/ lunes 3 de junio de 2024

Agenda confidencial / Se acabó el sexenio, dicen los “cupuleros” 

Para los empresarios agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial, conocidos como los “cupuleros”, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador ya se acabó después de la jornada electoral de ayer. Afirman que su administración estuvo caracterizada por una serie de promesas incumplidas, lo que es verdad, pero no se atreven a decir que en estos seis años han sido comparsas del gobierno, y que la actitud de sus dirigentes en estos seis años ha sido de servilismo.

Carlos Salazar y Francisco Cervantes, quienes fueron presidentes del CCE en este sexenio, no tuvieron las agallas de decirle en público ni en privado al Jefe del Ejecutivo que varias de sus políticas públicas se encaminaban al fracaso.” Estamos “tendiendo puentes”, decía el primero. “Lo que usted ordene señor presidente”, afirmaba el segundo.

Hoy que el sexenio ya se acabó, hacen un recuento de los fracasos en la lucha contra la corrupción y en la inseguridad; el impacto económico de la violencia en México durante 2023 fue de 4.9 billones de pesos, lo que representó el 19.8% del PIB, afirman. Pero al principio de la administración aplaudían, hasta sangrarse las manos, la estrategia de “abrazos no balazos, apuntan los observadores.

Señalan los empresarios que la promesa de crecer al 6% anual no se cumplió y que en los últimos años del sexenio muestra una clara tendencia a la baja para acercarse a niveles del 2.0%, lo que atenta contra la prosperidad y el bienestar de la población en general. Pero nunca se atrevieron a decirle al presidente ni a sus secretarios de Hacienda, que mentían a la sociedad cuando prometían que el país iba a dejar atrás el mediocre crecimiento económico que caracterizó a los sexenios de los neoliberales.

Otra promesa incumplida fue la del sector salud, apuntan, y recuerdan que a pesar de que el presidente prometió en diversas ocasiones tener el mejor sistema de salud del mundo, incluso superior al de Dinamarca, dicha meta no se cumplió en el tiempo marcado que era marzo del presente año. Y pese a que es imposible lograrlo, él se volvió a comprometer a lograr dicho objetivo antes de concluir su administración, es decir, en septiembre próximo. Ingenuos, ingenuos, tirando a …, pues.

Las promesas incumplidas a las que se refieren los “cupuleros” son muchas, tantas como las reuniones que tuvieron con el presidente de la República, y nunca se lo dijeron en su cara.

Finalmente, después de varias negociaciones en lo oscurito (en toda la extensión de la palabra), el Grupo Bimbo y Barcel aceptaron el convenio que les presentó Grupo Altor el 23 de mayo pasado, para comprarles su deuda que tienen en la empresa COPACO –que suma cerca de 600 millones de pesos-- a 11 centavos por cada peso.

La decisión de Bimbo y Barcel llama la atención de los especialistas, porque prefirieron tomar una pérdida de casi 500 millones de pesos, cuando podrían haber recuperado el total de la deuda, ya que todas y cada una de sus operaciones de compra de azúcar con COPACO las tenía afianzadas. Al aceptar y firmar el convenio ya no podrán reclamarles a las afianzadoras ni un quinto, dicen los enterados. ¿Cómo convencieron a Grupo Bimbo y a Barcel de aceptar el convenio de Altor? Pues todo es cuestión de imaginárselo.

Para los empresarios agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial, conocidos como los “cupuleros”, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador ya se acabó después de la jornada electoral de ayer. Afirman que su administración estuvo caracterizada por una serie de promesas incumplidas, lo que es verdad, pero no se atreven a decir que en estos seis años han sido comparsas del gobierno, y que la actitud de sus dirigentes en estos seis años ha sido de servilismo.

Carlos Salazar y Francisco Cervantes, quienes fueron presidentes del CCE en este sexenio, no tuvieron las agallas de decirle en público ni en privado al Jefe del Ejecutivo que varias de sus políticas públicas se encaminaban al fracaso.” Estamos “tendiendo puentes”, decía el primero. “Lo que usted ordene señor presidente”, afirmaba el segundo.

Hoy que el sexenio ya se acabó, hacen un recuento de los fracasos en la lucha contra la corrupción y en la inseguridad; el impacto económico de la violencia en México durante 2023 fue de 4.9 billones de pesos, lo que representó el 19.8% del PIB, afirman. Pero al principio de la administración aplaudían, hasta sangrarse las manos, la estrategia de “abrazos no balazos, apuntan los observadores.

Señalan los empresarios que la promesa de crecer al 6% anual no se cumplió y que en los últimos años del sexenio muestra una clara tendencia a la baja para acercarse a niveles del 2.0%, lo que atenta contra la prosperidad y el bienestar de la población en general. Pero nunca se atrevieron a decirle al presidente ni a sus secretarios de Hacienda, que mentían a la sociedad cuando prometían que el país iba a dejar atrás el mediocre crecimiento económico que caracterizó a los sexenios de los neoliberales.

Otra promesa incumplida fue la del sector salud, apuntan, y recuerdan que a pesar de que el presidente prometió en diversas ocasiones tener el mejor sistema de salud del mundo, incluso superior al de Dinamarca, dicha meta no se cumplió en el tiempo marcado que era marzo del presente año. Y pese a que es imposible lograrlo, él se volvió a comprometer a lograr dicho objetivo antes de concluir su administración, es decir, en septiembre próximo. Ingenuos, ingenuos, tirando a …, pues.

Las promesas incumplidas a las que se refieren los “cupuleros” son muchas, tantas como las reuniones que tuvieron con el presidente de la República, y nunca se lo dijeron en su cara.

Finalmente, después de varias negociaciones en lo oscurito (en toda la extensión de la palabra), el Grupo Bimbo y Barcel aceptaron el convenio que les presentó Grupo Altor el 23 de mayo pasado, para comprarles su deuda que tienen en la empresa COPACO –que suma cerca de 600 millones de pesos-- a 11 centavos por cada peso.

La decisión de Bimbo y Barcel llama la atención de los especialistas, porque prefirieron tomar una pérdida de casi 500 millones de pesos, cuando podrían haber recuperado el total de la deuda, ya que todas y cada una de sus operaciones de compra de azúcar con COPACO las tenía afianzadas. Al aceptar y firmar el convenio ya no podrán reclamarles a las afianzadoras ni un quinto, dicen los enterados. ¿Cómo convencieron a Grupo Bimbo y a Barcel de aceptar el convenio de Altor? Pues todo es cuestión de imaginárselo.