/ sábado 14 de septiembre de 2024

Detección oportuna de cáncer originado en cuello y cabeza

Por José Francisco Gallegos Hernández

La presencia de un bulto o masa en el cuello es una situación bastante común. La gran mayoría de ellos se debe a causas infecciosas por bacterianas o virales: Infecciones activas en el momento de detectar la masa o cuadros que se hayan resuelto días antes.

También pueden ser consecuencia de alteraciones congénitas que pueden hacerse manifiestas, incluso en la edad adulta (quistes branquiales o del conducto tirogloso). Sin embargo, algunos de estos bultos pueden ser la primera manifestación de un cáncer originado en el área de cabeza y cuello que hasta ese momento no se haya manifestado.

Cualquier bulto en el cuello que no tenga una causa infecciosa aparente o que no desaparezca con tratamiento antiinflamatorio y/o antibiótico debe ser motivo de estudio y descartarse cáncer oculto. Cuando un bulto es maligno, la mayoría tiene origen en cabeza y cuello, por lo que no se requieren estudios de todo el organismo.

La posibilidad de que un bulto en el cuello sea de origen maligno se incrementa si la persona consume alcohol, fuma o se intoxica con cannabis y cocaína; si tiene antecedentes de lesiones en la boca (principalmente lengua y encías) o en la garganta (orofaringe y amígdalas), o si existe un bulto o lesión en la piel de la cara o el cuero cabelludo.

Los bultos de origen maligno en el cuello son más frecuentes en hombres a partir de la 5ª década de vida y con los factores de riesgo mencionados, pero no quedan exentas personas que no se intoxican y mujeres aún jóvenes; en ellas, siempre se debe descartar como causa el cáncer de tiroides.

La localización de la masa en el cuello es importante:

Los tumores en la cara anterior del cuello suelen tener origen en la glándula tiroides.

Los laterales pueden originarse en boca y orofaringe si están por debajo de la mandíbula, o en la faringe y laringe si están en la parte media e inferior.

El estudio de una masa cervical debe ser realizado por un especialista. El médico general debe referir a la persona una vez que el tratamiento médico por una semana no lo hizo desaparecer.

El mejor estudio inicial es un ultrasonido realizado por un radiólogo experto, lo que nos permite conocer las características del tumor y saber si tiene datos de ser maligno.

En caso de ser sospechoso de cáncer, el primer paso es efectuar una biopsia por punción guiada por ultrasonido. La biopsia abierta o quirúrgica debe evitarse, ya que existe el riesgo de siembra tumoral cervical y complica el tratamiento posterior.

Si la punción es positiva a cáncer, entonces se efectúan estudios pertinentes para la búsqueda del tumor que le dio origen.

En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fomentamos la cultura de la prevención y acudir con el médico ante la sospecha de algún padecimiento; detectar a tiempo un cáncer nos permite iniciar tratamientos en beneficio del derchohabiente.


Departamento de Tumores de Cabeza y Cuello

Hospital de Oncología, CMN Siglo XXI del IMSS


Por José Francisco Gallegos Hernández

La presencia de un bulto o masa en el cuello es una situación bastante común. La gran mayoría de ellos se debe a causas infecciosas por bacterianas o virales: Infecciones activas en el momento de detectar la masa o cuadros que se hayan resuelto días antes.

También pueden ser consecuencia de alteraciones congénitas que pueden hacerse manifiestas, incluso en la edad adulta (quistes branquiales o del conducto tirogloso). Sin embargo, algunos de estos bultos pueden ser la primera manifestación de un cáncer originado en el área de cabeza y cuello que hasta ese momento no se haya manifestado.

Cualquier bulto en el cuello que no tenga una causa infecciosa aparente o que no desaparezca con tratamiento antiinflamatorio y/o antibiótico debe ser motivo de estudio y descartarse cáncer oculto. Cuando un bulto es maligno, la mayoría tiene origen en cabeza y cuello, por lo que no se requieren estudios de todo el organismo.

La posibilidad de que un bulto en el cuello sea de origen maligno se incrementa si la persona consume alcohol, fuma o se intoxica con cannabis y cocaína; si tiene antecedentes de lesiones en la boca (principalmente lengua y encías) o en la garganta (orofaringe y amígdalas), o si existe un bulto o lesión en la piel de la cara o el cuero cabelludo.

Los bultos de origen maligno en el cuello son más frecuentes en hombres a partir de la 5ª década de vida y con los factores de riesgo mencionados, pero no quedan exentas personas que no se intoxican y mujeres aún jóvenes; en ellas, siempre se debe descartar como causa el cáncer de tiroides.

La localización de la masa en el cuello es importante:

Los tumores en la cara anterior del cuello suelen tener origen en la glándula tiroides.

Los laterales pueden originarse en boca y orofaringe si están por debajo de la mandíbula, o en la faringe y laringe si están en la parte media e inferior.

El estudio de una masa cervical debe ser realizado por un especialista. El médico general debe referir a la persona una vez que el tratamiento médico por una semana no lo hizo desaparecer.

El mejor estudio inicial es un ultrasonido realizado por un radiólogo experto, lo que nos permite conocer las características del tumor y saber si tiene datos de ser maligno.

En caso de ser sospechoso de cáncer, el primer paso es efectuar una biopsia por punción guiada por ultrasonido. La biopsia abierta o quirúrgica debe evitarse, ya que existe el riesgo de siembra tumoral cervical y complica el tratamiento posterior.

Si la punción es positiva a cáncer, entonces se efectúan estudios pertinentes para la búsqueda del tumor que le dio origen.

En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fomentamos la cultura de la prevención y acudir con el médico ante la sospecha de algún padecimiento; detectar a tiempo un cáncer nos permite iniciar tratamientos en beneficio del derchohabiente.


Departamento de Tumores de Cabeza y Cuello

Hospital de Oncología, CMN Siglo XXI del IMSS