Por José Francisco Gallegos Hernández
Cuando nos referimos a cáncer de tiroides hablamos del cáncer bien diferenciado que puede ser tipo papilar, folicular o papilar y folicular; es el más frecuente, aunque hay varios tipos que son menos prevalentes y requieren atención diferente.
Es el cáncer endocrinológico más frecuente que se origina en la glándula tiroides localizada en la región anterior del cuello; es del metabolismo corporal.
En las últimas décadas se ha observado un incremento en el diagnóstico del cáncer tiroideo mundialmente debido, en gran medida, a la mejora de técnicas de ultrasonido que permiten detectar tumores más pequeños y en etapas iniciales. En México es el tercer cáncer más frecuente en mujeres y el sexto en hombres.
A pesar de que el cáncer de tiroides suele tener un pronóstico favorable, es importante destacar que no todos los casos son iguales. Si bien algunos tumores pueden ser indolentes, otros pueden ser agresivos y requerir tratamientos más intensivos, por lo tanto, es fundamental evaluar cada caso de manera individual y establecer un pronóstico basado en las características específicas del tumor, por ello, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fomentamos la prevención ante cualquier sospecha de algún padecimiento.
El cáncer de tiroides es más frecuente en mujeres que en hombres. Según datos de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, el de tiroides representa aproximadamente el 5% de todos los cánceres en mujeres y el 2% en hombres. En México representa el 3% de todas las neoplasias.
En la mayoría de los casos se manifiesta como un nódulo en la parte anterior del cuello; a veces puede palparse una masa en los ganglios linfáticos, sin embargo es importante destacar que la presencia de un nódulo no siempre indica cáncer. Otros síntomas pueden incluir dificultad para tragar, ronquera persistente o dolor en el cuello.
El diagnóstico del cáncer de tiroides se basa principalmente en una biopsia del nódulo sospechoso, guiada por ultrasonido. Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento dependerá del tipo de cáncer, su tamaño y la extensión de la enfermedad.
La cirugía es el tratamiento principal y en algunos casos puede complementarse con yodo radioactivo o terapia hormonal.
El pronóstico del cáncer de tiroides es generalmente bueno, especialmente en los casos de detección temprana. Sin embargo, existen factores que pueden influir en la supervivencia, como el tipo de tumor, el estadio en el que se diagnostica, la edad y la presencia de otros problemas de salud.
En conclusión, el cáncer de tiroides es una enfermedad compleja que requiere enfoque individualizado. Gracias a los avances en el diagnóstico y tratamiento, la mayoría de los pacientes tienen una excelente calidad de vida a largo plazo.
Como parte de las acciones para sensibilizar sobre este padecimiento, cada día 24 de septiembre se conmemora el Día Mundial de Cáncer de Tiroides.
Departamento de Tumores de Cabeza y Cuello
Hospital de Oncología, CMN Siglo XXI del IMSS