La renovación de la Línea 1 del metro es un logro que ha sido muy presumido por los funcionarios de la administración saliente, pero en realidad no han podido cortar el listón por errores graves en su planeación y ejecución. Clara Brugada tendrá el reto de renovar la línea 3 del metro y concluir la línea 12 hasta Observatorio. No debe cometer los mismos errores que sus predecesores.
En ambos proyectos, la renovación de una línea y la ampliación de otra, se requiere contratar la fabricación de por lo menos 50 trenes. El tiempo de preparación de la licitación, más las ingenierías, la fabricación, pruebas y certificaciones está entre los 3 y los 4 años. Si yo estuviera en los zapatos del próximo secretario de Movilidad, Héctor Ulises García Nieto, tendría los ojos puestos en dos papas calientes: la contratación de nuevos trenes y el operativo del mundial 2026.
Si, por el contrario, la administración de Clara Brugada deja pasar el 2025 para la contratación de los nuevos trenes, entonces no podrá inaugurar la ampliación a Observatorio antes de 2029, y por mucho que prometa que la línea 3 del metro estará lista en un año, tardará más de 2 y tendrá a los usuarios molestos, como hoy sucede con aquellos que usaban con regularidad la línea 1 del metro y que hoy todavía padecen tanto su cierre como las fallas del tramo reabierto.
Adicionalmente, Clara Brugada deberá ser muy cauta en la contratación de trenes a la empresa china CRRC - Zhuzhou Locomotive, dado su fracaso en la renovación de la Línea 1 del Metro.
En algunas presentaciones, Clara Brugada planteaba la ampliación de la Línea 4 del metro de Santa Anita a Mexicaltzingo en Iztapalapa, para hacer correspondencia con la Línea 12. En caso de que esto suceda, también deberá adquirir los trenes respectivos con suficiente tiempo, si quiere que el proyecto sea exitoso. Además, deberá renovar la línea 4 con la misma tecnología que la gobernadora Delfina Gómez y el Secretario de Movilidad mexiquense, Daniel Sibaja, están previendo para la ruta de Martín Carrera a Tepexpan.
Insisto, cada tren tarda cerca de tres años en su fabricación, más todas las actividades de preparación previas a la licitación y los procesos de pruebas y certificación. En el caso de la Línea 12 del metro, uno de los primeros errores cometidos fue justamente el de posponer la compra de trenes, los cuales han sido polémicos porque se acusa de haber cambiado las especificaciones de último momento para estar a tiempo.
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Al mismo tiempo, con la ampliación nacional de la red de trenes, la Ciudad de México tiene un reto adicional. Todo parece indicar que la vía del tren suburbano terminará saturada muy pronto. Esto debe dar lugar a la planeación de una segunda entrada férrea de pasajeros, por la carretera a Pachuca, adicional a la vía del tren suburbano: esta es la gran oportunidad de que la Ciudad de México inicie la construcción de la línea 10 del metro a lo largo de Insurgentes.
Si Brugada y García Nieto, como líder del equipo de movilidad, son visionarios, tendrán éxito en sus acciones en materia de trenes; de lo contrario, éstos serán una carga, como lo fueron para el gobierno que termina.