En el origen del homenaje a la madre destacan las ideas de la Eva Universal concebida por Herman Hesse en su novela “Demian”, donde el personaje Emil Sinclair representa el esfuerzo de reconstruir a la sociedad mundial después de la hecatombe de una guerra que estuvo a punto de dar al traste con el esfuerzo de siglos de la Humanidad Sinclair.
Es así el símbolo viviente de lo que somos y debemos ser en un universo donde la Eva Universal es la fuerza y la voluntad, la decisión consciente de engendrar lo Eterno y que no tiene principio ni tampoco fin.
Póngasele el nombre que se quiera a este poder creador, renovador y transformador. Es un espacio en el que únicamente está la eterna e intemporal fuerza creadora. Lo evidente es que el hombre recobra su parte de Eternidad y la cual es el Todo Universal para integrarse al Destino del Cosmos o carece de sentido lo que somos y aspiramos a ser. Tal es la Eva Universal y la Madre Eterna. Tal es el origen del homenaje a ella.
Rendirle culto a la madre en cualquier lugar de nuestro mundo es reconocer al planeta en el que vivimos y convivimos la luz que era para los griegos el punto de partida y de llegada de la vida. Es lo que llamamos Dios.