Mariana Romo Ulloa
Dos meses del estallido del conflicto Israel-Hamás y la escalada en las tensiones permea el territorio. El día 7 de octubre se presenció una masacre que alarmó a la Comunidad Internacional. No obstante, los acontecimientos suscitados ese día no fueron el inicio del conflicto. Si bien, estos marcaron el comienzo de una guerra intensa y violencia desmesurada, con graves violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, donde los civiles son los principales afectados.
Tras el fin del armisticio entre Israel y Hamás se reanudaron las hostilidades. La tregua fungió para proveer de ayuda humanitaria a la Franja, así como la liberación de rehenes israelíes y extranjeros tomados por Hamás. A pesar del alto al fuego temporal, la urgencia de un cese definitivo debe ser concretado a la brevedad. Naciones Unidas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han alzado la voz para compartir la crisis humanitaria que el conflicto está significando.
El día de hoy Gaza se ha denominado como “el lugar más peligroso del mundo para ser niño” (Catherine Russel). El DIH se ha formulado para limitar los efectos nocivos en conflictos armados, no obstante, el respeto a esto no ha podido observarse. Al día de hoy más de 16mil personas han sido asesinadas en Gaza (Al Jazeera), entre las cuales se encuentran 6mil niños (UNICEF); aunado a cerca de 7mil desaparecidos y más de 35mil heridos (Amnistía Internacional). Asimismo, se ha ejercido un bloqueo total a la Franja, limitando los suministros básicos de servicios y ayuda humanitaria configurando una punitiva colectiva (CICR). Las violaciones al derecho de la guerra han desembocado en situaciones devastadoras para la población en Gaza. Se espera que Israel realice “un mayor esfuerzo por cuidar la vida de los civiles y evitar que la crisis humanitaria que ya existe se transforme en una catástrofe humanitaria de aún mayores dimensiones” (Mauricio Meschoulam). Ante ello, Antonio Guterres realizó un llamado urgente, “la situación está conduciendo a daños irreversible para Palestina y para la paz y seguridad de la región”, invocando así al artículo 99 de la Carta de la ONU.
Es importante conocer, investigar y leer narrativas neutras. La desinformación y exposición de puntos de vista desproporcionados magnifica la inquina y daña la visión de ambas sociedades generando discursos de odio que propagan el antiarabismo y antisemitismo. Busquemos la reconciliación y enaltezcamos el entendimiento entre ambas culturas para la formación amena y próspera de dos Estados pacíficos. Para ello, aplicar mecanismos como la Justicia Transicional y la Construcción de Paz a fin de fomentar un entendimiento entre ambas naciones.