Resultó sumamente positivo y muy aplaudible, que nuestras altas autoridades de cultura, continúen rescatando, para las nuevas generaciones de nuestro país; un un género tan especial y tan cultivado por actores, cantantes, dramaturgos compositores, técnicos y manuales, escritores y demás; un género tan importante y sociológicamente irrenunciable, como es sin temor a equivocarnos, el de… la zarzuela.
El espectáculo que el Estudio de la Ópera de Bellas Artes presentó el pasado miércoles, en el Teatro El Granero, Xavier Rojas, bajo el nombre de "Estampas de Zarzuela", bajo la dirección de Leopoldo Falcón, obtuvo la positiva opinión de muchos espectadores quienes consideraron haber disfrutado de una diversión única y completa, porque se trata de una actuación expresada con gran alegría, experiencia y tradición, que al cultivarse correctamente, constituye un digno orgullo para México.
En tanto, los investigadores internacionales coincidieron, en que una de las características más representativas de la zarzuela es su inmensa capacidad de adaptación: hecho que le ha permitido mantenerse como género «vivo» durante más de tres siglos; desde su nacimiento en el Siglo de Oro.
Y por tanto, nuevos estilos y nuevas músicas fueron pronto adoptadas como propias por un género que ha funcionado como un inmenso repositorio que ha dado cabida a una fórmula de teatro musical en castellano, que lo mismo combina escenas declamadas y números musicales como combinados tan diversos, por ejemplo: Los celos hacen estrellas (1672), Acis y Galatea (1708), Las labradoras de Murcia (1769), Jugar con fuego (1851), La Gran Vía (1886), La verbena de La Paloma (1894), La corte de Faraón (1910), Luisa Fernanda (1932) o El canastillo de fresas (1951), los cuales revelan la inmensa versatilidad de este género de teatro musical que nace en el seno de los espectáculos operísticos, pero que ha ido cambiando de mil y una maneras en sus más de trescientos años de vida.
En la actualidad, la zarzuela como género vivo dejó de componerse de forma masiva en los años cincuenta del siglo XX. Otras músicas populares urbanas y sus medios de difusión llegaron con fuerza y ocuparon su lugar en las preferencias de los públicos más jóvenes.
De hecho, encontrar desde entonces un compositor llamado a escribir zarzuelas es toda una rareza. Y las escasísimas obras que se definen como tales –Los vagabundos (1977) y Fuenteovejuna (1981), de Moreno Buendía, o Maharajá (2017), de Guillermo Martínez– ante el análisis, evidencian su naturaleza de comedias musicales.
Desde 2018 esperamos que se materialice el estreno de Policías y ladrones, zarzuela encargada por el Teatro de la Zarzuela de Madrid a Tomás Marco. Sin considerar, que el futuro del género no está tanto en la escritura de partituras nuevas si no en lograr su (re)descubrimiento por las nuevas generaciones.
La musicología universitaria ha avanzado mucho en la edición de partituras y los estudios académicos sobre la zarzuela y sus autores, pero sigue siendo necesario conectar con el público joven, y eso sólo lo puede lograr la magia del teatro.
Sin embargo, el tiempo nos dirá si proyectos como Zarza, zarzuela hecha por jóvenes y para jóvenes, consiguen su objetivo.
Y, continuando con las buenas noticias, agregaremos, que; el elenco de becarios del Estudio de la Ópera de Bellas Artes (EOBA) suma un éxito más en su amplio programa de actividad del año 2023 con la puesta en escena de Estampas de zarzuela, el cual es dirigido por uno de los más amplios conocedores del llamado género chico en México y España: el maestro Leopoldo Falcón.La agrupación, dirigida ahora por la maestra Gabriela Flores, llevará esta obra hasta el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque en una función especial que se presentó el miércoles 22 de noviembre a las 20:00 horas, con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Estudio de la Ópera de Bellas Artes.
Fundador de la conocida Compañía Mexicana de Zarzuela, el actor, cantante y director de escena mexicano Leopoldo Falcón (1955), conocido como “El señor zarzuela”, por ser un promotor incansable de este género desde prácticamente su niñez, es el autor y director de esta puesta en escena que reúne algunos de los pasajes más brillantes de la historia de la zarzuela de México y del mundo.El programa lo conforma, específicamente, la escena y concertante de la zarzuela Molinos de viento, de Pablo Luna y Luis Pascual Frutos; la entrada de “Manuela” de la obra La Chulapona, de Federico Moreno Torroba y Federico y Guillermo Fernández-Shaw; y “Canto de la juventud”, de la obra Doña Francisquita, de Amadeo Vives y Federico y Guillermo Fernández-Shaw.
Además, escena y concertante de Los gavilanes, de Jacinto Guerrero y José Ramón Martín; escena y pasacalles de Agua, azucarillos y aguardiente, de Federico Chueca y Miguel Ramos Carreón; “Los chisperos” (de La calesera), de Francisco Alonso, Emilio González y Luis Martínez Román, y las seguidillas de La verbena de la paloma, de Tomás Bretón y Ricardo de la Vega. En las acciones de canto y actuación toman parte de manera destacada las sopranos Hildelisa Hangis, Damaris Lezama, Diana Mata, Luz del Carmen Ramírez y Dulce Guadarrama; los tenores Jorge Echeagaray y Alberto Galicia; el bajo-barítono Ricardo Ceballos; el contratenor Gabriel Vargas; y la mezzosoprano Teresa Fuentes, todos ellos acompañados por el pianista Miguel Brito Leopoldo Falcón creó este espectáculo a invitación del Estudio de la Ópera de Bellas Artes con su anterior directora, María Katzarava —quien ha destacado a nivel internacional en este género— y ahora con su nueva directora, la mezzosoprano Gabriela Flores.
El espectáculo —afirma su director Leopoldo Falcón, quien se inició en la zarzuela con la compañía de Pepita Embil— reúne los fragmentos “más representativos y bellos del género lírico, aderezados con textos de gran calidad literaria escritos por los más destacados autores de la época”. Además, dijo, “están enlazados con pasajes musicales de compositores que son referencia obligada dentro de la zarzuela por sus melodías que hoy son emblemáticas y distintivas”.
Todo ello ha dado por resultado “un espectáculo pletórico de talento, gracia, chispa y salero dentro de un género que es representativo de una nación —España—, pero que en Hispanoamérica se posicionó hasta convertirse en un ---clásico---; y, que ha sobrevivido por más de 200 años”. Leopoldo Falcón —también alumno de Enrique Alonso Cachirulo, gran promotor de la zarzuela en México—, reconoce que Estampas de zarzuela no podría haberse hecho realidad sin el talento que poseen y caracteriza a los alumnos becarios del EOBA-Inbal. “Los jóvenes tienen el talento, y en estas funciones han demostrado facultades y entusiasmo; han permitido hacer una gala de zarzuela actual, vital y vigente acercando a LA Zarzuela, a las nuevas generaciones y demostrando, al mismo tiempo, que esta expresión musical tan característica tiene fuerza, vigor y presencia actual: Estampas de zarzuela, espectáculo de Leopoldo Falcón a cargo de los alumnos del Estudio de la Ópera de Bellas Artes (EOBA), se presentó el miércoles 22 de noviembre a las 20:00 horas en el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque….Y, como todo esto, nos encantó; nos despedimos gustosos con un gran beso.