El mundo se encuentra amenazado por una tendencia al conflicto. En varias regiones del planeta se escuchan nuevos y diversos alzamientos de tensiones de distintas naturalezas y por diferentes causas. Frente a este escenario, los mexicanos tenemos que hacer gala de nuestra naturaleza fraternal, y generar un ambiente de colaboración y paz.
La diversidad de perspectivas es propia de una democracia fértil. El diálogo y la vigilancia son intrínsecas en una comunidad plural. Lo que nunca podrá ser favorable es el conflicto y el enfrentamiento destructivo.
Por eso, una vez terminada la fiesta democrática, resulta indispensable buscar puntos de coincidencia. Lo que corresponde ahora es poner sobre la mesa de debate público todas aquellas causas que nos unen, y por las que ahora tenemos que trabajar en estrecha colaboración en todos los niveles de gobierno.
Por ejemplo, estoy convencida de que todas las fuerzas políticas coincidimos en que debemos atender a las personas que se encuentran en situación de migración en nuestro país, que debemos dotarles de un estatus jurídico responsable y que debemos estar preparados con los recursos y medios para impedir crisis humanitarias y evitar el dolor que podemos evitar.
Del mismo modo, estoy segura de que todos coincidimos en que resulta urgente seguir trabajando para fortalecer el Estado de Derecho en todo el territorio nacional. Estoy convencida de que, como siempre, los Gobiernos locales estaremos preparados para colaborar con la estrategia de seguridad pública determinada por el nuevo Gobierno Federal. No tengo dudas de que todos pondremos nuestros recursos y nuestra voluntad para construir juntos la paz.
Así mismo, tengo la certeza de que nuestro país está listo para dejar atrás dicotomías que nos lastiman profundamente como Nación. Tenemos que trabajar juntos para robustecer a la clase media y lograr que el papel pujante que México juega en la economía global, se vea reflejado en la vida cotidiana de toda la sociedad mexicana. Para lograrlo será necesaria mucha solidaridad, generosidad y sentido de equidad por parte de todos, y estoy convencida de que será posible, pues en la historia de nuestro país hay múltiples ejemplos de cómo ante la adversidad y la necesidad de algunos, todos nos unimos. Juntos podemos potenciar esa característica tan nuestra, y acabar de una vez por todas con la desigualdad tan hiriente.
Sólo desde el ánimo y la esperanza se puede construir un futuro próspero. El resentimiento y la división son una infección que tenemos que extirpar de nuestra sociedad, más en una época en la que por todas partes la confrontación causa estragos irremediables para naciones enteras.
Ante las diferencias, respeto y diálogo; ante las coincidencias, colaboración y trabajo en conjunto.
Esa es la consigna de la democracia, y es la norma con la que yo misma he trabajado y trabajaré hacia adelante. Repetidamente he llamado a los chihuahuenses a generar unidad, y lo seguiré haciendo, porque sólo así, juntos, podemos soñar el futuro que queremos para nosotros y para las generaciones por venir. Y estoy segura de que lo vamos a lograr, porque juntos, ¡Sí podemos!
Abogada y Maestra en Administración y Políticas Públicas. Gobernadora del Estado de Chihuahua.