/ miércoles 14 de agosto de 2024

Bienvenida Clara Brugada a Colombia

La próxima Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, arrancó la semana con una gira por Colombia, visitando Bogotá y Medellín. Como ha sido su enfoque e historia de vida, Brugada se enfocó a los aspectos sociales y minimizó los avances en el transporte señalando que son elementos que nosotros ya tenemos, como el Cablebús y el Metrobús. Si bien tiene razón, hay muchos conceptos que aún se pueden aprender de ambas ciudades, porque justo han tenido la virtud de que las políticas de transporte han ido de la mano de las de espacio público e integración social.

En la construcción de las líneas 1 y 2 de Cablebús, justo, he cuestionado que las columnas y estaciones llegaron a reducir las dimensiones del espacio público. La estación de transbordo Campos Revolución, por ejemplo, tenía dos canchas de futbol, sólo quedó espacio para una. Las columnas se han hecho en banquetas en las dos líneas operando y ahora sobre Constituyentes, para la línea 3, las vemos asentadas en la entrada de rampas para personas con discapacidad.

En contraste, en el Metrocable de Medellín, el teleférico creó su propio derecho de vía, generó amplios espacios peatonales y, en términos de metros cuadrados, ganó mucho espacio. Para el Transmicable de Bogotá hubo un gran trabajo comunitario para que la llegada del sistema de transporte diera lugar a espacios públicos apropiados y decorados por la comunidad, en un trabajo muy metódico en el que participaron organizaciones no gubernamentales.

En cuanto al sistema de transporte, más allá del Transmilenio, que seguramente pudo ver Clara Brugada, lo más llamativo es el Sistema Integrado de Transporte Público: una red renovada de autobuses en colores azul, para los servicios principales; naranja, para los circuitos barriales; y rojo con gris, para los que se integran al transporte masivo.

A diferencia de lo que se ha hecho en la CDMX, con instrumentaciones muy limitadas corredor por corredor, ellos optaron por planear un sistema que se instrumentó etapa por etapa, y cada etapa mejoraba decenas de rutas.

Hoy, por ejemplo, en Bogotá circulan unos 1,500 buses eléctricos; quien le haya dicho a Clara Brugada que vamos avanzados en la electrificación del transporte le mintió, y bien valdría la pena que su próximo titular de la Secretaría de Movilidad conozca la logística de carga y operación de estos vehículos en la capital Colombiana.

El Transmilenio de Bogotá opera servicios exprés porque tiene amplios tramos sin semáforos por vialidades anchas. Si bien esta alternativa tecnológica es complicada para Insurgentes, pues no tiene las mismas características, bien habría que evaluar los rebases para instrumentaciones que ha anunciado Brugada, como el Metrobús por Periférico.

Si Brugada subió al Metrocable de Medellín a través del Metro, seguro estuvo en la Estación Acevedo donde lo que quiero destacar es la simpleza del transbordo hacia el teleférico que parte casi sobre la estación del metro, a diferencia de Indios Verdes y Constitución de 1917, donde las estaciones del Cablebús y del Trolebús Línea 10 quedaron como piezas aisladas.

Me da gusto que Brugada haya ido acompañada de alcaldes de su partido, que ojalá se vuelvan exigentes para instrumentaciones al detalle, como las colombianas, y dejemos atrás prisas políticas para cortar el listón como ha sucedido en los últimos años.


La próxima Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, arrancó la semana con una gira por Colombia, visitando Bogotá y Medellín. Como ha sido su enfoque e historia de vida, Brugada se enfocó a los aspectos sociales y minimizó los avances en el transporte señalando que son elementos que nosotros ya tenemos, como el Cablebús y el Metrobús. Si bien tiene razón, hay muchos conceptos que aún se pueden aprender de ambas ciudades, porque justo han tenido la virtud de que las políticas de transporte han ido de la mano de las de espacio público e integración social.

En la construcción de las líneas 1 y 2 de Cablebús, justo, he cuestionado que las columnas y estaciones llegaron a reducir las dimensiones del espacio público. La estación de transbordo Campos Revolución, por ejemplo, tenía dos canchas de futbol, sólo quedó espacio para una. Las columnas se han hecho en banquetas en las dos líneas operando y ahora sobre Constituyentes, para la línea 3, las vemos asentadas en la entrada de rampas para personas con discapacidad.

En contraste, en el Metrocable de Medellín, el teleférico creó su propio derecho de vía, generó amplios espacios peatonales y, en términos de metros cuadrados, ganó mucho espacio. Para el Transmicable de Bogotá hubo un gran trabajo comunitario para que la llegada del sistema de transporte diera lugar a espacios públicos apropiados y decorados por la comunidad, en un trabajo muy metódico en el que participaron organizaciones no gubernamentales.

En cuanto al sistema de transporte, más allá del Transmilenio, que seguramente pudo ver Clara Brugada, lo más llamativo es el Sistema Integrado de Transporte Público: una red renovada de autobuses en colores azul, para los servicios principales; naranja, para los circuitos barriales; y rojo con gris, para los que se integran al transporte masivo.

A diferencia de lo que se ha hecho en la CDMX, con instrumentaciones muy limitadas corredor por corredor, ellos optaron por planear un sistema que se instrumentó etapa por etapa, y cada etapa mejoraba decenas de rutas.

Hoy, por ejemplo, en Bogotá circulan unos 1,500 buses eléctricos; quien le haya dicho a Clara Brugada que vamos avanzados en la electrificación del transporte le mintió, y bien valdría la pena que su próximo titular de la Secretaría de Movilidad conozca la logística de carga y operación de estos vehículos en la capital Colombiana.

El Transmilenio de Bogotá opera servicios exprés porque tiene amplios tramos sin semáforos por vialidades anchas. Si bien esta alternativa tecnológica es complicada para Insurgentes, pues no tiene las mismas características, bien habría que evaluar los rebases para instrumentaciones que ha anunciado Brugada, como el Metrobús por Periférico.

Si Brugada subió al Metrocable de Medellín a través del Metro, seguro estuvo en la Estación Acevedo donde lo que quiero destacar es la simpleza del transbordo hacia el teleférico que parte casi sobre la estación del metro, a diferencia de Indios Verdes y Constitución de 1917, donde las estaciones del Cablebús y del Trolebús Línea 10 quedaron como piezas aisladas.

Me da gusto que Brugada haya ido acompañada de alcaldes de su partido, que ojalá se vuelvan exigentes para instrumentaciones al detalle, como las colombianas, y dejemos atrás prisas políticas para cortar el listón como ha sucedido en los últimos años.


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