Hoy se presenta el paquete económico para el ejercicio fiscal 2025, se trata del primer Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) del nuevo gobierno, veremos de dónde se obtendrá dinero (Ley de Ingresos) y en qué se gastará (PEF), además de cuál será la previsión económica ante varias situaciones: como la herencia del déficit público (deuda) y por las acciones que podría adoptar el gobierno de Estados Unidos y de Canadá, así como de los vaivenes mundiales.
En el argot legislativo al PEF se le compara con una especie de “cobija” que debe cubrir a todos -sin excepción- y que dicho manto no puede dejar descobijados a unos y sobre cubiertos a otros; es decir, que el dinero que ingrese en 2025 a las arcas públicas debe regirse por una planificación razonable y muy responsable que logre identificar prioridades, necesidades y que sea consensado.
Aunque la realidad política-legislativa muestra que los 364 diputados del bloque oficialista manejarán las cifras y el reparto de acuerdo con las indicaciones presidenciales, al ser su facultad exclusiva y tener una preponderante mayoría.
Son varios aspectos por considerar, en lo que atañe a los ingresos veremos si habrá alzas o modificaciones en contribuciones; también observaremos si se recurrirá a un mayor endeudamiento (déficit público), actualmente la deuda neta del Gobierno Federal asciende a 14 billones 626 mil millones de pesos (mdp); del mismo modo, será muy importante conocer las previsiones macroeconómicas, como el tipo de cambio.
En cuanto al gasto, el panorama es más complejo, hay una enorme presión de gasto por satisfacer la entrega de recursos para los programas sociales; el costo de la reestructuración administrativa; la reactivación del sector salud con vacunas y mayor atención médica, los necesarios recursos para seguridad pública para combatir la violencia e inseguridad; el costo del proceso electoral judicial y el dilema de seguir alimentando a los proyectos estratégicos como las empresas estatales, etcétera.
Por lo que toca al sector de telecomunicaciones y radiodifusión, veremos el gasto que se asigna a las entidades del sector, será muy interesante conocer cómo se redistribuirán los recursos de los órganos autónomos que se extinguen, por ejemplo, si desaparece el Instituto Federal de Telecomunicaciones será relevante conocer en qué proporción los recursos se destinaran a la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, y a la nueva autoridad de competencia económica, que son más de mil mdp.
También conoceremos si la política de gasto en comunicación social seguirá la inercia del sexenio pasado y cuánto destinarán a los medios públicos, criticados por ser propagandistas del gobierno.
Lo más importante del paquete económico es el manejo claro, ordenado y transparente de los recursos, su principal reto será que sus números logren tejer una “cobija” que cubra todas las necesidades, sin descobijar por razones políticas o ideológicas.