas y el número creciente de desaparecidas y desaparecidos en esta guerra desigual que estamos atestiguando, muchísimas mujeres la están enfrentando solas.
Ellas se están encargando de que las víctimas de la violencia machista, del crimen organizado y del silencio criminal de las autoridades y el gobierno, no sean olvidadas, reciban justicia o en su caso buscadas. Las buscadoras mexicanas son nuestra versión de las madres y abuelas de la Plaza de Mayo.
Es por eso que este lunes 13 de febrero, junto con la Secretaría de las Mujeres de Pachuca, por cierto, la única a nivel municipal que existe en el país, presentamos al cabildo la propuesta de nombrar, el próximo 8 de marzo, 10 calles de la ciudad en honor a mujeres que destacan por su trabajo, compromiso y activismo cotidiano.
El objetivo es también que, las futuras administraciones municipales, tomen esta acción afirmativa en favor de las mujeres, como una práctica común en favor de la equidad de género y la igualdad.
¡Por favor, deséenos éxito!
Pachuca tiene 15 mil vialidades, así que nombrar 10 en reconocimiento a mujeres de todos los ámbitos, no hace mayor mella a la memoria masculina, pero sin lugar a dudas será una manera de empezar a cambiar esta nociva práctica del sistema machista, de no nombrar para que no exista.
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