/ viernes 2 de agosto de 2024

Antena / La “mañanera” … ¿continuará?

A cincuenta y nueve días de concluir este sexenio y de iniciar un segundo mandato bajo un gobierno denominado la cuarta transformación (4T), la agenda de los temas nacionales se encuentra a punto de cocción, ya que existen una serie de circunstancias que reflejan un fin de sexenio complejo y de grandes retos para el entrante.

No es fácil el panorama nacional, lo que hace suponer que los nervios del gobierno, es decir, sus entrañas y vasos comunicantes se encuentran al máximo de percepción sobre cómo se mueven las cosas.

Para hacer frente no sólo a problemáticas, una de las vías que comúnmente utilizan los gobiernos es fijar una estrategia de comunicación social para poder transmitir a la población y a los medios que es lo que está aconteciendo, no sólo para cumplir con el deber de informar, sino también dar pie a la opinión de los periodistas, académicos o cualquier persona.

En el actual sexenio, la llamada “mañanera” -guste o no- se ha convertido en un modelo de comunicación social exitoso para el gobierno y el partido gobernante, desde temprana hora se plantea la posición gubernamental sobre educación, salud, seguridad pública, etcétera, hasta un ejercicio de preguntas y respuestas, y el propio ejecutivo federal ha señalado que es un espacio para ejercer su derecho de réplica.

Estas conferencias informativas fueron motivo de una encuesta realizada por el equipo de la virtual presidenta electa, la cual dio a conocer ayer, donde los resultados arrojan que un 33 por ciento desea que sea diario; 25 por ciento dos veces por semana y un 28 por ciento una vez por semana. Llama la atención que un 41 por ciento desea que se realice entre las 7 y 9 de la mañana y un 29 por ciento entre las 21 y 22 horas; horarios de significativa audiencia en radio y televisión.

Sin duda -en materia de comunicación social- el gobierno entrante debe valorar los instrumentos con los que podría contar para difundir lo que realizará, la “mañanera” es un modelo que ha demostrado ser bueno para sus fines, naturalmente, cada quien con su estilo y forma de expresarse; debido a que uno de los principales cuestionamientos por parte de la prensa es que se utiliza para atacar y estigmatizar a los periodistas o medios, y en el caso de la oposición lo ven como un espacio propagandístico.

La decisión si continúa o no la “mañanera” será del próximo gobierno, ya que la relación Estado-medios siempre tiene su complejidad; pero algo si debe quedar bien claro, para no repetir malos entendidos: los medios de comunicación son fundamentales para la existencia del debate plural e incluyente, una democracia deliberativa requiere de medios profesionales e independientes que informen y den a conocer los distintos puntos de vista que existan sobre un problema de interés público, para que así los ciudadanos puedan formarse una opinión propia sobre dichos temas.

A cincuenta y nueve días de concluir este sexenio y de iniciar un segundo mandato bajo un gobierno denominado la cuarta transformación (4T), la agenda de los temas nacionales se encuentra a punto de cocción, ya que existen una serie de circunstancias que reflejan un fin de sexenio complejo y de grandes retos para el entrante.

No es fácil el panorama nacional, lo que hace suponer que los nervios del gobierno, es decir, sus entrañas y vasos comunicantes se encuentran al máximo de percepción sobre cómo se mueven las cosas.

Para hacer frente no sólo a problemáticas, una de las vías que comúnmente utilizan los gobiernos es fijar una estrategia de comunicación social para poder transmitir a la población y a los medios que es lo que está aconteciendo, no sólo para cumplir con el deber de informar, sino también dar pie a la opinión de los periodistas, académicos o cualquier persona.

En el actual sexenio, la llamada “mañanera” -guste o no- se ha convertido en un modelo de comunicación social exitoso para el gobierno y el partido gobernante, desde temprana hora se plantea la posición gubernamental sobre educación, salud, seguridad pública, etcétera, hasta un ejercicio de preguntas y respuestas, y el propio ejecutivo federal ha señalado que es un espacio para ejercer su derecho de réplica.

Estas conferencias informativas fueron motivo de una encuesta realizada por el equipo de la virtual presidenta electa, la cual dio a conocer ayer, donde los resultados arrojan que un 33 por ciento desea que sea diario; 25 por ciento dos veces por semana y un 28 por ciento una vez por semana. Llama la atención que un 41 por ciento desea que se realice entre las 7 y 9 de la mañana y un 29 por ciento entre las 21 y 22 horas; horarios de significativa audiencia en radio y televisión.

Sin duda -en materia de comunicación social- el gobierno entrante debe valorar los instrumentos con los que podría contar para difundir lo que realizará, la “mañanera” es un modelo que ha demostrado ser bueno para sus fines, naturalmente, cada quien con su estilo y forma de expresarse; debido a que uno de los principales cuestionamientos por parte de la prensa es que se utiliza para atacar y estigmatizar a los periodistas o medios, y en el caso de la oposición lo ven como un espacio propagandístico.

La decisión si continúa o no la “mañanera” será del próximo gobierno, ya que la relación Estado-medios siempre tiene su complejidad; pero algo si debe quedar bien claro, para no repetir malos entendidos: los medios de comunicación son fundamentales para la existencia del debate plural e incluyente, una democracia deliberativa requiere de medios profesionales e independientes que informen y den a conocer los distintos puntos de vista que existan sobre un problema de interés público, para que así los ciudadanos puedan formarse una opinión propia sobre dichos temas.