/ sábado 15 de abril de 2023

De la pluma de Miguel Reyes Razo  | La maldición de los Kennedy

Po Miguel Reyes Razo

"Vaya a buscar reacciones, comentarios u opiniones al atentado que sufrió Robert Francis Kennedy. Márchese -me ordenó Raúl Sánchez Hidalgo quien parecía poseer otra personalidad. Activo, serio, decidido. Llamémosle experiencia.

Reproché mi indumentaria. Acostumbraba vestir traje completo. Y aquel día mudé el saco por un cómodo suéter "cardigan". De buena factura, sí. Pero carente de la personalidad de un traje completo. "Es que, como te ven, te tratan". Así se decía entonces. Y, hoy, así es.

"¿A dónde ir?"- me pregunté. Casi media noche. Época en que la Ciudad de México vivía los reglamentos de Don Ernesto P. Uruchurtu. A la una de la mañana, centros nocturnos, restaurantes y bares cerraban sus puertas. Echaban a la calle a sus parroquianos. Ya los esperaban ávidos taxistas:

"Cuatro Rosas...El Toreo...Cinco pesos...

"Pero te cobran cincuenta por regresarte, hermano. Mejor así la dejamos...

Reforma, Avenida Juárez. El Ambassadeurs. El Nicté-Ha del hotel Del Prado. Hacía allá la emprendí. Urgía pulsar sentimientos. Recibir de viva voz el ánimo de las personas que hallara...Y que decidieran -aceptaran- compartirlas con un desconocido.

(Muchos años después el inolvidable Don Jesús M. Lozano -decano de los reporteros de Excélsior- me contó que en el temblor de 1957, el que echó de su elevado pedestal al Ángel de la Independencia, el reporterazo Carlos Denegri interrumpió cena y fiesta con amigos y contrató al fotógrafo del restauranre donde "gustaba" para correr a su redacción. Captó la ruina de la Casa Latinoamericana en la Glorieta de Colón y la desaparición del Teatro Arena en ese mismo lugar. Sismo que interrumpió la representación de "El Caso de la Mujer Asesinadita". "Denegri -remataba El viejo Lozano que fue cercanísimo a Don Rodrigo de Llano- tendría muchos defectos. Pero era una "fiera" a la hora de ir tras una noricia)

El pasaje Del Prado -en el famoso hotel- mantenía sus "aparadores" iluminados. Se abrió el Nicte-Ha. Tímido, inseguro, plantee el asunto a los que abandonaban el lujoso -muy afamadp- lugat.

"Esa familia está "salada"...

"¿Otro Kennedy balaceado? ¿Ya murió?

"¿Estás seguro de lo que dices? ¿Cómo sabes?

"Pobre cuate. Que mala suerte...

Casi monosilabos. De la incredulidad y la sorpresa a la frialdad de

"Ni modo, mano. Ya le tocaba.

"Bueno, creo que todavía queda un hermano. El más chico de los tres.

Tenía en mente la hazaña del reportero ¿Tom Wicker, quizá, del The New York Times? Se dijo que "cubría" la gira del Presidente John Fitzgerald Kennedy en Dallas. Se quedó sin su libreta de notas. La suplió con la bolsa de una hamburguesa. Ahí anotó detalles,horarios, semblantes, multitudes, edificios, rostros, sentimientos. Hasta el instante en que el célebre Walter Cronkite informador de la CBS se despojó de sus anteojos y -sin saco, en mangas de camisa- y con la vista puesta en un reloj de pared transmitió: "En el Hospital Parkland de Dallas, Texas, el Presidente John Kennedy acaba de morir".

Regresé al periódico. A "mi periódico", como solíamos decir. No llegué con las manos vacías. Le transmití al señor Sánchez Hidalgo lo visto y oido.

"Dele a la tecla, "maestrito" - Me indicó. "Seguimos la información. Ya estamos en la ruta de producir una "extra". Una edición especial. Ya nos llegaron fotos. Se va a Robert Kennedy tirado en el piso de la cocina donde lo hirieron. Están también las que muestran a su esposa, la señora Ethel en actitud de rezo. Ya se sabe. Son muy católicos y tienen muchos hijos. Robert fue Procurador General de Justicia cuando su hermano John era Presidente. Se echó muchos enemigos. Jimmy Hoffa -el superlider de los transportistas gringos, casi un gangster- lo obligó a trabajar "horas extras".

"Y el Presidente Lyndon Johmson que no "tragaba" a los hermanos...

"Esparció la frase: "¿Dos Kennedy en la Presidencia? ¡Imposible!

"Siempre estuvo presente la extrañeza que causó en el "Clan Kennedy" que tras intensos y variados díalogos, Johnson desplazara al maduro y educado Adlai Stevenson.Áspero, brusco, mal educado, deliberadamente vulgar mostraría su añejo rencor apenas falleció el Presidente. Le puso plazo a Jackie Bouvier -viuda de Kennedy- para que abandonara la Casa Blanca.

La Sala de Redacción estaba muy animada. Expertos operarios de la rotativa participaban del acontecimiento. Compartían conjeturas. Cruzaban Impresiones:

"De esta, no se salva...

"Le hacen la lucha. Pero

"Su papá se hizo de muchos enemigos.

"La Maffia de Chicago se la tenía jurada

Don Raúl Sánchez Hidalgo dio una buena noticia:

"La cafetería-restaurante del periódico -rebautizada "Biafra"- permanecerá abierta. Para que no se vayan al "Biarritz" .Jejeje.

"Que fue un árabe el que hirió a Robert, Don Raúl"- se aproximó alguien que le entregó copia del teletipo.


