Bodecarne fue señalada en mayo del 2019 como una de las empresas controladas por Roberto Sandoval Castañeda y su familia. El que fuera gobernador de Nayarit (2011-2017) también tenía Iyari Alto Diseño Huichol, negocio de diseño de modas que igualmente desapareció repentinamente, como la inmobiliaria L-inmo y la asociación civil Valor y Principio de Dar, las cuatro bloqueadas por la Oficina de Control de Activos Financieros (OFAC, por sus siglas en inglés).
En México esos temas se manejan como información clasificada, bajo investigación, como si les diera vergüenza a los agentes y sus jefes sacar los trapos sucios al sol. La ficha liberada en mayo del 2019 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos indica que Roberto Sandoval Castañeda, nacido el 5 de noviembre de 1969, aceptó sobornos de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ligan al que también fuera alcalde de Tepic (2008-2011) con Héctor Beltrán Leyva, quien murió en prisión en noviembre del 2018. Y con Raúl Flores Hernández, alias El Tío, líder de una organización de traficantes de drogas que lleva su apellido como identificación.
Como cómplices, señala el gobierno de Estados Unidos, actuaron su hijo Pablo Roberto Sandoval López (nacido el 1 de julio de 1992), su hija Lidy Alejandra (8 de octubre de 1989), y su esposa, Ana Lilia López Torres (25 de agosto de 1965).
Ayer por la mañana, cuando comenzaban a abrir las casillas, comenzó a circular entre las redacciones la noticia de que el exgobernador y su hija habían sido atrapados en Linares, Nuevo León, en la madrugada. Las autoridades informaron que durante ocho meses realizaron trabajos de investigación y lograron identificar al menos 40 domicilios en Nayarit, Jalisco, Nuevo León, Estado de México y la Ciudad de México.
El operativo se llevó a cabo en coordinación con integrantes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la FGR, Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, informaron desde el gobierno, escuetamente.
Mientras redactaba este texto, ningún representante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) había salido a defender al político que ligan con operaciones ilícitas y negocios con los narcotraficantes abiertamente desde Estados Unidos.
“Roberto Sandoval Castañeda, quien enfrenta múltiples investigaciones en México, ha ocupado numerosos cargos públicos en su estado natal de Nayarit”, recuerda el Departamento del Tesoro de EU. “Sandoval Castañeda se apropió indebidamente de activos estatales y recibió sobornos de organizaciones de narcotráfico, incluido el CJNG, a cambio de información y protección. Además, Sandoval Castañeda aceptó sobornos de la Organización Beltrán Leyva (...) también tiene vínculos con la Organización Flores y su líder, Raúl Flores Hernández, a quien la OFAC identificó como importantes narcotraficantes extranjeros”.
Lo que resulta increíble al hablar de este arresto, es que pasamos ayer por un proceso electoral en donde hay señalamientos directos de que algunos políticos están directamente relacionados con el crimen organizado, como se acusa en San Luis Potosí, uno de ellos incluso figura en la lista de los más buscados de la DEA, el caso de Michoacán, y al final, ganen o pierdan, siguen tomando el control de sus áreas de influencia desatando temor y lanzando amenazas. Mientras, los que dicen gobernar continúan indiferentes ante lo que podría ser una respuesta directa y satisfactoria a las exigencias de la sociedad harta de estos abusos. Pueblo bueno que luego se preguntará por qué no le advirtieron que iba a votar por un narco.