Cómo casi todo México, lo celebramos, hoy después de 500 años tenemos por fin y por primera vez a una mujer a cargo de los destinos de nuestra nación. Eso se dice rápido, pero para el caso de nuestro país, esto es una conquista sin precedentes.
Porque no sólo llegó Claudia Sheinbaum, llegamos todas --como ella misma lo afirma—todas llegamos a una cita con la historia que teníamos ya muy pendiente y retrasada: llegamos todas juntas y juntos a la conquista de la igualdad sustantiva, una por la cual hay una larga lucha histórica que incluye a muchas mujeres valientes y guerreras, tal vez heroínas anónimas, mujeres de carne, hueso y nombre olvidado, con quienes todas las nuevas generaciones tenemos una deuda que no podemos ni debemos olvidar, entre ellas seguramente estarán sus madres o abuelas queridos lectores, y la mía también.
Además, tenemos hoy una Presidenta que en sus dos magníficos y elocuentes discursos del día de su toma de posesión rectificó -- entre muchas otras cosas muy importantes-- que la libertad de expresión seguiría siendo garantizada en este país, lo cual todos también aplaudimos y celebramos en tanto condición sine qua non de la construcción democrática que inició nuestro querido y monumental presidente Andres Manuel López Obrador con esta 4ª transformación de la vida pública nacional.
Sin embargo, un elemento imprescindible parece estarse introduciendo en las nuevas acciones del gobierno --además de la "absoluta libertad", incluida la de expresión-- y que es lo consignado en el artículo 6o de nuestra Constitución, ello es el derecho de las audiencias. Es decir el derecho de recibir información plural y veraz a la que todos los ciudadanos aspiramos y que es un derecho que no ha podido ser garantizado a toda su plenitud por el Estado y sus poderes.
Hoy los ciudadanos estamos comprendiendo cada vez con más claridad que tenemos un papel fundamental en la construcción de la patria libre, justa y democrática a la que hemos aspirado por muchas décadas. Desde el 2018, por fin pudimos empezar a mirar el final del largo y tortuoso túnel neoliberal a la que los representantes de la mafia que estuvo en el poder durante el prianato nos sometió por al menos 40 años.
Hace unos días, el intelectual y sociólogo Armando Bartra, nos recordó la importancia de los movimientos sociales como formas de acompañamiento a un gobierno que también necesita a una ciudadanía que le recuerde y acompañe en su responsabilidad de servir al interés público nacional.
Los ciudadanos convertidos desde hace muchos años en audiencias muy responsables y en lucha por nuestro derecho a la verdad en los contenidos de los medios masivos de comunicación, hoy seguimos clamando por este fundamental derecho humano. Como aquí quiero recordarlo, los Comunicadores del Pueblo llevamos ya muchos años – desde la consolidación de la Asociación de Radioescuchas de Radio Educación en 1984, pasando por los Comunicadores Ciudadanos en 2006 hasta los Comunicadores del Pueblo desde 2021—luchando por nuestro derecho a recibir a través de los medios de comunicación --hoy llamados convencionales--, información verdadera, diversa y plural sobre el mundo que nos rodea. Las concesiones de los medios de comunicación son atribución del Estado sujetas obligaciones claramente establecida en las leyes. Su cabalCimplimiento es parte de reconstruir nuestro derecho a la verdad. La próxima entrega estará dedicada específicamente al documento denominado “Lineamientos sobre el Derecho de las Audiencias” que el Instituto Federal de Telecomunicaciones nunca hizo cumplir. Y así hasta que logremos la completa democratización de los medios de comunicación en nuestro país. Vamos caminando hacia allá.