/ martes 12 de noviembre de 2024

Agenda Confidencial / Enmendar algunos errores de AMLO: aduanas, por ejemplo

En su afán de contar con el apoyo incondicional durante su mandato del Ejército y la Marina, el presidente Andrés Manuel López Obrador otorgó a estas dependencias proyectos en diversas áreas donde los efectivos militares no contaban con los conocimientos ni tampoco estaban preparados para ejecutarlos.

Empecinado en que las Fuerzas Armadas tuvieran mayor participación en áreas estratégicas del gobierno les encargó también la administración de los puertos y varios aeropuertos; ya encarrerado les concedió la operación de todas las aduanas del país, con la instrucción de combatir la corrupción, el tráfico de drogas y de armas, para lo cual la Secretaría de la Defensa diseñó una estrategia consistente en reemplazar a todos el personal civil operativo y administrativo por militares “con formación aduanera” en todos los recintos que existen en territorio nacional.

A partir del 6 de diciembre de 2022, supuestamente ningún civil trabaja en ese sector: Jefes de turno, verificadores, moduladores, selección de vehículos para inspección, operadores tecnológicos, manejo de dispositivos electrónicos, área legal, cobro de impuestos, trámites administrativos diversos fueron reemplazados por militares.

Han pasado casi dos años de operación de la mencionada estrategia, y parece que ha sido un fracaso. En las aduanas más importantes del país, sobre todo las que se ubican en los puertos, el desorden es generalizado, el tráfico de drogas y de armas va en aumento, la corrupción sigue imperando, y lo más preocupante es que en algunas el crimen organizado “se ha metido hasta la cocina”; cobran “moches” para liberar contendores, extorsionan a los importadores de mercancías, han atentado contra la vida de los mandos aduaneros, como ocurrió la semana pasada en Manzanillo, Colima.

Quién haya convencido a López Obrador de que para combatir el tráfico ilegal de drogas y armas lo mejor era darle al Ejército y a la Marina el control de los puertos y las Aduanas cometió un grave error, pues para empezar ninguna de las dos entidades tenían en aquel entonces, ni tienen en la actualidad, el conocimiento la infraestructura suficiente para administrar los negocios, y mucho menos para combatir la corrupción que durante décadas ha imperado en todos los recintos fiscales del país, apuntan los especialistas y aquellos importadores que han caído en las redes de la delincuencia organizada.

Combatir la corrupción en aduanas y en los puertos es ilusorio. Lo que sí es real, y doblemente preocupante, es la actividad del crimen organizado, y la incapacidad del Ejército y la Marina para combatir al flagelo y a los carteles de la droga que, dicen, se disputan la plaza.

López Obrador nunca quiso que reconocer “que la regó”, al entregar a las Fuerzas Armadas la operación y administración de las aduanas, pero la presidenta Claudia Sheinbaum podría corregir el error y ordenar la retirada del Ejército y la Marina de aquellas “tareas” para las cuales, se insiste, no están preparados los efectivos militares. Obviamente no la tiene fácil la primera mandataria, porque seguramente algunos altos mandos no van a querer regresar lo que ya les dieron. Pero por el bien del país, hay que hacerlo, o al menos intentarlo, señalan los especialistas.

https://x.com/LuisSotoAgenda


En su afán de contar con el apoyo incondicional durante su mandato del Ejército y la Marina, el presidente Andrés Manuel López Obrador otorgó a estas dependencias proyectos en diversas áreas donde los efectivos militares no contaban con los conocimientos ni tampoco estaban preparados para ejecutarlos.

Empecinado en que las Fuerzas Armadas tuvieran mayor participación en áreas estratégicas del gobierno les encargó también la administración de los puertos y varios aeropuertos; ya encarrerado les concedió la operación de todas las aduanas del país, con la instrucción de combatir la corrupción, el tráfico de drogas y de armas, para lo cual la Secretaría de la Defensa diseñó una estrategia consistente en reemplazar a todos el personal civil operativo y administrativo por militares “con formación aduanera” en todos los recintos que existen en territorio nacional.

A partir del 6 de diciembre de 2022, supuestamente ningún civil trabaja en ese sector: Jefes de turno, verificadores, moduladores, selección de vehículos para inspección, operadores tecnológicos, manejo de dispositivos electrónicos, área legal, cobro de impuestos, trámites administrativos diversos fueron reemplazados por militares.

Han pasado casi dos años de operación de la mencionada estrategia, y parece que ha sido un fracaso. En las aduanas más importantes del país, sobre todo las que se ubican en los puertos, el desorden es generalizado, el tráfico de drogas y de armas va en aumento, la corrupción sigue imperando, y lo más preocupante es que en algunas el crimen organizado “se ha metido hasta la cocina”; cobran “moches” para liberar contendores, extorsionan a los importadores de mercancías, han atentado contra la vida de los mandos aduaneros, como ocurrió la semana pasada en Manzanillo, Colima.

Quién haya convencido a López Obrador de que para combatir el tráfico ilegal de drogas y armas lo mejor era darle al Ejército y a la Marina el control de los puertos y las Aduanas cometió un grave error, pues para empezar ninguna de las dos entidades tenían en aquel entonces, ni tienen en la actualidad, el conocimiento la infraestructura suficiente para administrar los negocios, y mucho menos para combatir la corrupción que durante décadas ha imperado en todos los recintos fiscales del país, apuntan los especialistas y aquellos importadores que han caído en las redes de la delincuencia organizada.

Combatir la corrupción en aduanas y en los puertos es ilusorio. Lo que sí es real, y doblemente preocupante, es la actividad del crimen organizado, y la incapacidad del Ejército y la Marina para combatir al flagelo y a los carteles de la droga que, dicen, se disputan la plaza.

López Obrador nunca quiso que reconocer “que la regó”, al entregar a las Fuerzas Armadas la operación y administración de las aduanas, pero la presidenta Claudia Sheinbaum podría corregir el error y ordenar la retirada del Ejército y la Marina de aquellas “tareas” para las cuales, se insiste, no están preparados los efectivos militares. Obviamente no la tiene fácil la primera mandataria, porque seguramente algunos altos mandos no van a querer regresar lo que ya les dieron. Pero por el bien del país, hay que hacerlo, o al menos intentarlo, señalan los especialistas.

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