/ miércoles 14 de agosto de 2019

Cartilla moral, o ¿moralina?

La amistad con el Pastor Arturo Farela, le ha sido de gran utilidad a AMLO. Farela, Presidente de la Confraternidad de Iglesias Evangélicas, se comprometió a que sus fieles seguidores distribuyan la polémica “Cartilla Moral”, de Alfonso Reyes.

Se dice que la reimpresión del texto de Marras es el primer paso para elaborar la “Constitución Moral”, compromiso de campaña. Lo que habría que investigar es cuántos mexicanos están de acuerdo con ello. El número de creyentes baja, a gran velocidad, y son grandes sectores los que se oponen a esto que ven como una imposición conservadora, retrógrada y, sobre todo, un auténtico atentado contra el Estado Laico, que se supone que somos.

Al protagonista de las mañaneras, la opinión ajena le importa un bledo. La única válida es su palabra y sus decisiones, como lo hace saber en forma lapidaria. Poco se deja aconsejar y ni caso a las sugerencias, incluso de los mismos miembros de su gabinete, a los que exhibe ridiculizando sus propuestas, o cortándolas de tajo.

Sin embargo, de acuerdo a declaraciones de Farela, él es su “asesor espiritual” y así lo confirman los muchos encuentros que tienen y los desplantes del Pastor, a la búsqueda de que se les entreguen concesiones radiofónicas (Lo que está prohibido por la Ley para organizaciones confesionales).

Hay quien considera al ministro evangélico, como un activista social; para otros, es un oportunista. A lo largo de varias décadas, ha estado presente en diversos conflictos religiosos, en apoyo de los grupos protestantes.

Intervino en las pláticas que llevaron a la pacificación del EZLN, mediante los Acuerdos de San Andrés y tuvo un papel crítico contra Ernesto Zedillo, a raíz de la Matanza de Acteal, ocurrida en diciembre de 1997.

Chiapas, Oaxaca y Guerrero han sido entidades en las que, los conflictos religiosos han ocasionado muertes y el desplazamiento de miles de familias, por la intolerancia. En 2005 se fundó la primera escuela oficial para niños indígenas cristianos en Tuxtla. A los no católicos se les negaba la educación.

Farela ungió a López Obrador, en el 2012, siendo éste candidato presidencial. Dijo que los otros contrincantes se habían negado a la ceremonia –como debió haberlo hecho el tabasqueño-.

La Iglesia Protestante tenía prohibido intervenir en política. Felipe Calderón se acercó a una de las ramas más poderosa –Pentecostales- y la “Casa de la Roca” obtuvo cargos en su gobierno y poder.

En el 2014, Hugo Eric Flores fundó el Partido Encuentro Social y es el “superdelegado” en Morelos, de esta administración.

La Cartilla Moral, de Alfonso Reyes, surgió cuando el entonces Presidente Ávila Camacho, decidió hacer una Ley nacional contra el analfabetismo. El Secretario de Educación, Torres Bodet, creó la cartilla de alfabetización y de ahí se les ocurrió que Reyes hiciera la “Moral”. No se publicó porque se consideró conservadora y religiosa. Años después se imprimió.

Con frases sencillas habla de valores morales, de la familia, la sociedad, la naturaleza, la patria, la ley, el Derecho y del respeto hacia nuestra persona. Dudo que quienes la reciban se molesten en leerla y quienes lo hagan podrían pensar que es ñoña y obsoleta.

El meollo de la discusión es la intromisión presidencial en un campo vetado. Si se dice tan Juarista tendría que respetar la división Iglesia-Estado, incluso, evangélica: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

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@catalinanq