/ jueves 23 de mayo de 2024

Desaforada / La meta de reducir el gasto en casi 1 billón

Una de las cargas fiscales que dejará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la nueva administración es reducir el gasto público en casi un billón de pesos durante su primer año de gestión, una cantidad que dista de las propuestas de las candidatas y el candidato a la presidencia, las cuales están más encaminadas a elevar el gasto público.

¿De dónde sale esta cantidad desorbitante? Los Precriterios Generales de Política Económica que presentó la Secretaría de Hacienda a finales de marzo indican que en este año último año de gobierno de AMLO, el déficit público, medido a través de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) aumentará de 5.4% del PIB a 5.9%, es decir, en este año de elecciones, el déficit pasó de 1.86 billones a 1.99 billones de pesos.

Para el siguiente año, con una nueva administración y con un crecimiento de la economía promedio de 2.5%, Hacienda sentenció que este déficit debe bajar y ser de 3% del PIB (que son 1.07 billones de pesos), o sea bajar en 12 meses 2.9 puntos del PIB, lo cual es casi imposible, o al menos la historia económica nos dice otra cosa.

Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) indica que si el siguiente gobierno logra reducir el gasto en 2.9 puntos porcentuales del PIB, será el ajuste más grande que se haya hecho desde 1995, es decir, ve con poco optimismo que se logre, especialmente cuando los tres candidatos a la presidencia solo hablan de aumentar el gasto público.

Los cálculos del CIEP muestran que en promedio, el gasto aumenta 1.0 punto porcentual del PIB en el año electoral, mientras que, en el año inmediato posterior a las elecciones, el gasto se reduce en 1.2 puntos porcentuales del PIB. Sin contar el ajuste esperado para 2025, el promedio en la reducción del gasto sería de 0.75 puntos del PIB.

A quien sí le preocupa este tema y que ya alzó la ceja sobre cómo se está acelerando el déficit público es la calificadora Fitch Ratings. Carlos Morales , director de deuda soberana de la agencia dijo a Reuters que si los déficits fiscales se mantienen consistentes y con un aumento acelerado de la deuda, “eso pudiera afectar la calificación soberana de México”.

En diciembre, Fitch Rating reafirmó la calificación soberana de México en BBB- con perspectiva estable, es decir, aún mantiene su grado de inversión. Otras agencias como Moody's mantiene la calificación de México en Baa2 y S&P en BBB, ambas con un panorama estable.

Pero esta estabilidad macro podría perderse si no se hace un esfuerzo ya sea por reducir el gasto, aumentar ingresos o las dos. Las candidatas y el candidato debe entender que los mexicanos no vivimos de sus buenas intenciones, sí queremos mayor inversión en educación, salud, infraestructura y pensiones, pero debieron dejar en claro cómo y la dimensión que tendría cada rubro.

Quizá, sea hasta el 15 de noviembre, fecha en que se entrega el Paquete Económico 2025, cuando conozcamos las nuevas expectativas del PIB y las verdaderas intenciones del gasto y los ajustes en ingresos para darle ese respiro a las finanzas públicas, y sobre todo espacio y margen al nuevo gobierno.


Correo: elizabeth.albarran@elsoldemexico.com.mx

X: @ElizaAlbarran

TikTok: @elizalbarran11

Una de las cargas fiscales que dejará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la nueva administración es reducir el gasto público en casi un billón de pesos durante su primer año de gestión, una cantidad que dista de las propuestas de las candidatas y el candidato a la presidencia, las cuales están más encaminadas a elevar el gasto público.

¿De dónde sale esta cantidad desorbitante? Los Precriterios Generales de Política Económica que presentó la Secretaría de Hacienda a finales de marzo indican que en este año último año de gobierno de AMLO, el déficit público, medido a través de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) aumentará de 5.4% del PIB a 5.9%, es decir, en este año de elecciones, el déficit pasó de 1.86 billones a 1.99 billones de pesos.

Para el siguiente año, con una nueva administración y con un crecimiento de la economía promedio de 2.5%, Hacienda sentenció que este déficit debe bajar y ser de 3% del PIB (que son 1.07 billones de pesos), o sea bajar en 12 meses 2.9 puntos del PIB, lo cual es casi imposible, o al menos la historia económica nos dice otra cosa.

Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) indica que si el siguiente gobierno logra reducir el gasto en 2.9 puntos porcentuales del PIB, será el ajuste más grande que se haya hecho desde 1995, es decir, ve con poco optimismo que se logre, especialmente cuando los tres candidatos a la presidencia solo hablan de aumentar el gasto público.

Los cálculos del CIEP muestran que en promedio, el gasto aumenta 1.0 punto porcentual del PIB en el año electoral, mientras que, en el año inmediato posterior a las elecciones, el gasto se reduce en 1.2 puntos porcentuales del PIB. Sin contar el ajuste esperado para 2025, el promedio en la reducción del gasto sería de 0.75 puntos del PIB.

A quien sí le preocupa este tema y que ya alzó la ceja sobre cómo se está acelerando el déficit público es la calificadora Fitch Ratings. Carlos Morales , director de deuda soberana de la agencia dijo a Reuters que si los déficits fiscales se mantienen consistentes y con un aumento acelerado de la deuda, “eso pudiera afectar la calificación soberana de México”.

En diciembre, Fitch Rating reafirmó la calificación soberana de México en BBB- con perspectiva estable, es decir, aún mantiene su grado de inversión. Otras agencias como Moody's mantiene la calificación de México en Baa2 y S&P en BBB, ambas con un panorama estable.

Pero esta estabilidad macro podría perderse si no se hace un esfuerzo ya sea por reducir el gasto, aumentar ingresos o las dos. Las candidatas y el candidato debe entender que los mexicanos no vivimos de sus buenas intenciones, sí queremos mayor inversión en educación, salud, infraestructura y pensiones, pero debieron dejar en claro cómo y la dimensión que tendría cada rubro.

Quizá, sea hasta el 15 de noviembre, fecha en que se entrega el Paquete Económico 2025, cuando conozcamos las nuevas expectativas del PIB y las verdaderas intenciones del gasto y los ajustes en ingresos para darle ese respiro a las finanzas públicas, y sobre todo espacio y margen al nuevo gobierno.


Correo: elizabeth.albarran@elsoldemexico.com.mx

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