En ocasiones anteriores hemos hablado sobre las elecciones en los Estados Unidos y lo que ello podría representar para México, especialmente las presidenciales de 2024; sin embargo, también recordemos que habrá elecciones legislativas en unos cuantos días en este país para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Ello, como he mencionado previamente, también tiene implicaciones importantes para nosotros, pero más allá de eso, hay otra región que está francamente preocupada por lo que esto podría significar: Europa.
Diversos líderes europeos han mostrado preocupación ante un eventual realineamiento legislativo en Washington debido a lo que podría suceder para la situación en Ucrania. Es bien sabido que si aquel país ha logrado defenderse de la invasión rusa es porque naciones como Estados Unidos han mostrado su decidido apoyo y han provisto de herramientas, dinero, armamento y otras cosas para que puedan defenderse; y junto con ellos, otros también han hecho lo mismo (específicamente me refiero a países de Europa occidental que han seguido el ejemplo que viene de América). Pero ahora precisamente dichas naciones se hacen la pregunta de qué pasaría si ante un eventual triunfo republicano en los comicios legislativos, Estados Unidos comienza a modificar sus prioridades o simplemente, deja de apoyar a Ucrania como lo ha venido haciendo hasta ahora. Si bien no hay indicios claros de lo anterior, la verdad es que nadie tiene idea a ciencia cierta de lo que podría pasar en un momento dado.
Los fondos y recursos que Washington utiliza para apoyar y respaldar a Ucrania están condicionados por el Capitolio y lo que digan en el Congreso. Los demócratas tienen una mayoría endeble, pero mayoría al fin de cuentas y por más divididos que estén, existe todavía un consenso generalizado para no dejar morir a la Casa Blanca en esta cruzada. No obstante lo anterior, esto no debería darse por sentado por dos razones: es probable que los republicanos efectivamente retomen el control en el Senado y recuperen algunos lugares en la Cámara Baja. Los republicanos ciertamente tendrían muchos menos incentivos e interés para apoyar al presidente Biden en esta situación. Al final del día el prestigio de Estados Unidos está de por medio y la responsabilidad que tienen en este caso es inmensa, sin mencionar además las delicadas implicaciones que esto tendría para la seguridad global, entre ellas la del propio Estados Unidos, por supuesto. Por estas razones se antoja complejo un cambio de señales radical, pero ya hemos aprendido que debemos estar preparados para cualquier cosa. Recordemos a Trump.
Finalmente, lo que debemos tener en cuenta es que esto es solamente el preámbulo de algo mucho más retador que habrá de suceder en 2024. Las cosas para la región podrían cambiar, entonces sí, de manera radical si alguien de ese corte llega a la Casa Blanca, como por ejemplo el actual gobernador de Florida, quien piensa como Trump, pero con mucho más capital político en su haber. En ese escenario: ¿estamos los mexicanos preparados para ello?