/ viernes 5 de abril de 2024

Caso de plagio

En días pasados, un querido amigo llamó a mi atención el artículo más reciente de Arturo Sarukhán, “Naciones bisagra, en su versión electrónica. Conforme leía el artículo con fecha del 27 de marzo pasado, me di cuenta que se trataba de un desafortunado e inequívoco caso de plagio.

Me explico. El 15 de mayo de 2023, Jared Cohen, presidente de Asuntos Globales de Goldman Sachs escribió un artículo particularmente innovador llamado “El auge de los Estados geopolíticos bisagra”. El artículo del Sr. Sarukhán toma textualmente, y sin reconocer la autoría de Cohen, las mismas ideas, conceptos clave, tipología de países e, incluso, introducción –la misma frase de George Orwell incluida.

Entre otros ejemplos, el artículo original de Cohen dice lo siguiente: “En geopolítica, los Estados bisagra tienen capacidad para trazar su propio curso, tema por tema, y pueden decidir el futuro del equilibrio de poder internacional. Son países relativamente estables que tienen sus propias agendas globales independientes de Washington y Beijing, y la voluntad y las capacidades para convertir esas agendas en realidades. Se están volviendo más asertivos en el uso de sus ventajas económicas para reforzar su posición e influencia. Son más exigentes, flexibles, dinámicos y estratégicos de lo que podrían haber sido en el siglo XX, independientemente de sus intereses compartidos con una u otra gran potencia. Y a menudo elegirán la alineación múltiple, una estrategia que los convertirá en fuerzas críticas, y a veces impredecibles, en la próxima etapa de globalización del mundo y la próxima fase de la competencia entre las grandes potencias” (traducción de un servidor).

Por su parte, el artículo de Sarukhán dice a la letra: “[…] en geopolítica, los estados bisagra tienen capacidad para trazar su propio rumbo tema por tema, y pueden decidir el futuro del equilibrio de poder internacional en temas específicos. Son países relativamente estables y muy pragmáticos que tienen sus propias agendas globales independientes de Washington y Beijing, y la voluntad y la capacidad para convertir esas agendas en realidad. Algunos aspiran a un lugar ascendente en el sistema internacional y se están volviendo más asertivos al utilizar sus ventajas económicas para reforzar su posición e influencia. Son más exigentes, flexibles, dinámicos y estratégicos de lo que podrían haber sido -o aspirado a ser- en el siglo XX, cualesquiera que sean sus intereses compartidos con una gran potencia u otra. Y a menudo elegirán el alineamiento múltiple, una estrategia que los convertirá en actores críticos (y a veces impredecibles) en la próxima etapa de globalización del mundo y en la próxima fase de competencia entre grandes potencias”.

La anterior podría ser acaso la muestra más evidente, pero son varias las partes que presentan inconsistencias en este mismo sentido. Cabe señalar que no tengo, ni he tenido, vínculo alguno con el Sr. Sarukhán; mucho menos interés en perjudicarlo. No obstante, considero lamentable y ofensivo a la inteligencia de las personas que se den estas prácticas y, peor aún, que se normalicen sin mayores consecuencias. Los lectores –y la sociedad mexicana en su conjunto– no necesitan esto. Por lo demás, comparto que México está llamado a convertirse en un “Estado geopolítico bisagra”, y respeto la trayectoria profesional de Arturo Sarukhán.

Discanto: Veritas liberabit vos.

En días pasados, un querido amigo llamó a mi atención el artículo más reciente de Arturo Sarukhán, “Naciones bisagra, en su versión electrónica. Conforme leía el artículo con fecha del 27 de marzo pasado, me di cuenta que se trataba de un desafortunado e inequívoco caso de plagio.

Me explico. El 15 de mayo de 2023, Jared Cohen, presidente de Asuntos Globales de Goldman Sachs escribió un artículo particularmente innovador llamado “El auge de los Estados geopolíticos bisagra”. El artículo del Sr. Sarukhán toma textualmente, y sin reconocer la autoría de Cohen, las mismas ideas, conceptos clave, tipología de países e, incluso, introducción –la misma frase de George Orwell incluida.

Entre otros ejemplos, el artículo original de Cohen dice lo siguiente: “En geopolítica, los Estados bisagra tienen capacidad para trazar su propio curso, tema por tema, y pueden decidir el futuro del equilibrio de poder internacional. Son países relativamente estables que tienen sus propias agendas globales independientes de Washington y Beijing, y la voluntad y las capacidades para convertir esas agendas en realidades. Se están volviendo más asertivos en el uso de sus ventajas económicas para reforzar su posición e influencia. Son más exigentes, flexibles, dinámicos y estratégicos de lo que podrían haber sido en el siglo XX, independientemente de sus intereses compartidos con una u otra gran potencia. Y a menudo elegirán la alineación múltiple, una estrategia que los convertirá en fuerzas críticas, y a veces impredecibles, en la próxima etapa de globalización del mundo y la próxima fase de la competencia entre las grandes potencias” (traducción de un servidor).

Por su parte, el artículo de Sarukhán dice a la letra: “[…] en geopolítica, los estados bisagra tienen capacidad para trazar su propio rumbo tema por tema, y pueden decidir el futuro del equilibrio de poder internacional en temas específicos. Son países relativamente estables y muy pragmáticos que tienen sus propias agendas globales independientes de Washington y Beijing, y la voluntad y la capacidad para convertir esas agendas en realidad. Algunos aspiran a un lugar ascendente en el sistema internacional y se están volviendo más asertivos al utilizar sus ventajas económicas para reforzar su posición e influencia. Son más exigentes, flexibles, dinámicos y estratégicos de lo que podrían haber sido -o aspirado a ser- en el siglo XX, cualesquiera que sean sus intereses compartidos con una gran potencia u otra. Y a menudo elegirán el alineamiento múltiple, una estrategia que los convertirá en actores críticos (y a veces impredecibles) en la próxima etapa de globalización del mundo y en la próxima fase de competencia entre grandes potencias”.

La anterior podría ser acaso la muestra más evidente, pero son varias las partes que presentan inconsistencias en este mismo sentido. Cabe señalar que no tengo, ni he tenido, vínculo alguno con el Sr. Sarukhán; mucho menos interés en perjudicarlo. No obstante, considero lamentable y ofensivo a la inteligencia de las personas que se den estas prácticas y, peor aún, que se normalicen sin mayores consecuencias. Los lectores –y la sociedad mexicana en su conjunto– no necesitan esto. Por lo demás, comparto que México está llamado a convertirse en un “Estado geopolítico bisagra”, y respeto la trayectoria profesional de Arturo Sarukhán.

Discanto: Veritas liberabit vos.