Con el paso de los años, internet y las redes sociales ganan terreno a los medios tradicionales hasta posicionarse como instrumentos de gran preferencia, especialmente entre las y los jóvenes, al facilitar el seguimiento a las gestiones de los gobiernos, al informar sobre las diversas actuaciones de las autoridades del Estado mexicano, y en general, para acercar a las personas información sobre asuntos relacionados con, prácticamente, todo el ámbito público.
Tomando como contexto las elecciones que viviremos el 1 de julio, estas herramientas no han sido desestimadas por sus usuarios en tanto a que han volcado ese mismo interés en las etapas del proceso electoral federal en curso. De hecho, esta situación la pudimos presenciar recientemente con el periodo de precampañas, lo vimos también en el periodo de búsqueda de apoyo ciudadano con las y los aspirantes a candidaturas independientes, y desde el 30 de marzo hasta el 27 de junio sin duda lo veremos en el desarrollo de las campañas electorales.
Tenemos razones para convencernos de que nos encontramos en una época completamente inmersa en el terreno de las nuevas tecnologías, las cuales han transformado nuestro horizonte social a partir del asalto de un nuevo panorama de difusión de la información. Este cambio repercute de tal manera en el diálogo de la comunicación política del país, que ya es innegable pensar la vida pública sin su mediación. Incluso, podría decir que la presencia de estas herramientas en la vida política de países democráticos como el nuestro conforma un elemento más para enriquecer el debate público, en vista de que no hay un solo día en que las redes sociales dejen de impactar particularmente en la arena política.
Cabe recordar que apenas algunos días atrás, Twitter realizó una encuesta respecto del Proceso Electoral 2017-2018, donde destaca que el 94% de las y los usuarios encuestados considera importante las próximas elecciones, y un 86% de estos usuarios que cuenta con credencial de elector, indicaron que piensan ejercer su voto aunque aún no tengan certeza de por quién habrán de votar. Aunado a ello, 7 de cada 10 usuarios aseguraron que Twitter será el medio donde se informarán sobre el proceso electoral, debido a que consideran que la información que se comparte en esta red social se da en tiempo real, llega sin filtros y viene directamente de las fuentes.
En suma, damos cuenta de que muchas mexicanas y mexicanos han hecho suyas estas herramientas y han puesto su interés en las campañas electorales desde las bondades que brinda la digitalización de la realidad, sobre todo en esta etapa que representa el momento más relevante para que en todo el país se lleven a cabo discusiones, así como una sana confrontación de ideas y argumentos respecto de las propuestas que promueven las y los contendientes.
En este sentido, me parece alentador que la sociedad en su conjunto comience a darle mayor valor a este escenario y vea su verdadero potencial, hasta el punto de detonar iniciativas como la llamada plataforma Comparo Voto, la cual es impulsada por el Centro de Análisis para la Investigación en Innovación. A grandes rasgos, este proyecto está diseñado para que la ciudadanía millennial, desde una plataforma web, interactúe y conozca aspectos de la democracia mexicana, así como sus derechos político-electorales, pero también que conozca de una forma innovadora e incluso lúdica a las y los candidatos a las gubernaturas y a la presidencia del país, así como las propuestas que realicen durante sus campañas políticas.
En esta vocación por enriquecer la vida democrática desde los espacios digitales y redes sociales, la academia tampoco se ha quedado atrás. La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, desde hace varios años, ha impulsado el proyecto Voto Informado que en esta ocasión arrancará sus trabajos el 15 de abril, con la intención de difundir información y las propuestas sobre las y los candidatos a la Presidencia de la República, Gubernaturas, Senadurías y Diputaciones federales.
Las iniciativas Comparo Voto y Voto Informado llegan en un momento donde el descontento generalizado por la política y las elecciones exige esfuerzos adicionales de actores estratégicos para generar espacios serios, objetivos e imparciales, que pongan al alcance de la ciudadanía información oportuna y veraz sobre el acontecer de las etapas que falta por recorrer en este proceso electoral. Por esa razón, no me cabe duda de que estas iniciativas, mediante la digitalización de la realidad, vienen a contribuir de una manera plausible para que las y los mexicanos profundicemos en las cualidades y propuestas de las y los candidatos, contrastemos sus posturas políticas, y que al final todo ello sirva para hacernos de mejores elementos que nos lleven a reflexionar con mayor profundidad nuestro voto y a emitirlo, así, el 1 de julio.