/ viernes 2 de diciembre de 2022

El mal mundial 

Si uno no estudia, no hace la tarea y no atiende a clases, es muy difícil que se obtenga una buena calificación, aunque se estudie un día antes y te apliques para el examen.

Así le paso a México, todo el mundo sabía que teníamos un entrenador mediocre, sin pasión, abúlico (falta de voluntad y energía para hacer algo), que nunca tuvo un momento de lucidez, tolerado de una forma insensata por la Federación Mexicana de Futbol (FMF) a la cual le importa un carajo la afición y el desarrollo futbolístico, y que solo tiene interés en los partidos en Estados Unidos, ¿alguien se puede sorprender del resultado?

Mención aparte merecen todos los jugadores; bravo por los muchachos que mostraron garras, convicción y ganas de triunfar, pero que fueron abandonados por una federación mercachifle y de integridad muy cuestionable. Nuestro desprecio a la FMF que solo se dedicó a vender partidos sin importarle este resultado, que era más que predecible.

El mundial en sí da de qué hablar, es el primero en el que se obtienen más ingresos por apuestas que por derechos de emisión; si la mayor derrama económica ahora es por apuestas, pues con razón nos explicamos las sorpresas rompe quinielas. Además de la farsa, vergüenza de la FIFA, que sigue insistiendo en abrir una sanción a México por el supuesto grito homofóbico que ya nadie lo considera así, cuando organiza un mundial en un país donde el futbol no pinta y es un delito la homosexualidad ¿con qué autoridad moral se atreve?, ¿qué debemos de entender, que no somos homofóbicos, somos pobres?; ¿y si invirtiéramos como los cataríes, a lo mejor la FIFA no tendría tanto prurito? Es un mundial que ha puesto el acento en lo peor de la humanidad, apuestas, mercantilismo, exclusión, frivolidad, doble moral y cinismo.

No faltará algún extraviado oportunista que quiera subir un punto de acuerdo en la Cámara de Senadores o Diputados sobre algún pronunciamiento referente al desempeño de México; si no lo hicieron antes, es una hipocresía, una impostura, ya que todo el mundo veía venir algo así, ¿por qué esperar hasta estos tristes resultados para tratar de tener un mínimo de atención?

Sin duda el futbol, pero sobre todo la pasión que provoca en personas y naciones, es una de las expresiones más bellas del deporte. Es una verdadera lástima que todo esto se vea manchado por ambiciones, voracidades e indolencias como el de la FMF y la FIFA, cuando podría ser una fuerza de transformación y mejora de la humanidad; en las escuelas hemos visto el impacto que puede tener el futbol, para aprender integridad, trabajo en equipo, solidaridad, a ganar y perder, a manejar la frustración y muchas otras cosas.

Hay casos históricos como es el caso de la tregua de navidad de 1914 en la Primera Guerra Mundial donde soldados que se mataban entre sí, pasaron de dispararse a jugar futbol y convivir en paz por unas horas. Es una lástima que toda esta emoción, toda esta fuerza de transformación esté en las manos de los mercaderes del templo; es urgente que Martino aclare si realmente vivió en México durante su gestión en la selección, si tuvo presiones para seleccionar a algunos jugadores, que la Federación aclare a dónde va el dinero de los partidos en el extranjero y por qué, ante los pésimos resultados, no se hizo nada; urge una renovación ética de la FIFA y en general, todo esto hace un mal mundial. XXX Twitter: @LuisH_Fernandez

Si uno no estudia, no hace la tarea y no atiende a clases, es muy difícil que se obtenga una buena calificación, aunque se estudie un día antes y te apliques para el examen.

Así le paso a México, todo el mundo sabía que teníamos un entrenador mediocre, sin pasión, abúlico (falta de voluntad y energía para hacer algo), que nunca tuvo un momento de lucidez, tolerado de una forma insensata por la Federación Mexicana de Futbol (FMF) a la cual le importa un carajo la afición y el desarrollo futbolístico, y que solo tiene interés en los partidos en Estados Unidos, ¿alguien se puede sorprender del resultado?

Mención aparte merecen todos los jugadores; bravo por los muchachos que mostraron garras, convicción y ganas de triunfar, pero que fueron abandonados por una federación mercachifle y de integridad muy cuestionable. Nuestro desprecio a la FMF que solo se dedicó a vender partidos sin importarle este resultado, que era más que predecible.

El mundial en sí da de qué hablar, es el primero en el que se obtienen más ingresos por apuestas que por derechos de emisión; si la mayor derrama económica ahora es por apuestas, pues con razón nos explicamos las sorpresas rompe quinielas. Además de la farsa, vergüenza de la FIFA, que sigue insistiendo en abrir una sanción a México por el supuesto grito homofóbico que ya nadie lo considera así, cuando organiza un mundial en un país donde el futbol no pinta y es un delito la homosexualidad ¿con qué autoridad moral se atreve?, ¿qué debemos de entender, que no somos homofóbicos, somos pobres?; ¿y si invirtiéramos como los cataríes, a lo mejor la FIFA no tendría tanto prurito? Es un mundial que ha puesto el acento en lo peor de la humanidad, apuestas, mercantilismo, exclusión, frivolidad, doble moral y cinismo.

No faltará algún extraviado oportunista que quiera subir un punto de acuerdo en la Cámara de Senadores o Diputados sobre algún pronunciamiento referente al desempeño de México; si no lo hicieron antes, es una hipocresía, una impostura, ya que todo el mundo veía venir algo así, ¿por qué esperar hasta estos tristes resultados para tratar de tener un mínimo de atención?

Sin duda el futbol, pero sobre todo la pasión que provoca en personas y naciones, es una de las expresiones más bellas del deporte. Es una verdadera lástima que todo esto se vea manchado por ambiciones, voracidades e indolencias como el de la FMF y la FIFA, cuando podría ser una fuerza de transformación y mejora de la humanidad; en las escuelas hemos visto el impacto que puede tener el futbol, para aprender integridad, trabajo en equipo, solidaridad, a ganar y perder, a manejar la frustración y muchas otras cosas.

Hay casos históricos como es el caso de la tregua de navidad de 1914 en la Primera Guerra Mundial donde soldados que se mataban entre sí, pasaron de dispararse a jugar futbol y convivir en paz por unas horas. Es una lástima que toda esta emoción, toda esta fuerza de transformación esté en las manos de los mercaderes del templo; es urgente que Martino aclare si realmente vivió en México durante su gestión en la selección, si tuvo presiones para seleccionar a algunos jugadores, que la Federación aclare a dónde va el dinero de los partidos en el extranjero y por qué, ante los pésimos resultados, no se hizo nada; urge una renovación ética de la FIFA y en general, todo esto hace un mal mundial. XXX Twitter: @LuisH_Fernandez

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