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Los recursos que se destinaron para el programa de Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores y Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente se incrementó casi 80 por ciento durante el primer trimestre del último año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
De todos los sobregastos que presentó el gobierno de enero a marzo, este fue el que más recursos acaparó con un total de 107,187 millones de pesos, un aumento de 79.4%, respecto del mismo periodo del año anterior, según muestran las propias cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Además, este gasto en pago de pensiones representó 44.5% del presupuesto que se le asignó a la Secretaría del Bienestar que está a cargo de estos dos programas. Este gasto acelerado hace pensar que en junio rebasará más del 50% del presupuesto asignado a esta dependencia.
Con ello, es preciso recordar que las candidatas a la presidencia si bien tienen diferencias sobre el tema de las pensiones, al final ambas se dirigen a mantener un gasto regresivo en pensiones. Sus propuestas sin duda solo tienen intenciones electorales, pues estamos hablando de que el próximo 2 de junio, más de 100 millones de personas tendrían que votar para elegir a su gobernante.
La candidata de la coalición de Morena y PVEM, Claudia Sheinbaum dice que darán seguimiento al financiamiento del Fondo de Pensiones para el Bienestar, el cual sólo busca hasta ahora, completar las pensiones de las personas que se jubilen por los regímenes del IMSS de 1997 o del ISSSTE de 2007.
Si bien, sólo en Hacienda entienden sus cálculos actuariales de que este fondo tendrá alrededor de 130 mil millones de pesos en los próximos 10 años, Sheinbaum soltó que con este fondo contempla 4,000 pesos para cada trabajador con el fin de alcanzar la mínima de 16,777 pesos mensuales.
La candidata de Morena y PVEM sostiene la narrativa de que este fondo se sostendrá también de las utilidades que generen los proyectos insignia del actual gobierno, aunque no deja claro cuándo y de cuánto serán estos beneficios.
Xóchitl Gálvez, candidata presidencial por la coalición PRI, PAN y PRD, no tocará los recursos de las cuentas inactivas de las Afores ni el Infonavit, o al menos eso nos dijo su coordinador de la mesa de finanzas públicas, Fernando Galindo Favela.
En todo caso, Gálvez contempla reducir la edad de 65 a 60 años para acceder a la pensión universal que es la del programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. Según Galindo esto se financiará ajustando el gasto en el rubro presupuestario de Servicios Personales. Pero de no ser así, el gasto en pensiones seguirá creciendo.
Ambas candidatas ni siquiera mencionan a las personas que actualmente no tienen acceso a la seguridad social (afore, crédito a la vivienda y acceso a los servicios de salud) y que son más del 50% de la Población Económicamente Activa. No existen en sus propuestas.
Sólo hablan de gastar y gastar, lo cual no está del todo mal. El problema es que lo hacen bajo la poca capacidad que se tiene para generar ingresos recurrentes. Y que no sólo está el gasto de pensiones de los programas sociales, sino también el gasto que se destina a las jubilaciones del sector público,el cual fue de 1.49 billones de pesos para este año.
Es un gasto, que como dicen los expertos, es regresivo, porque todo este gasto de pensiones se distribuye a una población que no pertenece a los deciles de la población con menores ingresos. Entonces, sea quien gane, la realidad es que seguiremos manteniendo un sistema que sólo privilegia a unos cuantos.