Una de las noticias más esperadas sobre quién sería el nuevo director de Petróleos Mexicanos (Pemex) se dio a conocer este lunes. La presidenta electa Claudia Sheinbaum anunció que será Víctor Rodríguez Padilla, quien al parecer tiene otros datos más optimistas sobre la situación financiera de la empresa productiva del Estado.
En su discurso, el físico ingeniero, dijo que “Pemex no es una empresa muerta, no está tan mal como piensan” y además acusó a los medios de comunicación de exagerar sobre la situación de la empresa. ¿Realmente es así? ¿Le parece poco que la refinería Olmeca de Dos Bocas haya triplicado su costo y que se estén sacrificando recursos a otros rubros prioritarios para financiar este proyecto insignia?
El último reporte trimestral de Pemex muestra que en total se han destinado 320 mil millones de pesos a esta refinería que supuestamente permitirá que México deje de comprar gasolina a Estados Unidos. En un inicio se habló de que este proyecto costaría 8,000 millones de dólares, pero ahora costará hasta 18,000 millones de dólares. Y todavía no produce barriles de gasolina.
La apuesta por la “soberanía energética” también ha implicado que a Pemex se “le perdonen” los pagos al fisco por alrededor de 1.04 billones de pesos, una cantidad que supera los impuestos que han pagado los Grandes Contribuyentes. Y bueno, la idea de que México deje de exportar e importar combustibles no queda claro cómo se logrará o cómo se cubrirá ese boquete en la balanza comercial y en las finanzas públicas.
Para las agencias calificadoras, los apoyos patrimoniales a Pemex son un foco amarillo-rojo para la nota soberana del país, y han advertido que si continúan estas contribuciones sin hacer una reforma fiscal que genere nuevos ingresos, el país verá presionadas su finanzas al punto de reducir la perspectiva estable y posteriormente la calificación soberana. Un golpe que sin duda sería muy duro para la economía.
Así que cuando el también doctor en economía de la energía dice que “los medios exageran mucho”, ojalá pudiera demostrarlo con más datos que sean verificables.
La agencia crediticia Moody's rebajó la calificación de Pemex a B3 en febrero de este año con perspectiva negativa, lo que significa que carece de las características de una inversión deseable y que existe alto riesgo crediticio. B3 se considera una anotación altamente especulativa y dejó a Pemex a un escalón de ser considerada de Riesgo Sustancial de incumplimiento
En tanto S&P publicó un análisis en el que advierte que la calificación de México estará en riesgo si continúan los apoyos del gobierno a la petrolera. “La forma en que el próximo gobierno aborde la trayectoria fiscal general de México, en que decida el apoyo a Pemex, en que aborde la política en el sector energético y organice la gestión de Pemex probablemente afectará nuestras calificaciones tanto del país como de la empresa petrolera”. Hasta ahora su nota es BBB con perspectiva estable.
De las cosas positivas que quizá dijo el nuevo titular de Pemex es que se apresurará el pago a los proveedores, lo cual puede significar un alivio para varias empresas, cuyo único cliente es Pemex. Me explicaron que la estatal normalmente tarda en pagar 90 días, pero en esta administración se han demorado entre cinco y seis meses, lo cual, es una asfixia para estos negocios monopsónicos.
Además, como ya lo había anticipado el futuro secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el nuevo gobierno apostará por las energías verdes y permitirá la participación de la inversión privada. Incluso, Alfonso Ramírez Cuéllar, dijo a este diario que volverán las Asociaciones Público Privadas (APPs) y las rondas petroleras que surgieron en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Es lamentable que todo el entusiasmo de apostar y desarrollar las energías limpias, no sea lo suficientemente convincente para borrar la huella de la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco. No solo ambientalmente, sino también financieramente.
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