Se asoma una nueva suerte de revolución en las redes sociales, concretamente en las dos que más seguidores tienen y mayor polémica han generado, una de ellas es Twitter, donde expresamos ideas en un máximo de 240 caracteres, además de colocar imágenes y video.
La otra es Facebook, donde tenemos la opción de hacer algo similar, además de podernos extender en textos mucho más largos, a los que podemos incluir decenas de fotografías y videos y que en fechas recientes, se nos había planteado como punto de partida del llamado “Metaverso”, que vendrá a ser una suerte de segundo plano de realidad virtual, respecto al que no se le han presentado al público las características y funcionalidades que tendrá.
Por ahora, lo que más ha llamado la atención, es que Elon Musk, el multimillonario, fundador de Tesla, SpaceX y muchas otras empresas de vanguardia, adquiriera Twitter, por un precio de 44 mil millones de dólares, adquisición que debió llegar a tribunales, al no haber tenido en principio la transparencia necesaria sobre el número de usuarios verdaderos y los falsos, aquellos que solemos llamar bots, que son utilizados para atacar en la red, esparciendo maldiciones, amenazas e insultos y contando con apenas unos cuantos seguidores, nombres apócrifos y en muchos casos, incluso sin fotografía.
Musk, habla de transformaciones a Twitter, para que esta red social deje de ser el gran semillero de expresión de odio en el que hasta la fecha se ha vuelto, por lo que, entre otras cosas, ha dicho que por un lado respetará la libre expresión de las ideas, pero dejaría que quienes ejerzan tal derecho, se vean agredidos y amenazados.
Ante una idea tal, se pensaba que quizá se le regresara su cuenta al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien se le suspendió después de haber incitado a la toma del Capitolio por una multitud el pasado 6 de enero del 2021, algo que él mismo rechaza y afirma que seguirá haciendo uso de su propia red.
Lo que deberemos ver, es si cambia el uso del algoritmo de la red, que ha llevado a que usuarios que tienen incluso millones de seguidores, no pueden ser vistos más que por una centésima o incluso milésima parte de estos y se vean obligados a pagar pauta para llegar a un público más extenso. Lo legítimo, sería que cada quien pueda llegar al público que le corresponde en función de su papel en las redes y solo pautar por aquello que vaya más allá o bien sea más específico.
Además de lo de Twitter, está el caso de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, cuyo corporativo, ahora llamado Meta, perdió más de 85 mil millones de dólares en un solo día, por el desplome del precio de sus acciones, lo que representa casi el 25% del valor de cotización de sus títulos, principalmente por la caída de los ingresos de la compañía al cierre del tercer trimestre del 2022, lo que implicará serios replanteamientos para la empresa y por supuesto para las redes sociales.
Finalmente recordemos que “para perderlos, hay que tenerlos”
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