/ martes 10 de septiembre de 2024

¿Cambiará México de dueño?

En el siglo pasado el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue el instituto político lectoral que mantuvo la propiedad del país. Luego de 70 años de gobierno, del abandono de sus bases y, de la falta de confianza de la ciudadanía en sus propuestas, su presencia nacional se fue achicando hasta perder el control político nacional y enfrentar una creciente presión interna y externa para realizar reformas democráticas.

Durante las últimas décadas del siglo XX, México experimentó una apertura política y una mayor participación ciudadana. Estas fuerzas llevaron a la transición del PRI hacia un sistema político más competitivo y pluralista. En 2000, el PRI perdió la presidencia en una elección histórica, marcando el fin de su hegemonía política.

Al conservar la hegemonía gubernamental y la creación de un nuevo modelo económico abiertamente capitalista que le permitiera a México industrializarse, los empresarios bailaban al son que les tocaran y algunos cercanos a los distintos regímenes obtuvieron negocios impresionantes. Con el triunfo de Vicente Fox y hasta Peña, el pode político empresarial creció y algunos de los grandes empresarios empezaron a mandar en las altas esferas del poder público.

Debo mencionar que en el contexto del fin de la Segunda Guerra Mundial y los inicios de la Guerra Fría, el PRI opta por una posición en la política internacional a lado de las “democracias”, es decir, de conformidad con los Estados Unidos. Hoy, después de obtener los peores resultados electorales de su historia el pasado 2 de junio, con menos del 10% de los votos, el partido tricolor se derrumban en las urnas, las luchas intestinas desangran a lo que queda de su histórica formación y muchos ex priistas chapulines son artífices del empoderamiento de MORENA, para eternizar al nuevo PRI con rostro de PRIMOR.

Hoy el viejo PRI con nueva piel MORENA pretende y, parece que con éxito, iniciar una nueva era cuyos propietarios del país sean ellos, sin embrago, la presidenta electa deberá convivir con los diferentes intereses del primor, que intentarán aumentar su poder en ausencia del líder máximo. Los gobernadores y las diferentes corrientes buscarán ampliar su poder al no tener enfrente el estilo personalista de AMLO.

La nueva administración deberá desarrollar un cambio de talante que le pueda generar mayor legitimidad ante la opinión pública, mejorando la relación con los medios, con el sector privado y abandonando la pobreza intelectual contra el mundo. En fin, cuanto tiempo les va a durar?, no lo sé, dependerá de la capacidad de mantener los equilibrios en el país y no radicalizarse.

Empresario


En el siglo pasado el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue el instituto político lectoral que mantuvo la propiedad del país. Luego de 70 años de gobierno, del abandono de sus bases y, de la falta de confianza de la ciudadanía en sus propuestas, su presencia nacional se fue achicando hasta perder el control político nacional y enfrentar una creciente presión interna y externa para realizar reformas democráticas.

Durante las últimas décadas del siglo XX, México experimentó una apertura política y una mayor participación ciudadana. Estas fuerzas llevaron a la transición del PRI hacia un sistema político más competitivo y pluralista. En 2000, el PRI perdió la presidencia en una elección histórica, marcando el fin de su hegemonía política.

Al conservar la hegemonía gubernamental y la creación de un nuevo modelo económico abiertamente capitalista que le permitiera a México industrializarse, los empresarios bailaban al son que les tocaran y algunos cercanos a los distintos regímenes obtuvieron negocios impresionantes. Con el triunfo de Vicente Fox y hasta Peña, el pode político empresarial creció y algunos de los grandes empresarios empezaron a mandar en las altas esferas del poder público.

Debo mencionar que en el contexto del fin de la Segunda Guerra Mundial y los inicios de la Guerra Fría, el PRI opta por una posición en la política internacional a lado de las “democracias”, es decir, de conformidad con los Estados Unidos. Hoy, después de obtener los peores resultados electorales de su historia el pasado 2 de junio, con menos del 10% de los votos, el partido tricolor se derrumban en las urnas, las luchas intestinas desangran a lo que queda de su histórica formación y muchos ex priistas chapulines son artífices del empoderamiento de MORENA, para eternizar al nuevo PRI con rostro de PRIMOR.

Hoy el viejo PRI con nueva piel MORENA pretende y, parece que con éxito, iniciar una nueva era cuyos propietarios del país sean ellos, sin embrago, la presidenta electa deberá convivir con los diferentes intereses del primor, que intentarán aumentar su poder en ausencia del líder máximo. Los gobernadores y las diferentes corrientes buscarán ampliar su poder al no tener enfrente el estilo personalista de AMLO.

La nueva administración deberá desarrollar un cambio de talante que le pueda generar mayor legitimidad ante la opinión pública, mejorando la relación con los medios, con el sector privado y abandonando la pobreza intelectual contra el mundo. En fin, cuanto tiempo les va a durar?, no lo sé, dependerá de la capacidad de mantener los equilibrios en el país y no radicalizarse.

Empresario