/ miércoles 12 de agosto de 2020

Covid-19: la experiencia de Nueva Zelanda

Por: Andrew Townend


El Covid-19 toca casi cada aspecto de la vida actual. Hay diferencias en su impacto entre los países, pero una cosa es cierta: representa un reto enorme para todos, y la colaboración internacional va a ser indispensable si queremos resolverlo de manera efectiva.


La respuesta de mi país a la pandemia ha recibido cierta atención en los últimos meses. Debido en gran medida a nuestra situación geográfica (un país de islas, con una población relativamente pequeña), hemos podido seguir una estrategia de eliminación del virus. Al momento de escribir estas líneas (11 de agosto) hay 22 casos activos (importados y en aislamiento) y un total acumulado de 1220 casos confirmados, en un país con 5 millones de habitantes. Desafortunadamente ha habido muertes, pero ha sido posible limitar el número de decesos a 22. No obstante, el peligro no ha desaparecido. Como recordatorio de qué tan rápido puede cambiar la situación, el 11 de agosto se anunció la detección en Auckland de cuatro nuevos casos de origen desconocido. Se ha activado un plan de rebrote para analizar la situación y tomar las medidas necesarias.


¿Cuáles han sido los elementos principales de la respuesta neozelandesa? Es importante reconocer que cada país es diferente: no todas las medidas de salud pública van a ser viables en todos los países. Pero la estrategia se ha caracterizado por lo siguiente: acción temprana y decisiva, basada en la ciencia y con una clara comunicación pública. El 19 de marzo se cerró la frontera para la mayoría de los extranjeros. El 21 de marzo se implementó un sistema de alerta de cuatro niveles, con medidas progresivas de distanciamiento físico y restricciones al movimiento. En un periodo muy corto, el nivel subió a 4, así que entre el 25 de marzo y el 28 de abril, los neozelandeses vivieron bajo el máximo nivel de confinamiento. Tuvieron que quedarse en casa y solamente los supermercados, las farmacias y otros servicios esenciales estaban en operación. Estas decisiones no se tomaron a la ligera: han tenido un impacto económico considerable. Pero fue posible interrumpir la transmisión del virus y evitar la crisis que se había temido. Mientras el confinamiento era obligatorio, con potenciales consecuencias legales para cualquiera que no respetara las normas, el éxito de las medidas se explica más bien en términos del espíritu de equipo de los neozelandeses, y de manaakitanga, el valor maorí que significa el cuidar a los demás.


Actualmente, el enfoque es la recuperación. Esto incluye inversión para crear nuevos empleos, y esfuerzos con nuestros socios – incluyendo a México – para promover un mundo abierto de libre comercio. Sin embargo, las autoridades se mantienen vigilantes ante posibles rebrotes, y la frontera permanece cerrada, con estrictos controles de ingreso y una cuarentena obligatoria de 14 días.


¿Qué significa el Covid-19 para nuestro trabajo en la Embajada de Nueva Zelandia en México? Sin duda, la pandemia ha tenido un impacto significativo. El apoyo consular a ciudadanos neozelandeses se ha vuelto más importante que nunca, y como muchos otros, hemos tenido que convertirnos en una embajada mayormente virtual, trabajando desde casa, y sin contar con varias de las herramientas tradicionales de la diplomacia como reuniones de trabajo y eventos.


Por otra parte, esto nos ha empujado a encontrar maneras alternativas de avanzar nuestra colaboración con México, en áreas como la relación comercial, la agricultura sustentable y la revitalización de lenguas indígenas. Hemos aprendido cómo podemos hacer mejor uso de nuestras redes sociales para comunicarnos con nuestros seguidores y el público en general; a ser usuarios más inteligentes que antes de una aplicación como WhatsApp; y cómo las videoconferencias y otras herramientas de la diplomacia digital sirven para mantener relaciones y avanzar en proyectos compartidos. Un gran ejemplo de lo que es posible es la reunión virtual (bajo la presidencia de México) de los países miembros del tratado transpacífico de libre comercio TIPAT, que se realizó el 5 de agosto. Por su parte, en 2021 Nueva Zelandia será anfitrión de una “APEC virtual”, organizando un programa de reuniones digitales de las economías de Asia-Pacífico. Aunque el entorno actual presenta muchos retos, también nos ofrece oportunidades para descubrir nuevas formas de hacer las cosas.


Finalmente, si bien el cierre de la frontera ha tenido un impacto significativo para los turistas y en la capacidad de los estudiantes internacionales de ir a estudiar a Nueva Zelandia, esperamos el momento en que nuevamente podamos darles la bienvenida en nuestro país. En palabras de un famoso dicho maorí, lo que más importa es la gente: he tangata, he tangata, he tangata. Construir y mantener relaciones personales continúa siendo nuestra prioridad número uno, ahora como antes.




Asociado COMEXI

@AndrewTownendNZ

@NZinMexico