/ martes 9 de julio de 2024

Agenda Confidencial / PRI, la misma historia 

Desde el domingo pasado en redes sociales los “malosos” del PRI empezaron a publicar esquelas anunciando “la muerte” de ese organismo político después de 95 años de existencia, y de haber gobernado al país durante 71 años ininterrumpidos.

Los médicos forenses afirman que el tricolor se enfrenta a una larga agonía después de que en 1994 el presidente Ernesto Zedillo, priista para quienes lo hayan olvidado, empezó a “dinamitar” las estructuras del partido, y dejó entrever, desde su llegada, que echaría al PRI de Los Pinos, lo que consiguió en el año 2000, cuando ninguneó al candidato tricolor Francisco Labastida Ochoa y optó por apoyar a Vicente Fox.

Fue Zedillo quien dejó al tricolor moribundo. Los priistas se la pasaron meses discutiendo qué hacer con el partido: refundarlo, reorganizarlo, modernizarlo, reestructurarlo, y hasta sugirieron cambiarle el nombre. No contemplaron la posibilidad de enterrarlo porque con los 10 millones de votos que tuvieron en esa elección —la del 2000— aunque sus detractores decían que eran 8 millones, pensaron que podrían regresar al poder, lo que ocurrió en 2012 gracias a la mercadotecnia, a la publicidad y a miles de millones de pesos que “invirtieron” para ello. Así fue como Enrique Peña Nieto consiguió sorpresivamente más de 19 millones de votos. Pero seis años les duró el gusto.

Después de la madriza que le pusieron en las elecciones de 2018, el PRI se enfrentó al mismo dilema del 2000, aunque agravado por el factor numérico: El 1 de julio del 18 sólo votaron 7 millones de personas, incluyendo simpatizantes, militantes; aunque los malosos decían que los “efectivos” no sumaban 5 millones. En esas condiciones, en 2019 Alejandro Moreno “Alito” se adueñó de la dirigencia del PRI, al que sólo le quedaban “los huesitos”.

Para quienes lo hayan olvidado, en el viejo PRI existieron tres “sectores” que organizaron disciplinadamente a la militancia durante siete décadas, y que sobrevivieron a la “docena trágica del PAN”, pero sin ser lo que antes fueron porque su utilidad política fue casi casi nula:

Confederación de Trabajadores de México, (CTM), fundada el 24 de febrero de 1936, en el gobierno de Lázaro Cárdenas.

Confederación Nacional Campesina (CNC), fundada el 28 de agosto de 1938, también en el gobierno de Lázaro Cárdenas.

Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), fundada el 28 de febrero de 1943, en el sexenio de Manuel Ávila Camacho.

Manco, tullido y con otros graves padecimientos llegó el PRI a la elección presidencial del 2024, en donde le pusieron una madriza similar a las del 2018 con “Alito” al frente, lo que tiene al partido al borde la “tumba política”. El grupito de malosos del tricolor que surgió en el sexenio de Zedillo, pronostica que el futuro del PRI es el mismo que el del PRD: “La muerte política”.

¿Y entonces para que lo quieren “Alito” y sus secuaces? Preguntan los analistas políticos bisoños.

¡Pues para seguir lucrando con el cadáver!

@LuisSotoAgenda

Desde el domingo pasado en redes sociales los “malosos” del PRI empezaron a publicar esquelas anunciando “la muerte” de ese organismo político después de 95 años de existencia, y de haber gobernado al país durante 71 años ininterrumpidos.

Los médicos forenses afirman que el tricolor se enfrenta a una larga agonía después de que en 1994 el presidente Ernesto Zedillo, priista para quienes lo hayan olvidado, empezó a “dinamitar” las estructuras del partido, y dejó entrever, desde su llegada, que echaría al PRI de Los Pinos, lo que consiguió en el año 2000, cuando ninguneó al candidato tricolor Francisco Labastida Ochoa y optó por apoyar a Vicente Fox.

Fue Zedillo quien dejó al tricolor moribundo. Los priistas se la pasaron meses discutiendo qué hacer con el partido: refundarlo, reorganizarlo, modernizarlo, reestructurarlo, y hasta sugirieron cambiarle el nombre. No contemplaron la posibilidad de enterrarlo porque con los 10 millones de votos que tuvieron en esa elección —la del 2000— aunque sus detractores decían que eran 8 millones, pensaron que podrían regresar al poder, lo que ocurrió en 2012 gracias a la mercadotecnia, a la publicidad y a miles de millones de pesos que “invirtieron” para ello. Así fue como Enrique Peña Nieto consiguió sorpresivamente más de 19 millones de votos. Pero seis años les duró el gusto.

Después de la madriza que le pusieron en las elecciones de 2018, el PRI se enfrentó al mismo dilema del 2000, aunque agravado por el factor numérico: El 1 de julio del 18 sólo votaron 7 millones de personas, incluyendo simpatizantes, militantes; aunque los malosos decían que los “efectivos” no sumaban 5 millones. En esas condiciones, en 2019 Alejandro Moreno “Alito” se adueñó de la dirigencia del PRI, al que sólo le quedaban “los huesitos”.

Para quienes lo hayan olvidado, en el viejo PRI existieron tres “sectores” que organizaron disciplinadamente a la militancia durante siete décadas, y que sobrevivieron a la “docena trágica del PAN”, pero sin ser lo que antes fueron porque su utilidad política fue casi casi nula:

Confederación de Trabajadores de México, (CTM), fundada el 24 de febrero de 1936, en el gobierno de Lázaro Cárdenas.

Confederación Nacional Campesina (CNC), fundada el 28 de agosto de 1938, también en el gobierno de Lázaro Cárdenas.

Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), fundada el 28 de febrero de 1943, en el sexenio de Manuel Ávila Camacho.

Manco, tullido y con otros graves padecimientos llegó el PRI a la elección presidencial del 2024, en donde le pusieron una madriza similar a las del 2018 con “Alito” al frente, lo que tiene al partido al borde la “tumba política”. El grupito de malosos del tricolor que surgió en el sexenio de Zedillo, pronostica que el futuro del PRI es el mismo que el del PRD: “La muerte política”.

¿Y entonces para que lo quieren “Alito” y sus secuaces? Preguntan los analistas políticos bisoños.

¡Pues para seguir lucrando con el cadáver!

@LuisSotoAgenda