El señor Felipe Ferra Gómez se hizo famoso en el año 2008. La popularidad vino con una publicación en youtube que tiene más de 32 millones de vistas. Felipe F. G., alias el Ferras, nos platica su posible participación en un homicidio. Aquí los primeros puntos: ¿Qué hace una persona relatando un posible delito ante las cámaras de televisión? ¿Por qué la policía presenta una persona ante los reporteros y no al ministerio público? y ¿Cómo el relato de un probable ilícito tiene más visitas que muchos artistas juntos?
Este caso nos pinta de cuerpo entero el viejo sistema de enjuiciamiento penal. Tenemos una policía que trata de resolver un asunto, colocando al imputado ante las cámaras de televisión y dejar que los tribunales mediáticos hagan la tarea, sin embargo, el video causó más de 32 millones de visitas en internet, tal vez por la narrativa y la honesta aceptación de la pena. La persona que declara no trata de evadir los hechos ni las consecuencias del evento delictivo, él nos dijo: lo pago. Tiempo más adelante, la promesa de pago se vio rota, pues el Ferras escapó del penal -otro ejemplo de las deficiencias del sistema- y una vez recapturado el asunto siguió en tribunales.
Las fiscalías, en el viejo sistema, tenían la obligación de presentar su acusación final en un documento llamado conclusiones, pues bien, el ministerio público no las presentó a tiempo. Dicho en otras palabras: la fiscalía no acusó al señor Ferra Gómez de delito alguno. Un tribunal federal ordenó la libertad del Ferras por esta razón. Lo anterior no es un formalismo o un tecnicismo para que las personas acusadas de algún delito obtengan su libertad. Imagine usted que no hubiera límite para que el fiscal afinara la acusación en su contra o pudiera realizarla varias veces. En el nuevo sistema penal esto sería más elocuente, pues se vería el video con la defensa presente y la silla del ministerio público vacía. Sin embargo, la mayoría de la Primera Sala de la Corte decidió que el señor Felipe Ferra Gómez debía seguir su proceso penal.
Este caso es una tragedia que todavía no encuentra el final. Un tribunal federal volvió al estudio del caso y ordenó excluir la declaración del señor Ferra Gómez y otras pruebas. Mientras se hace más grande la montaña de papel que obra en contra del Ferras, el video sigue circulando. Lo anterior para recordarnos que todo empezó con una policía más preocupada por las cámaras que por el ministerio público; y una fiscalía que no puede presentar las cosas a tiempo. Nadie sabrá que sucedió en este caso a pie juntillas, la confesión del Ferras era la prueba más sólida, de los expedientes en versión pública no se aprecia un mínimo de investigación. Lo anterior nos regresa al problema del viejo sistema, en éste la policía y el ministerio público desean una confesión y una condena. No desean esclarecer los hechos sino generar condenas, incluso con métodos incorrectos.
El Ferras nos dijo que el delito lo pagaría. Esto se sigue discutiendo en los tribunales ¿Cómo alguien habría de pagar hechos que no están claros? ¿Por qué debería pagar si no existe una acusación que diga cuál es la deuda con la sociedad? Cualquier resultado que incomode a la fiscalía de Veracruz es responsabilidad del ministerio público y la policía, mismos que se niegan a decir: lo pago o aceptar responsabilidad alguna sobre la seguridad de nosotros los ciudadanos.
Dr. en Derecho