/ martes 16 de julio de 2024

Agenda confidencial / Premios y recompensas de CS

Entre los premios y recompensas que ha otorgado la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, a la hora de elegir a los hombres y mujeres que integrarán su gabinete, destaca el que le dio a Lázaro Cárdenas Batel, quien será el Jefe de la Oficina de la Presidencia, dependencia que creó el enemigo público número uno de México, Carlos Salinas de Gortari.

A cambio de qué le otorgaron a Lazarito tan importante posición se preguntan los observadores, pues, hasta donde sepa, su contribución en el proceso electoral fue imperceptible, por no decir que nulo; tampoco se destacó como importante contribuyente de recursos financieros a la campaña de la candidata, como fue el caso de Alfonso Romo Garza, a quien el presidente lo recompensó --según los mismos observadores--, con dicho puesto en el que estuvo dos años durante los cuales se dedicó a “alborotar el gallinero”, mejor dicho al gabinete. AMLO desapareció la Oficina de la Presidencia y a Romo “le inventó” el cargo de Coordinador del Gabinete de Crecimiento Económico, en un país que lleva casi tres décadas con un crecimiento del PIB mediocre. En fin, una buena excusa para deshacerse del empresario.

Los malosos de MORENA aseguran que el nombramiento de Cárdenas Batel es una “cortesía” para el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien durante la 4T se ha mantenido como un “simple espectador político”.

Durante la época de los neoliberales, y hasta la breve estancia de Alfonso Romo, los diferentes titulares de la Oficina de la Presidencia fueron percibidos por la opinión pública como mezclas siniestras de Fouché, Maquiavelo y Rasputín… percepción que en un par de casos no quedó lejos de la verdad, pero que, en otras ocasiones, la mayoría, fue un exceso provocado por la ignorancia, por la mala fe o por la grilla.

SALINAS DE GORTARI inventó la Oficina de la Presidencia el 5 de junio de 1992, con dedicatoria para Joseph-Marie Córdoba Montoya, quien inauguró la fama sombría del área a su cargo. Nada sucedía en Los Pinos que no pasara por la aduana del temido político franco-español nacionalizado mexicano. ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN mantuvo vigente la Oficina mientras la encabezó Luis Téllez Kuenzler, quien se manejó con bajo perfil. Al finalizar el año 1997, a la mitad del sexenio, el presidente decidió la desaparición del área y repartió sus funciones en ocho gabinetes. VICENTE FOX QUESADA resucitó la oficina y la diseñó de manera que pudiera adecuarse a las características del psicólogo Ramón Muñoz Gutiérrez, quien cobró justa fama por su invención de los “mapas mentales” que guiaron una buena parte de las decisiones políticas del presidente (Si a Vicente Fox no le “subía el agua al tinaco”, imagínense la función de Ramoncito, decían los malosos).

FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, enemigo público número uno de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, mantuvo el área, pero la modificó sustancialmente para entregar a Juan Camilo Mouriño Terrazo un instrumento tan poderoso que lo colocó por encima del resto de los servidores públicos de primer nivel, incluyendo al primer secretario de Gobernación del sexenio, Francisco Javier Ramírez Acuña. En enero de 2008 se modificó la estructura y funciones de la oficina. El traje a la medida de Mouriño le quedó grande a Ruiz Mateos, y Felipe Calderón decidió repartir el poder. Patricia Flores Elizondo recibió la dependencia bastante disminuida.

ENRIQUE PEÑA NIETO designó a Aurelio Nuño y a Francisco Guzmán Ortiz, quienes “pasaron de noche” por esa dependencia.

En fin, vamos a ver con qué sorprende al respetable el señor Lázaro Cárdenas Batel.

@LuisSotoAgenda


Entre los premios y recompensas que ha otorgado la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, a la hora de elegir a los hombres y mujeres que integrarán su gabinete, destaca el que le dio a Lázaro Cárdenas Batel, quien será el Jefe de la Oficina de la Presidencia, dependencia que creó el enemigo público número uno de México, Carlos Salinas de Gortari.

A cambio de qué le otorgaron a Lazarito tan importante posición se preguntan los observadores, pues, hasta donde sepa, su contribución en el proceso electoral fue imperceptible, por no decir que nulo; tampoco se destacó como importante contribuyente de recursos financieros a la campaña de la candidata, como fue el caso de Alfonso Romo Garza, a quien el presidente lo recompensó --según los mismos observadores--, con dicho puesto en el que estuvo dos años durante los cuales se dedicó a “alborotar el gallinero”, mejor dicho al gabinete. AMLO desapareció la Oficina de la Presidencia y a Romo “le inventó” el cargo de Coordinador del Gabinete de Crecimiento Económico, en un país que lleva casi tres décadas con un crecimiento del PIB mediocre. En fin, una buena excusa para deshacerse del empresario.

Los malosos de MORENA aseguran que el nombramiento de Cárdenas Batel es una “cortesía” para el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien durante la 4T se ha mantenido como un “simple espectador político”.

Durante la época de los neoliberales, y hasta la breve estancia de Alfonso Romo, los diferentes titulares de la Oficina de la Presidencia fueron percibidos por la opinión pública como mezclas siniestras de Fouché, Maquiavelo y Rasputín… percepción que en un par de casos no quedó lejos de la verdad, pero que, en otras ocasiones, la mayoría, fue un exceso provocado por la ignorancia, por la mala fe o por la grilla.

SALINAS DE GORTARI inventó la Oficina de la Presidencia el 5 de junio de 1992, con dedicatoria para Joseph-Marie Córdoba Montoya, quien inauguró la fama sombría del área a su cargo. Nada sucedía en Los Pinos que no pasara por la aduana del temido político franco-español nacionalizado mexicano. ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN mantuvo vigente la Oficina mientras la encabezó Luis Téllez Kuenzler, quien se manejó con bajo perfil. Al finalizar el año 1997, a la mitad del sexenio, el presidente decidió la desaparición del área y repartió sus funciones en ocho gabinetes. VICENTE FOX QUESADA resucitó la oficina y la diseñó de manera que pudiera adecuarse a las características del psicólogo Ramón Muñoz Gutiérrez, quien cobró justa fama por su invención de los “mapas mentales” que guiaron una buena parte de las decisiones políticas del presidente (Si a Vicente Fox no le “subía el agua al tinaco”, imagínense la función de Ramoncito, decían los malosos).

FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, enemigo público número uno de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, mantuvo el área, pero la modificó sustancialmente para entregar a Juan Camilo Mouriño Terrazo un instrumento tan poderoso que lo colocó por encima del resto de los servidores públicos de primer nivel, incluyendo al primer secretario de Gobernación del sexenio, Francisco Javier Ramírez Acuña. En enero de 2008 se modificó la estructura y funciones de la oficina. El traje a la medida de Mouriño le quedó grande a Ruiz Mateos, y Felipe Calderón decidió repartir el poder. Patricia Flores Elizondo recibió la dependencia bastante disminuida.

ENRIQUE PEÑA NIETO designó a Aurelio Nuño y a Francisco Guzmán Ortiz, quienes “pasaron de noche” por esa dependencia.

En fin, vamos a ver con qué sorprende al respetable el señor Lázaro Cárdenas Batel.

@LuisSotoAgenda