Hace ocho días un camión torton con material inflamable se quedó sin frenos y fue a chocar contra la caseta de cobro de la carretera México-Puebla, con un saldo de 19 muertos y muchos lesionados más.
El 4 de octubre, en esa misma carretera, otro tráiler sin frenos se impactó contra la caseta de cobro de San Marcos Huitxoco. El 9 de marzo, el 11 de marzo, el 15 de julio, el 15 de agosto y el 5 de octubre, sendos trailers sin freno volcaron en la carretera México-Cuernavaca, con un saldo global de más de 10 muertos.
Esto en el corto plazo de unos meses, y sólo en las carreteras que confluyen a la capital de la República. En el resto del país la historia es semejante. El descontrol del transporte de carga en el país ha costado muchas vidas a lo largo del tiempo, pero el problema se está agudizando por el envejecimiento del parque trailero, y no se ve que ni los transportistas ni la autoridad de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte hayan hecho algo al respecto.
México tiene pérdidas anuales equivalentes a 2.2 por ciento del Producto Interno Bruto por los gastos derivados de accidentes viales, entre los que se incluyen los provocados por los trailers, que generan la pérdida de vidas humanas, daños materiales, gastos médicos y funerarios, tratamiento de lesiones, costos legales, así como ausentismo laboral.
“De acuerdo con datos de la OCDE, en 2019 México reportó 14 mil 673 muertes por siniestros viales, con tasa de mortalidad de 11.6 por cada 100 mil habitantes. Los siniestros viales en México representaron, tan solo en 2019, un costo estimado en 28.6 billones de dólares, de acuerdo con la OCDE, equivalente a 2.2 por ciento del PIB nacional”, detalló Arturo Cervantes Trejo, presidente de la Alianza Nacional para la Seguridad Vial (ANASEVI).
Para darse una idea, dicho monto es mucho mayor a la inversión programada en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 para los 11 programas de bienestar social del gobierno de la República, incluyendo Pensión para Adultos Mayores, Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, entre otros.
México ocupa el séptimo lugar entre los países con mayor número de accidentes viales, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas.
La única iniciativa conocida sobre el tema es la que se presentó apenas el 21 de octubre pasado la diputada Lorena Piñón Rivera, vía su iniciativa de reformas a la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte federal para prohibir la circulación en carreteras y caminos de la República a unidades de transporte de carga con doble articulación, remolques o semirremolques. No a todos los trailers, sino específicamente los de exceso de largo.
De acuerdo con la legisladora los doble-remolque causan en el país más de mil 600 accidentes al año y aproximadamente más de mil decesos.
Su iniciativa es conocida como la Ley Gandini, nombrada así por el esfuerzo de Héctor Gandini, publirrelacionista y vocero de políticos mexicanos, quien perdiera un hijo en un accidente por culpa de un doble remolque y donde su hija también resultó gravemente herida. La misma legisladora Piñón es víctima de lo mismo, pues su pareja falleció en un evento similar.
La recurrencia de estos eventos nos debe estremecer, porque ya no son hechos aislados sino un patrón constante. Uno puede estar a punto de pagar su caseta de cobro, y perder la vida en un instante por estos descuidos criminales de empresas que no invierten en sus unidades, las sobreexplotan, reciben el mínimo mantenimiento; y descuido de autoridades de todo el país, de los tres niveles de gobierno, que se cruzan de brazos, culpando a la fatalidad del asunto y esperando que los seguros entren al quite con los deudos. ¿Alguien meterá al orden a los empresarios traileros?