/ martes 11 de junio de 2024

Conflicto en el Mar Meridional

Claudia Lozano Aldana* y Dra. Dircea Arroyo Buganza**

El Mar Meridional se caracteriza por ser uno de los cuerpos marítimos más importantes del mundo, siendo también una de las rutas marítimas más transitadas. Del mismo modo cuenta con una importancia estratégica pues conecta con el sudeste y el noreste de Asia. Además, es una fuente vital de recursos marinos, vastos depósitos de petróleo y gas natural.

En el centro del Mar Meridional se encuentran las Islas Spratly las cuales son un grupo disperso de aproximadamente 100 arrecifes, islotes y atolones. Aunque estos son pequeños y en muchos casos no tienen habitantes permanentes, su valor estratégico es incalculable debido a los vastos depósitos de gas natural y petróleo que se encuentran en el subsuelo marino.

Es por lo anterior que algunas naciones como China, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán reclaman por igual su soberanía sobre estas. Sin embargo, China y Filipinas han sido los principales contendientes. Esto ha generado tensiones en los últimos años. Por un lado, el gobierno chino ha intensificado sus esfuerzos para consolidar su presencia en la región, construyendo instalaciones militares y realizando rondas de patrullaje periódicas en las islas en disputa. Por el otro, el gobierno filipino ha tratado de contrarrestar la influencia china mediante alianzas estratégicas.

Filipinas ha percibido la expansión de China en esta zona como una amenaza directa a su seguridad y soberanía. La construcción de bases militares y la instalación de equipos militares en islas artificiales se perciben como intentos de consolidar el control de Beijing sobre la región. Es por ello que tiene un acercamiento con Estados Unidos. El apoyo hasta el momento se refiere a ejercicios militares, asistencia en la modernización de las fuerzas armadas y a la presencia norteamericana en la región.

El gobierno de Xi Jinping ve a los Estados Unidos como una interferencia en lo que considera cuestiones regionales que deberían ser resueltas por las naciones asiáticas. Aunado a ello, Beijing ha argumentado que la presencia militar estadounidense exacerba las tensiones y complica los esfuerzos para alcanzar una solución pacífica. En esta narrativa, las acciones de Filipinas se presentan como impulsadas por una política exterior influenciada por Washington, más que por un interés genuino en la estabilidad regional.

Esta situación es un motivo de preocupación para otros países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) pues abre la posibilidad de un conflicto armado. Además, de un cambio en el equilibrio de poder en el sudeste asiático. Es por ello que este organismo ha intentado, en varias ocasiones, formular una postura unificada frente a las reclamaciones de China, promoviendo la idea de una resolución pacífica de disputas basada en el derecho internacional. Sin embargo, estos esfuerzos han sido limitados por la dependencia del comercio y la inversión china hacia sus países. A pesar de la tensión que se observa en la zona no se espera que estalle un conflicto en el corto plazo. Lo anterior porque el problema de China no sería con Filipinas, si no con Estados Unidos. Y esto significaría no una pelea por el Mar Meridional, sino por el mundo.

* Estudiante de Relaciones Internacionales Universidad Anáhuac.

** Coordinadora de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.


Claudia Lozano Aldana* y Dra. Dircea Arroyo Buganza**

El Mar Meridional se caracteriza por ser uno de los cuerpos marítimos más importantes del mundo, siendo también una de las rutas marítimas más transitadas. Del mismo modo cuenta con una importancia estratégica pues conecta con el sudeste y el noreste de Asia. Además, es una fuente vital de recursos marinos, vastos depósitos de petróleo y gas natural.

En el centro del Mar Meridional se encuentran las Islas Spratly las cuales son un grupo disperso de aproximadamente 100 arrecifes, islotes y atolones. Aunque estos son pequeños y en muchos casos no tienen habitantes permanentes, su valor estratégico es incalculable debido a los vastos depósitos de gas natural y petróleo que se encuentran en el subsuelo marino.

Es por lo anterior que algunas naciones como China, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán reclaman por igual su soberanía sobre estas. Sin embargo, China y Filipinas han sido los principales contendientes. Esto ha generado tensiones en los últimos años. Por un lado, el gobierno chino ha intensificado sus esfuerzos para consolidar su presencia en la región, construyendo instalaciones militares y realizando rondas de patrullaje periódicas en las islas en disputa. Por el otro, el gobierno filipino ha tratado de contrarrestar la influencia china mediante alianzas estratégicas.

Filipinas ha percibido la expansión de China en esta zona como una amenaza directa a su seguridad y soberanía. La construcción de bases militares y la instalación de equipos militares en islas artificiales se perciben como intentos de consolidar el control de Beijing sobre la región. Es por ello que tiene un acercamiento con Estados Unidos. El apoyo hasta el momento se refiere a ejercicios militares, asistencia en la modernización de las fuerzas armadas y a la presencia norteamericana en la región.

El gobierno de Xi Jinping ve a los Estados Unidos como una interferencia en lo que considera cuestiones regionales que deberían ser resueltas por las naciones asiáticas. Aunado a ello, Beijing ha argumentado que la presencia militar estadounidense exacerba las tensiones y complica los esfuerzos para alcanzar una solución pacífica. En esta narrativa, las acciones de Filipinas se presentan como impulsadas por una política exterior influenciada por Washington, más que por un interés genuino en la estabilidad regional.

Esta situación es un motivo de preocupación para otros países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) pues abre la posibilidad de un conflicto armado. Además, de un cambio en el equilibrio de poder en el sudeste asiático. Es por ello que este organismo ha intentado, en varias ocasiones, formular una postura unificada frente a las reclamaciones de China, promoviendo la idea de una resolución pacífica de disputas basada en el derecho internacional. Sin embargo, estos esfuerzos han sido limitados por la dependencia del comercio y la inversión china hacia sus países. A pesar de la tensión que se observa en la zona no se espera que estalle un conflicto en el corto plazo. Lo anterior porque el problema de China no sería con Filipinas, si no con Estados Unidos. Y esto significaría no una pelea por el Mar Meridional, sino por el mundo.

* Estudiante de Relaciones Internacionales Universidad Anáhuac.

** Coordinadora de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.