Larry Rubin / Director Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF)

En México, el sector salud enfrenta retos significativos que han permanecido durante años y que se han agudizado en la última década. A pesar de los esfuerzos realizados por el gobierno en diversos niveles, la cobertura y calidad de los servicios de salud continúan siendo insuficientes para atender las necesidades de la población.

La salud es esencial para toda persona, sociedad y nación, y procurar el acceso de la población a los medicamentos y servicios que necesita es un compromiso impostergable. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), se estima que un 12.6% de la población mexicana carece de acceso a servicios de salud. Esto representa aproximadamente 15.5 millones de personas que no cuentan con atención médica o acceso a medicamentos. La desigualdad en el acceso a la salud es evidente, ya que las comunidades rurales y los segmentos de menor ingreso son los más afectados.

Aunque el sistema de salud en México ha evolucionado en los últimos años, la calidad de la atención sigue siendo una preocupación. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que México ocupa el lugar 59 de 79 países analizados en cuanto a la calidad de la atención sanitaria. La falta de capacitación continua para el personal médico y una infraestructura insuficiente contribuyen a esta situación. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el 32.4% de las unidades médicas públicas presentan deficiencias en su infraestructura

Una de las principales barreras para el acceso a la salud en México es la escasa inversión pública, que actualmente equivale al 2.75% del PIB, mientras que en América Latina el promedio es de 6% del PIB. Por consiguiente, el gasto de bolsillo de la población en salud es de 47%, muy superior al promedio de la OCDE, que es del 24%. Se requiere más inversión en salud para el acceso de la población a medicamentos innovadores, así como a infraestructura y servicios hospitalarios y clínicos de calidad.

El acceso a la innovación también se ha obstaculizado debido a barreras regulatorias. México tarda entre 12 y 18 meses para aprobar medicamentos. Es indispensable que la transformación institucional inicie por los aspectos regulatorios que nos vuelvan más competitivos. Esto también derribará las barreras para la investigación clínica, lo que es crítico para el acceso temprano a la innovación. Mientras que en Latinoamérica éstos se aprueban en 45 – 60 días, en México tenemos demoras de 180 días, lo que nos pone en desventaja competitiva respecto a otros países de la región y nos quita oportunidades de inversión.

Actualmente, la industria farmacéutica invierte 200 millones de dólares anuales en investigación clínica, que podrían incrementarse a 4,000 millones de dólares en los próximos 6 años, con tiempos regulatorios más competitivos. México tiene el potencial para convertirse en un polo de innovación en América Latina. Actualmente países con menos recursos como Argentina, Chile y Honduras captan más inversión en investigación clínica que México. Una mayor inversión en investigación clínica generará más empleo y derrama económica, lo que asegurará un mejor futuro para todos.

Dra. Sheinbaum, al tomar las riendas del país en un momento crítico para el sector salud, es fundamental que su administración aborde las deficiencias que han persistido durante años y que se exacerbaron durante la pandemia de COVID-19. Es imperativo priorizar la inversión asegurando que todos los mexicanos, sin importar su ubicación geográfica o nivel socioeconómico, tengan acceso a atención médica innovadora y de calidad.

Un sistema de salud robusto no solo mejorará la calidad de vida de los mexicanos y mexicanas, sino que también es un motor fundamental para el desarrollo socioeconómico del país. Su liderazgo y decisión en estos temas serán cruciales para el bienestar presente y futuro de nuestra nación.

La AMIIF refrenda su compromiso con nuestro país y su gobierno para colaborar arduamente en construir un México saludable para todos.