Carlos Villaseñor Franco
“El mejor igualador de oportunidades, es la educación”, lo hemos dicho en múltiples ocasiones y en diferentes escenarios, la educación es una puerta al desarrollo, al crecimiento, a una formación y adquisición de conocimientos y herramientas que fortalezcan las habilidades, por ello, cobra relevancia lo sucedido con la actualización de los libros de texto en la Educación Pública.
Poner estos temas en la mesa son parte de nuestra responsabilidad como sociedad civil y como padres de familia. Las modificaciones que recientemente se realizaron en los materiales didácticos para el nivel básico, han causado confrontaciones y sembrado dudas entre autoridades educativas, gobierno y diferentes grupos sociales, lo que ha generado una incertidumbre para el arranque del próximo ciclo escolar.
Lo que es un hecho, es que actualizar los libros de texto conlleva un análisis por parte de un equipo multidisciplinario, con la colaboración de expertos y científicos que propongan contenidos y modelos educativos que garanticen el desarrollo de la niñez y la adolescencia. Que incentive y promueva una educación de calidad y que ponga a la mano mejores materiales y conocimientos para las alumnas y los alumnos que cursan la educación básica.
Mi observación, es más encaminada a la falta de transparencia que ha prevalecido por parte del Gobierno para informar sobre quiénes participaron y cómo se llevó a cabo el proceso, donde no se tomó en cuenta la participación de los padres de familia, docentes y especialistas en materia educativa, tal como lo establecen las normas.
En mayo pasado, desde Coparmex hicimos un llamado ante la necesidad de garantizar el cumplimiento de los procedimientos para la elaboración del material de educación básica para el ciclo escolar 2023-2024 y manifestamos la pertinencia de reponer el proceso para garantizar el Interés Superior de la Niñez y el cumplimiento de lo establecido en la Ley General de Educación (LGE).
Asimismo, los libros no fueron los únicos que sufrieron modificaciones, sino que, existe la propuesta de caminar hacia un nuevo modelo educativo, por eso se dieron cambios en los nombres de algunas asignaturas que ahora serán nombrados como “campos formativos”, si bien, pareciera una propuesta positiva, no se midió si las autoridades educativas tienen la capacidad operativa para ejecutar este nuevo modelo y mucho menos se habló de una estrategia para preparar a los docentes.
Entonces, es importante conocer la viabilidad de las nuevas propuestas, y de la misma manera, hacer un llamado al Gobierno Federal para apostar por mejores condiciones y capacitaciones constantes para las y los profesores que forman a más de 29 millones de alumnas y alumnos en el nivel básico.
Es importante estar atentos a los materiales que llegan a las aulas y es igualmente relevante y necesario mejorar la educación pública del país, estoy convencido que esta es la mejor manera de reducir brechas y apostar por México, y los libros son una herramienta indispensable. #OpiniónCoparmex
Vicepresidente Nacional de Finanzas en Coparmex