/ domingo 11 de julio de 2021

El Ministro Presidente

En un día sin precedentes, pues un total de 35 abogadas rindieron protesta como Magistradas de Circuito, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, sostuvo que: “No es nada nuevo decir que llegan ustedes a este cargo tan trascendente en un momento por demás conflictivo en la vida política y social de nuestro país; llegan ustedes en una sociedad polarizada… [que] exige un mayor compromiso de las juezas y los jueces, porque, sin duda, se enfrentan a tensiones de todo tipo, no sólo provenientes de los poderes institucionalizados, sino también de los poderes fácticos, mediáticos y económicos”.

Se trata de un diagnóstico que, si bien realista, no deja de ser alarmante sobre todo viniendo de la cabeza del Poder Judicial de la Federación y quien cuenta con las atribuciones suficientes y obligadas para denunciar y perseguir esas presiones ilegales y fraudulentas.

Con sus palabras, el ministro Arturo Zaldívar demuestra sensibilidad y conocimiento de la gravedad que enfrenta el país entero, ante lo cual advierte: “El blindaje frente a cualquier presión o tensión externa será siempre la independencia judicial, pero la independencia judicial parte del presupuesto de que quien la ostenta sea digno de ella, que sea una persona juzgadora honorable, honesta e imparcial. Sin independencia judicial no hay estado de derecho y sin estado de derecho no hay democracia”.

Sus dichos son verdades de a kilo que, de ser llevadas a la práctica [como estoy seguro de que sucederá], el país contará con un Poder Judicial aliado de la Constitución, de la democracia y del bien público.

Las palabras del Ministro Presidente tienen lugar en el contexto de la pretensión inconstitucional de ampliar su período al frente del Máximo Tribunal por medio del artículo transitorio de una ley federal, por lo que confirman la impresión que muchos tenemos de Arturo Zaldívar: se trata de un juzgador honorable, honesto e imparcial, que no se dejará presionar ni podrá en duda la independencia judicial, por lo que de ninguna forma apoyará ni se beneficiará de un acto inconstitucional e inmoral como sería ampliar su periodo al frente de la Corte.

Con ello, por unanimidad el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no permitirá que otro poder pretenda menoscabar sus atribuciones y con la Constitución en la mano, dará lugar a que en diciembre de 2022 las y los once ministros elijan al o la sucesora del ministro Arturo Zaldívar, quien pasará a la historia no solo judicial, sino de la democracia en México como un demócrata que no se dejó influenciar y cumplió al pie de la letra con su deber y misión patriótica.

Para tomar la batuta de la reforma judicial, el Pleno de la Corte cuenta con mujeres y hombres dignos a la altura de las difíciles circunstancias que enfrenta el país. Una de ellas es la abogada egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM, Yasmin Esquivel Mossa, poseedora de una amplia experiencia y trayectoria en el Poder Judicial.

Después de todo, no existe mejor vía de entendimiento en una sociedad que el acatamiento y cumplimiento de la ley.

En un día sin precedentes, pues un total de 35 abogadas rindieron protesta como Magistradas de Circuito, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, sostuvo que: “No es nada nuevo decir que llegan ustedes a este cargo tan trascendente en un momento por demás conflictivo en la vida política y social de nuestro país; llegan ustedes en una sociedad polarizada… [que] exige un mayor compromiso de las juezas y los jueces, porque, sin duda, se enfrentan a tensiones de todo tipo, no sólo provenientes de los poderes institucionalizados, sino también de los poderes fácticos, mediáticos y económicos”.

Se trata de un diagnóstico que, si bien realista, no deja de ser alarmante sobre todo viniendo de la cabeza del Poder Judicial de la Federación y quien cuenta con las atribuciones suficientes y obligadas para denunciar y perseguir esas presiones ilegales y fraudulentas.

Con sus palabras, el ministro Arturo Zaldívar demuestra sensibilidad y conocimiento de la gravedad que enfrenta el país entero, ante lo cual advierte: “El blindaje frente a cualquier presión o tensión externa será siempre la independencia judicial, pero la independencia judicial parte del presupuesto de que quien la ostenta sea digno de ella, que sea una persona juzgadora honorable, honesta e imparcial. Sin independencia judicial no hay estado de derecho y sin estado de derecho no hay democracia”.

Sus dichos son verdades de a kilo que, de ser llevadas a la práctica [como estoy seguro de que sucederá], el país contará con un Poder Judicial aliado de la Constitución, de la democracia y del bien público.

Las palabras del Ministro Presidente tienen lugar en el contexto de la pretensión inconstitucional de ampliar su período al frente del Máximo Tribunal por medio del artículo transitorio de una ley federal, por lo que confirman la impresión que muchos tenemos de Arturo Zaldívar: se trata de un juzgador honorable, honesto e imparcial, que no se dejará presionar ni podrá en duda la independencia judicial, por lo que de ninguna forma apoyará ni se beneficiará de un acto inconstitucional e inmoral como sería ampliar su periodo al frente de la Corte.

Con ello, por unanimidad el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no permitirá que otro poder pretenda menoscabar sus atribuciones y con la Constitución en la mano, dará lugar a que en diciembre de 2022 las y los once ministros elijan al o la sucesora del ministro Arturo Zaldívar, quien pasará a la historia no solo judicial, sino de la democracia en México como un demócrata que no se dejó influenciar y cumplió al pie de la letra con su deber y misión patriótica.

Para tomar la batuta de la reforma judicial, el Pleno de la Corte cuenta con mujeres y hombres dignos a la altura de las difíciles circunstancias que enfrenta el país. Una de ellas es la abogada egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM, Yasmin Esquivel Mossa, poseedora de una amplia experiencia y trayectoria en el Poder Judicial.

Después de todo, no existe mejor vía de entendimiento en una sociedad que el acatamiento y cumplimiento de la ley.

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