Po Miguel Reyes Razo

"Vaya a buscar reacciones, comentarios u opiniones al atentado que sufrió Robert Francis Kennedy. Márchese -me ordenó Raúl Sánchez Hidalgo quien parecía poseer otra personalidad. Activo, serio, decidido. Llamémosle experiencia.

Reproché mi indumentaria. Acostumbraba vestir traje completo. Y aquel día mudé el saco por un cómodo suéter "cardigan". De buena factura, sí. Pero carente de la personalidad de un traje completo. "Es que, como te ven, te tratan". Así se decía entonces. Y, hoy, así es.

"¿A dónde ir?"- me pregunté. Casi media noche. Época en que la Ciudad de México vivía los reglamentos de Don Ernesto P. Uruchurtu. A la una de la mañana, centros nocturnos, restaurantes y bares cerraban sus puertas. Echaban a la calle a sus parroquianos. Ya los esperaban ávidos taxistas:

"Cuatro Rosas...El Toreo...Cinco pesos...

"Pero te cobran cincuenta por regresarte, hermano. Mejor así la dejamos...

Reforma, Avenida Juárez. El Ambassadeurs. El Nicté-Ha del hotel Del Prado. Hacía allá la emprendí. Urgía pulsar sentimientos. Recibir de viva voz el ánimo de las personas que hallara...Y que decidieran -aceptaran- compartirlas con un desconocido.

(Muchos años después el inolvidable Don Jesús M. Lozano -decano de los reporteros de Excélsior- me contó que en el temblor de 1957, el que echó de su elevado pedestal al Ángel de la Independencia, el reporterazo Carlos Denegri interrumpió cena y fiesta con amigos y contrató al fotógrafo del restauranre donde "gustaba" para correr a su redacción. Captó la ruina de la Casa Latinoamericana en la Glorieta de Colón y la desaparición del Teatro Arena en ese mismo lugar. Sismo que interrumpió la representación de "El Caso de la Mujer Asesinadita". "Denegri -remataba El viejo Lozano que fue cercanísimo a Don Rodrigo de Llano- tendría muchos defectos. Pero era una "fiera" a la hora de ir tras una noricia)

El pasaje Del Prado -en el famoso hotel- mantenía sus "aparadores" iluminados. Se abrió el Nicte-Ha. Tímido, inseguro, plantee el asunto a los que abandonaban el lujoso -muy afamadp- lugat.

"Esa familia está "salada"...

"¿Otro Kennedy balaceado? ¿Ya murió?

"¿Estás seguro de lo que dices? ¿Cómo sabes?

"Pobre cuate. Que mala suerte...

Casi monosilabos. De la incredulidad y la sorpresa a la frialdad de

"Ni modo, mano. Ya le tocaba.

"Bueno, creo que todavía queda un hermano. El más chico de los tres.

Tenía en mente la hazaña del reportero ¿Tom Wicker, quizá, del The New York Times? Se dijo que "cubría" la gira del Presidente John Fitzgerald Kennedy en Dallas. Se quedó sin su libreta de notas. La suplió con la bolsa de una hamburguesa. Ahí anotó detalles,horarios, semblantes, multitudes, edificios, rostros, sentimientos. Hasta el instante en que el célebre Walter Cronkite informador de la CBS se despojó de sus anteojos y -sin saco, en mangas de camisa- y con la vista puesta en un reloj de pared transmitió: "En el Hospital Parkland de Dallas, Texas, el Presidente John Kennedy acaba de morir".

Regresé al periódico. A "mi periódico", como solíamos decir. No llegué con las manos vacías. Le transmití al señor Sánchez Hidalgo lo visto y oido.

"Dele a la tecla, "maestrito" - Me indicó. "Seguimos la información. Ya estamos en la ruta de producir una "extra". Una edición especial. Ya nos llegaron fotos. Se va a Robert Kennedy tirado en el piso de la cocina donde lo hirieron. Están también las que muestran a su esposa, la señora Ethel en actitud de rezo. Ya se sabe. Son muy católicos y tienen muchos hijos. Robert fue Procurador General de Justicia cuando su hermano John era Presidente. Se echó muchos enemigos. Jimmy Hoffa -el superlider de los transportistas gringos, casi un gangster- lo obligó a trabajar "horas extras".

"Y el Presidente Lyndon Johmson que no "tragaba" a los hermanos...

"Esparció la frase: "¿Dos Kennedy en la Presidencia? ¡Imposible!

"Siempre estuvo presente la extrañeza que causó en el "Clan Kennedy" que tras intensos y variados díalogos, Johnson desplazara al maduro y educado Adlai Stevenson.Áspero, brusco, mal educado, deliberadamente vulgar mostraría su añejo rencor apenas falleció el Presidente. Le puso plazo a Jackie Bouvier -viuda de Kennedy- para que abandonara la Casa Blanca.

La Sala de Redacción estaba muy animada. Expertos operarios de la rotativa participaban del acontecimiento. Compartían conjeturas. Cruzaban Impresiones:

"De esta, no se salva...

"Le hacen la lucha. Pero

"Su papá se hizo de muchos enemigos.

"La Maffia de Chicago se la tenía jurada

Don Raúl Sánchez Hidalgo dio una buena noticia:

"La cafetería-restaurante del periódico -rebautizada "Biafra"- permanecerá abierta. Para que no se vayan al "Biarritz" .Jejeje.

"Que fue un árabe el que hirió a Robert, Don Raúl"- se aproximó alguien que le entregó copia del teletipo.