El día de ayer, el Pleno de la SCJN abordó un caso de interés nacional, con un matiz jurídico y político: la petición de varios jueces y magistrados que consideran que la reciente reforma constitucional para la elección popular del Poder Judicial afecta la autonomía e independencia judicial y la calidad de justicia para los ciudadanos.
El caso tomó relevancia ya que se está cuestionando una reciente reforma constitucional y existen dudas sobre si existe un camino jurídico para impugnarlo, asimismo el papel que debe desempeñar la SCJN, en términos de la facultad del Pleno que establece su Ley Orgánica, cuando exista una controversia entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo con el Judicial.
Precisamente, para estos litigios se crean los tribunales constitucionales, y ayer el debate en la SCJN versó sobre si admitía o no el asunto, la Corte decidió admitir el caso por 8 votos contra 3, por lo que regresara a la Presidencia de la Corte y se turnará a un ministro, se reitera no se resolvió el fondo del asunto sino sólo darle entrada a un reclamo.
La posición de los ministros que iban por admitir a trámite se sustentó en el papel que tiene la Corte para garantizar la independencia judicial, dar curso a una petición de justicia y permitir que en su momento haya un debate sobre el fondo del asunto relativo a si hubo vicios en el proceso de reforma constitucional, si se están afectando derechos y garantías, así como tratados de derechos humanos.
La otra posición, señalaba que la petición era notoriamente improcedente ya que no hay procedimiento ni vía para impugnar una reforma constitucional, que era un acto consumado, y que la SCJN se estaría excediendo de sus facultades al invalidar al poder reformador de la Constitución, y actuando parcialmente en favor de su propia permanencia.
Tan fue un debate robusto y vigoroso ayer en la SCJN, que hubo señalamiento de descalificaciones y adjetivos, así como llamados a que se eviten, ya que ellos demeritan y cancelan cualquier dialogo democrático en el marco de libertades.
La decisión de ayer permitirá que la SCJN pueda posicionarse institucionalmente sobre la reforma judicial con argumentos y votos, aunque es posible que el tiempo los alcance, ya que está realizándose la elección judicial, aunque si lo resuelven muchos anticipan que la 4T dejará de acatar una eventual decisión que invalide la reforma judicial. Aún esta la espada de Damocles sobre la actual SCJN, si insisten podría venir una adenda a la reforma judicial y separarlos ipso facto del cargo.
Para otros, la decisión de ayer son “patadas de ahogado” ante el poder político de la 4T que, han optado por desacatar resoluciones judiciales, y que a lo más que podrían llegar es a dejar planteado ese desacató, y dar cuenta de las violaciones que eventualmente se podrían reiterar ante una instancia internacional. En fin, la mayoría en la SCJN volvió a llegar tarde.