El jueves de la semana pasada se dio la discusión (si así se le puede llamar) sobre la Reforma a la Guardia Nacional en la Cámara de Diputados. Una vez más, la súper mayoría artificial de Morena quiso imponer una ilegalidad en la Constitución, tal como lo hizo con la toma del Poder Judicial. Con votos que no obtuvieron, buscan cambiar el régimen a uno hegemónico, como en el pasado. No solo eso, buscan perpetuar una estrategia que ha demostrado ser equívoca y dañina para nuestro país.
Llevamos 17 años de una guerra que solo ha generado más muertos para nuestro país. Sexenio tras sexenio, todos los gobiernos, primero el PAN, luego el PRI y ahora MORENA, han optado por la militarización como respuesta a los problemas de inseguridad. Hoy, los resultados de esta estrategia de guerra son claros: más muertos, más desaparecidos, y más familias destruidas. López Obrador prometió un cambio, pero lo que hemos visto es una consolidación de la militarización, especialmente con la creación de la Guardia Nacional, una institución que, en la práctica, funciona como una extensión del Ejército.
Esta legislatura bien podría llamarse la legislatura del constitucionalismo abusivo. En estos últimos meses, hemos vivido un insistente ataque para constitucionalizar lo inconstitucional. Como nuestra Constitución protegía la división de poderes, eliminan de facto la división de poderes, con una reforma para capturar el Poder Judicial. Como nuestra Constitución protegía los derechos humanos con el juicio de amparo, debilitan el juicio de amparo para poder imponer las decisiones de sus gobiernos sobre los derechos de las personas. Como nuestra Constitución protege el gobierno democrático liderado por civiles, ahora intentan torcer la Constitución para militarizar todos los ámbitos de la vida pública: infraestructura, energía, aeropuertos, salud, educación, etc.
Morena quiere heredar a las nuevas generaciones una Constitución Militar. Ese será su legado como régimen. Ahora, intentan nuevamente imponer su constitucionalismo abusivo con la reforma para consumar la militarización de la Guardia Nacional. Es claro que buscan seguir avanzando en la militarización de nuestro país. Dimos la batalla para frenarla y poner los acentos sobre lo que más nos alarma de esta reforma en la Cámara de Diputados, ahora sigue la discusión en el Senado y tenemos que seguir poniendo el dedo en el renglón, continuar insistiendo que no toquen el 129 constitucional y que los militares no se involucren en tareas de civiles.
Rescato de la jornada un evento que sucedió al medio día dentro de la Cámara de Diputados. Mientras en el pleno se discutía la reforma militarista del presidente, un grupo de estudiantes valientes hacían un llamado a formar un “Bloque por la Paz”. Extendieron una invitación a legisladores y legisladoras para que, sin distinción partidista, sumen esfuerzos y se aglomeren en torno a una exigencia clara y contundente: no más militarización. Este es un llamado que no podemos pasar desapercibido. Tenemos la obligación de escuchar a todas las voces; a todas las personas que van a ser afectadas por esta reforma militarista. No le robemos el futuro a aquellos que piden la búsqueda de otra vía para la pacificación del país.
No podemos seguir permitiendo que nuestra nación se hunda en la violencia y el autoritarismo. Es hora de recuperar la paz, la justicia y el respeto a los derechos humanos. Es hora de construir un México nuevo, un México donde las instituciones civiles sean fuertes, donde la democracia sea sólida y donde el Estado de derecho prevalezca. En Movimiento Ciudadano le hicimos una promesa a todas las juventudes y a las niñeces de nuestro país: vamos a luchar hasta el final para defender a nuestro país, la democracia y el futuro que quieren arrebatarles. Nos mantenemos firmes con ella.