/ jueves 13 de abril de 2023

Ardua y necesaria, la batalla contra la inflación 

La inflación es una de las variables económicas que más afectan a las familias de manera directa. Además, son los hogares pobres los que padecen más la subida de los precios, ya que estos núcleos destinan una proporción mayor de su ingreso al consumo —sobre todo de alimentos—, y además carecen de opciones para mantener el poder adquisitivo del dinero.

La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó que en marzo de este año la inflación se desaceleró por segundo mes consecutivo en México y llegó al 6.85 por ciento, por debajo de la tasa registrada en el periodo anterior a marzo de 2022. Es el nivel más bajo registrado en 17 meses.

La inflación subyacente, que no contempla los elementos volátiles, como los alimentos frescos o la energía, también se desaceleró a un 8.09 por ciento anual a marzo, su registro más bajo desde agosto del 2022. Esto nos indica que las presiones inflacionarias están disminuyendo en forma gradual. Sin embargo, el objetivo de la autoridad monetaria en México es tener una inflación del tres por ciento, así que todavía falta trecho por recorrer.

El fenómeno inflacionario es global. El año pasado fue complicado para los países de América Latina por las interrupciones en el comercio con socios clave y la incertidumbre mundial. Dos factores fueron cruciales en las dificultades económicas: la pandemia de COVID-19, que afectó las cadenas de suministro, y la guerra en Ucrania, que presiona el precio de los cereales y los productos energéticos. Este año se suma la volatilidad financiera. En el 2023 todavía se prevén tasas de interés altas y una caída en los precios de las materias primas.

En América Latina, según estudios, la mayor parte del alza en los precios no proviene de factores domésticos, sino de elementos globales, como los ya citados. Agravan la situación los montos de deuda externa, los efectos negativos del cambio climático en las cosechas y las medidas unilaterales comerciales impuestas a algunos países.

Ante esta problemática, México convocó a una alianza entre naciones de la región, para atenuar el incremento de precios y fortalecer la integración y el comercio. Presidentes y líderes acudieron a la cita virtual. La idea es implementar acciones que faciliten el intercambio de importaciones y exportaciones, así como armonizar las regulaciones sanitarias y fitosanitarias de los productos. Para que esto ocurra, se acordó que un grupo de trabajo identificará lineamientos de cooperación para los productos básicos, insumos, fertilizantes químicos y orgánicos. También se promoverán medidas para agilizar el financiamiento de proyectos agrícolas, agroindustriales y de infraestructura.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó hace unos días una revisión sobre las perspectivas económicas globales para 2023. En este documento señala que los precios más bajos de las materias primas y la reapertura total de China contribuyen de manera favorable a revisar al alza las proyecciones de crecimiento para este año. En el 2022 se observó un crecimiento de la región de casi un cuatro por ciento, el aumento en el empleo y la recuperación en el sector de los servicios.

Estimaciones de la OCDE apuntan que la inflación general disminuirá este año y el siguiente en casi todas las economías emergentes y desarrolladas. Ya se observa el resultado de las acciones de contención de los bancos centrales y del descenso de los precios mundiales de los alimentos y la energía. Sin embargo, la inflación subyacente todavía tiene un nivel alto en algunos países de la región, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los métodos para contener los procesos inflacionarios se deben acompañar de acciones para fortalecer las redes de protección de quienes más las necesitan. Además, es preciso también implementar medidas para mejorar la productividad, promover la inversión y facilitar la creación de empleos.

Al respecto, en otros momentos comenté sobre la importancia de mejorar las condiciones del campo, elemento crucial para solucionar el alza de precios y la dependencia de alimentos básicos. También reitero mi convicción de apoyar al Ejecutivo federal en sus esfuerzos para contener la inflación y evitar que los hogares más pobres padezcan por el incremento de los costos.


ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA


La inflación es una de las variables económicas que más afectan a las familias de manera directa. Además, son los hogares pobres los que padecen más la subida de los precios, ya que estos núcleos destinan una proporción mayor de su ingreso al consumo —sobre todo de alimentos—, y además carecen de opciones para mantener el poder adquisitivo del dinero.

La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó que en marzo de este año la inflación se desaceleró por segundo mes consecutivo en México y llegó al 6.85 por ciento, por debajo de la tasa registrada en el periodo anterior a marzo de 2022. Es el nivel más bajo registrado en 17 meses.

La inflación subyacente, que no contempla los elementos volátiles, como los alimentos frescos o la energía, también se desaceleró a un 8.09 por ciento anual a marzo, su registro más bajo desde agosto del 2022. Esto nos indica que las presiones inflacionarias están disminuyendo en forma gradual. Sin embargo, el objetivo de la autoridad monetaria en México es tener una inflación del tres por ciento, así que todavía falta trecho por recorrer.

El fenómeno inflacionario es global. El año pasado fue complicado para los países de América Latina por las interrupciones en el comercio con socios clave y la incertidumbre mundial. Dos factores fueron cruciales en las dificultades económicas: la pandemia de COVID-19, que afectó las cadenas de suministro, y la guerra en Ucrania, que presiona el precio de los cereales y los productos energéticos. Este año se suma la volatilidad financiera. En el 2023 todavía se prevén tasas de interés altas y una caída en los precios de las materias primas.

En América Latina, según estudios, la mayor parte del alza en los precios no proviene de factores domésticos, sino de elementos globales, como los ya citados. Agravan la situación los montos de deuda externa, los efectos negativos del cambio climático en las cosechas y las medidas unilaterales comerciales impuestas a algunos países.

Ante esta problemática, México convocó a una alianza entre naciones de la región, para atenuar el incremento de precios y fortalecer la integración y el comercio. Presidentes y líderes acudieron a la cita virtual. La idea es implementar acciones que faciliten el intercambio de importaciones y exportaciones, así como armonizar las regulaciones sanitarias y fitosanitarias de los productos. Para que esto ocurra, se acordó que un grupo de trabajo identificará lineamientos de cooperación para los productos básicos, insumos, fertilizantes químicos y orgánicos. También se promoverán medidas para agilizar el financiamiento de proyectos agrícolas, agroindustriales y de infraestructura.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó hace unos días una revisión sobre las perspectivas económicas globales para 2023. En este documento señala que los precios más bajos de las materias primas y la reapertura total de China contribuyen de manera favorable a revisar al alza las proyecciones de crecimiento para este año. En el 2022 se observó un crecimiento de la región de casi un cuatro por ciento, el aumento en el empleo y la recuperación en el sector de los servicios.

Estimaciones de la OCDE apuntan que la inflación general disminuirá este año y el siguiente en casi todas las economías emergentes y desarrolladas. Ya se observa el resultado de las acciones de contención de los bancos centrales y del descenso de los precios mundiales de los alimentos y la energía. Sin embargo, la inflación subyacente todavía tiene un nivel alto en algunos países de la región, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los métodos para contener los procesos inflacionarios se deben acompañar de acciones para fortalecer las redes de protección de quienes más las necesitan. Además, es preciso también implementar medidas para mejorar la productividad, promover la inversión y facilitar la creación de empleos.

Al respecto, en otros momentos comenté sobre la importancia de mejorar las condiciones del campo, elemento crucial para solucionar el alza de precios y la dependencia de alimentos básicos. También reitero mi convicción de apoyar al Ejecutivo federal en sus esfuerzos para contener la inflación y evitar que los hogares más pobres padezcan por el incremento de los costos.


ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA