El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante. Fue adoptado por 197 Partes en la COP21 en París, el 12 de diciembre de 2015 y entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.
Según la ONU hoy en día, 191 países (190 países más la Unión Europea), se han unido al Acuerdo de París siendo de los más importantes Estados Unidos y China porque son los dos principales emisores de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento del planeta ya que entre ambos emiten cerca del 40% del total.
El Acuerdo tiene como base cuatro pilares fundamentales: primero, estableció como objetivo mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C y fortalecer la cooperación para limitarlo a 1.5 °C.
Segundo, cada país, de acuerdo con sus capacidades, estableció sus medidas y objetivos de mitigación en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés).
Tercero, los países revisarían e incrementarían la ambición de las NDC cada cinco años; aunque en la última cumbre del clima realizada este año se acordó que esta evaluación se retrasará hasta el 2027.
Y cuarto, los países industrializados canalizarían anualmente 100 mil millones de dólares para apoyar el desarrollo de políticas, tecnologías e infraestructuras en el Sur Global.
Entre uno de los factores que contribuyó al retraso del cumplimiento de los objetivos que se fijaron las naciones fue el arribo de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos en 2017 pues desmanteló las políticas de mitigación establecidas en la administración de Barack Obama y retiró a los Estados Unidos del Acuerdo de Paris a pesar de que este país es el segundo emisor de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel global.
Si bien la Unión Europea —en particular Alemania y Francia— y China buscaron sostener el proceso internacional, no lograron restituir el financiamiento y la influencia diplomática de los Estados Unidos. Además de que la posición estadounidense facilitó el retroceso de otros países.
En este contexto, la llegada de Joe Biden a la presidencia de la Unión Americana en 2021 oxigenó las negociaciones internacionales y para muestra basta recordar que, en su primer día en la presidencia, Biden reincorporó a los Estados Unidos al Acuerdo de París y lanzó un ambicioso programa para lograr cero emisiones de GEI en el sector eléctrico para el 2035 y en todos los sectores en 2050.
Otra señal de buena disposición fue el nombramiento de Jhon Kerry —ex secretario de Estado y clave en la negociación del Acuerdo de París— como enviado Especial de la Presidencia para el Clima que ha reimpulsado la diplomacia estadounidense en el tema.
Por ejemplo, en abril del 2021, Biden convocó a los Jefes de Estado y de Gobierno de las cuarenta economías más poderosas a la Cumbre de Líderes sobre el Clima para catalizar la acción internacional rumbo a la COP26.
Pese a que Estados Unidos y China anunciaron en la COP26 en una declaración conjunta su compromiso para "reforzar las acciones climáticas" en la presente década, a fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, la reciente cumbre de Glasgow mostró que los objetivos de mantener el calentamiento global en 1.5 °C, con lo que implica una reducción del 45 % de las emisiones globales de GEI para el 2030, todavía están lejos de alcanzarse.
Preocupante, porque la ciencia nos ha dejado claro que un aumento de las temperaturas para finales de siglo podría suponer, entre otras cosas, un incremento del 62% de zonas calcinadas debido a incendios forestales en el hemisferio norte durante el verano, la pérdida del hábitat de un tercio de los mamíferos del mundo y períodos de sequías más frecuentes, de entre cuatro y diez meses. Si bien en los últimos días las cinco naciones que integran el Mercado Común del Sur (Mercosur) ratificaron la “plena implementación” del Acuerdo de París y el mes pasado se llevó a cabo en la ciudad escocesa de Glasgow la llamada COP26, o cumbre internacional sobre el cambio climático, el año cierra con algunas decepciones porque los objetivos para combatir el cambio climático se están retrasando.
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Dr. J. Hector Muñoz Escobar
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