Se acercan las festividades decembrinas y en muchas familias es común celebrar con pirotecnia, sin embargo, aunque este suele ser una tradición muy arraigada, es preciso comprender que se trata de una actividad perjudicial para el medio ambiente y para la salud.
Los fuegos artificiales están hechos de diferentes compuestos sumamente contaminantes como el perclorato de sodio, cobre, estroncio litio, antimonio magnesio, aluminio y otros metales pesados, que al momento de detonar libera monóxido de carbono y otro tipo de partículas suspendidas.
Junto con las demás emisiones generadas por la afluencia vehicular en esos días festivos, los contaminantes provenientes de la pirotecnia crean un ambiente con altos índices de polución que son fácilmente perceptibles por la escasa visibilidad y el olor a pólvora.
La quema de fuegos artificiales es una actividad por sí misma peligrosa, máxime cuando quienes los manejan son niños. Tan sólo en la Ciudad de México, de acuerdo con la Comisión de Protección Civil en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, los accidentes de quemaduras se incrementan en un 30% durante las fiestas decembrinas. Los daños pueden ir desde quemaduras leves hasta la amputación de dedos.
Los contaminantes emitidos durante su quema tienen graves consecuencias para la salud, ya que entran directamente al sistema respiratorio en grandes cantidades, pudiendo ser causa de enfermedades respiratorias y envenenamiento.
Asimismo, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), durante el mes de diciembre es común que aumenten los niveles de contaminación debido a este tipo de actividades, principalmente los días 24, 25 y 31 de diciembre, y el primero de enero.
Tan sólo mencionar que en diciembre de 2015 se activó la fase de Precontingencia Ambiental en la Ciudad de México, luego que se registraran más de 150 puntos IMECA.
La temporada de bajas temperaturas es un factor más que favorece el aumento de la contaminación, ya que la estabilidad atmosférica y el escaso movimiento del aire impiden su adecuada dispersión. De esta forma, los contaminantes se acumulan durante todo el día aumentando su concentración y los riesgos para la salud.
La quema de pirotecnia también es dañina para otras especies y ecosistemas. Detonar un cohete cerca de cuerpos de agua, como ríos y lagos, puede aumentar seriamente los niveles de contaminación, dañando microorganismos y a la fauna acuática. Asimismo, el ruido que emiten al explotar perturba a los animales, provocando que se vuelvan nerviosos e incluso violentos.
Por estas razones, la SEMARNAT insta a todos a evitar la quema de llantas y basura de cualquier tipo, encender fogatas y la utilización de fuegos artificiales, así como utilizar medios de transporte alternativos para recorridos cortos.
No se trata de eliminar todos los espectáculos de fuegos artificiales o prohibir su utilización, en muchas sociedades la pirotecnia se encuentra fuertemente vinculada con sus tradiciones y costumbres, sin embargo, sí podemos utilizarlos de forma más consciente y moderada, evitando daños al medio ambiente, a nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Festejemos sin dañar nuestro entorno.
Senador del PRI por Sinaloa
@AaronIrizar
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