Lo ideal sería crear una Copa América “globalizada”, que incluya a todos los equipos del continente; pero al menos, como aliciente, debería existir algún partido contra Brasil, vencedor de la “Copa Sudamericana”
El efecto “Tatiano” sigue dando resultados, y justamente el ganar la Copa Oro ha significado más para el “Tata” Martino que para la propia Selección, ya que no estaba en juego prácticamente nada, si acaso el prestigio de una competencia descafeinada que no invita a competir absolutamente en algo más importante ante el hecho de ser el ganador de nuestra zona, que es la Concacaf.
Lamentablemente no está establecido ningún aliciente extra, por lo que recientemente sugerí que ya estando Yon de Luisa con los directivos de la Concacaf, durante la celebración de la Copa Oro, bien podría haberse hablado de crear un título continental entre el ganador de la Conmebol, en este caso Brasil, contra el ganador de la Concacaf, que fue México. Imagínense el nivel. Y hacerlo cada cuatro años, con un atractivo que, se los aseguro, acapararía los reflectores.
Aunque, debo aceptarlo, lo ideal, algo por lo que siempre hemos luchado, es que hubiera una Copa América globalizada, utilizando correctamente el nombre de todo el continente e involucrando, por supuesto, a todos los equipos del continente. De no ser así, entonces, como les digo, por lo menor sacarse de la manga el enfrentamiento antes mencionado y buscar un nombre que llene todo el continente, ya que el nombre de Copa América no cumple satisfactoriamente con esta exigencia: a este torneo deberían llamarlo Copa Sudamericana. Las negociaciones a las que hago referencia se deben de aprovechar en la búsqueda de un torneo que verdaderamente nos beneficie como continente, ya que, de momento, hay que decirlo, ni siquiera la Copa América cumple con ese requisito, y mucho menos la Copa Oro.
Volviendo al tema futbolístico, hemos aprovechado el bajo nivel que en varios años han mostrado los equipos que tanta dificultad nos han dado, como Estados Unidos, Costa Rica, Honduras y Panamá. Y ahora los que han mejorado mucho, de manera sorprendente, son Haití, Jamaica y Curazao. Esto significa que con la calidad y talento del futbol mexicano en cuanto a jugadores se refiere, fue suficiente para ganar esta Copa Oro. No hicieron falta los jugadores que no pudieron venir por diferentes razones, pero si yo soy el entrenador de la Selección Nacional, no desperdiciaría a ninguno de los jugadores que no asistieron por las razones varias que ya se saben, incluyendo a Carlos Vela, que hasta que no se defina una postura oficial de este jugador en el sentido de que ya no quiere ser tomado en cuanta en la Selección Nacional y anuncie su retiro de la Selección, de manera oficial, hasta que no se dé eso, hay que seguirlo considerando, al igual que a todos los talentos que México tiene.
Con lo que hay, nos alcanzó, pero para otras instancias fuera de la Concacaf necesitamos todo el potencial futbolístico en cuanto a jugadores se refiere.
El festejo fue importante, porque desde 2007 no nos enfrentábamos a Estados Unidos en una final, y este triunfo sirvió para que “Tata” Martino se sacudiera la mala racha que ha tenido él en cuanto a torneos y finales internacionales.
Queda de recuerdo en las vitrinas de la Federación Mexicana de Futbol esta copa, y obviamente los que ganaron el trofeo como el mejor portero, máximo goleador, etcétera, además de esas medallas que quedan en cada uno de los integrantes de la Selección como un gran recuerdo, pero sin duda quien lo va a poner en un sitio de honor va a ser el entrenador, quien lo festejó en todo lo alto, y esto le da confianza y motivación para la siguiente etapa, ya que el hubiera en el futbol como en la vida no existe, pero si no la hubiese ganado, lo digo por experiencia propia, la presión se iba a desatar.
¡Que te lo digo yo!