/ miércoles 3 de enero de 2024

En 2024 podemos corregir el rumbo de México

Siempre habrá motivos para festejar un año nuevo y el 2024 no será la excepción. Cada 1 de enero a todos nos nace la esperanza de un nuevo inicio. Durante mis andanzas en Estados Unidos conformando comités migrantes y promoviendo el voto en el extranjero, conocí a Raúl y a su hermano Javier, originarios de Guerrero.

Ellos mantienen una costumbre que aprendieron desde niños: heredarse la ropa que usaban. De pequeños, Raúl y Javier compartían todo, ya que de esa manera ayudaban a sus padres a soportar la maltrecha economía familiar, sobre todo en las fiestas de fin de año. Camisas desgastadas, pantalones parchados y zapatos con hoyos en las suelas… Todo lo intercambiaron en alguna etapa de su niñez.

Actualmente, Raúl y Javier trabajan en una empresa de construcción en Chicago y, gracias a que siempre han buscado un nuevo comienzo, ya coordinan flotillas de trabajadores que construyen edificios en la “ciudad de los vientos”. Raúl y Javier, así como todos los mexicanos que radican en el extranjero, hoy festejan el año nuevo lejos de su tierra, pero con una nueva esperanza en sus corazones: saben que este 2024 pueden ayudar a corregir el rumbo de México con su participación, porque han construido lo más importante que tenemos los mexicanos: lazos de hermandad que trascienden fronteras.

El 2023 fue un año muy complicado por varios sucesos que convulsionaron no sólo a las relaciones diplomáticas globales sino a aspectos muy importantes como la migración. Por ejemplo, el resurgimiento del conflicto armado entre Israel y Palestina prendió las alarmas a nivel internacional, ampliando drásticamente el número de personas que solicitaron refugió en otros países. (No olvidemos que, al mismo tiempo, en Rusia y Ucrania viven su propio infierno bélico que ha obligado a que millones de personas escapen de esta cruda realidad.) O qué podemos decir de los estragos provocados por la naturaleza como el huracán Otis que desbastó parte del estado de Guerrero, sobre todo al Puerto de Acapulco.

Este huracán generó una migración interna en México poco vista en nuestro país, además, motivó la solidaridad de nuestros paisanos que ayudaron con sus remesas a la reconstrucción de su tierra. Finalmente, no podemos dejar de hablar de las caravanas migrantes provenientes de Centro y Sudamérica, las cuales son cada vez más numerosas y han agravado como nunca antes la situación migratoria en la frontera entre Estados Unidos y nuestro país.

Ante este panorama, ¿qué hicieron en el 2023 los gobiernos de Estados Unidos y México para atender la migración? Joe Biden no logró empujar el tema migratorio en las prioridades legislativas de su país, mientras que las iniciativas de reformas migratorias que se discutían en el Congreso, y que ayudarían a millones de dreamers y trabajadores agrícolas, quedaron fuera del presupuesto para el 2023. Por su parte, en México se recortó 26% el presupuesto para la atención de mexicanos en el extranjero. (Esta reducción afectó a la asistencia consular, a través de la cual nuestros paisanos que viven sobre todo en Estados Unidos acceden a matriculas, pasaportes, actas de nacimiento, así como orientación laboral, judicial y para obtener la credencial del INE.)

Si a esta tibieza de Biden y López Obrador, enmarcada con apenas unas cuantas llamadas telefónicas para “atender” el tema migratorio, le sumamos la dureza con la que los estados de Florida y Texas han empujado dos de las leyes más duras en la Unión Americana que criminalizan a los migrantes, podemos entender un poco la cruda realidad a la que se enfrentan nuestros paisanos.

No obstante a este difícil panorama, el 2024 es un nuevo inicio y la esperanza de tener un mejor país en el que nuestros paisanos que radican en el extranjero sean uno de sus pilares más fuertes, renace también en el “estado 33”. Me explico. La precandidata a la presidencia de la república, Xóchitl Gálvez Ruiz, ha visitado a nuestros paisanos que radican en Estados Unidos y en su mensaje les ha hablado de que nuestro país es una nación de 170 millones de mexicanos dividida sólo por un río y que es imperante sumarlos a la visión de un gran proyecto. En este sentido, el 18 de diciembre de 2023 en el marco de la conmemoración del Día Internacional del Migrante, presentamos el libro México: La gran nación transnacional. En el prólogo de este libro, Xóchitl Gálvez nos dice que “es hora de construir un proyecto basado en el amor, en el entendimiento y en el bien común”. Y los millones de mexicanos en el extranjero son parte del “proyecto”.

El 2023 se fue y con él cinco años de incertidumbre, temor y rabia provocada por la cerrazón de un gobierno federal que no camina. Hoy el clamor generalizado en nuestro país es el de construir puentes que nos ayuden a recuperar la hermandad. La misma que Raúl y Javier viven desde niños y que todos los mexicanos la hemos vivido desde nuestra propia realidad. Es momento de participar desde cualquier rincón en el mundo que nos encontremos y comenzar a corregir el rumbo de México.

Somos un país que vive y sufre los efectos de la migración en todas sus vertientes y su efecto lo vemos en cada aspecto social. Nuestros paisanos son, indudablemente, parte de la gran nación transnacional mexicana y levantan la mano para hacer que su sudor diario se traduzca en el cambio histórico que, estoy seguro, provocaremos en México a partir del próximo 2 de junio de este 2024.

Coordinador Nacional de Acción Migrante

Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional

Siempre habrá motivos para festejar un año nuevo y el 2024 no será la excepción. Cada 1 de enero a todos nos nace la esperanza de un nuevo inicio. Durante mis andanzas en Estados Unidos conformando comités migrantes y promoviendo el voto en el extranjero, conocí a Raúl y a su hermano Javier, originarios de Guerrero.

Ellos mantienen una costumbre que aprendieron desde niños: heredarse la ropa que usaban. De pequeños, Raúl y Javier compartían todo, ya que de esa manera ayudaban a sus padres a soportar la maltrecha economía familiar, sobre todo en las fiestas de fin de año. Camisas desgastadas, pantalones parchados y zapatos con hoyos en las suelas… Todo lo intercambiaron en alguna etapa de su niñez.

Actualmente, Raúl y Javier trabajan en una empresa de construcción en Chicago y, gracias a que siempre han buscado un nuevo comienzo, ya coordinan flotillas de trabajadores que construyen edificios en la “ciudad de los vientos”. Raúl y Javier, así como todos los mexicanos que radican en el extranjero, hoy festejan el año nuevo lejos de su tierra, pero con una nueva esperanza en sus corazones: saben que este 2024 pueden ayudar a corregir el rumbo de México con su participación, porque han construido lo más importante que tenemos los mexicanos: lazos de hermandad que trascienden fronteras.

El 2023 fue un año muy complicado por varios sucesos que convulsionaron no sólo a las relaciones diplomáticas globales sino a aspectos muy importantes como la migración. Por ejemplo, el resurgimiento del conflicto armado entre Israel y Palestina prendió las alarmas a nivel internacional, ampliando drásticamente el número de personas que solicitaron refugió en otros países. (No olvidemos que, al mismo tiempo, en Rusia y Ucrania viven su propio infierno bélico que ha obligado a que millones de personas escapen de esta cruda realidad.) O qué podemos decir de los estragos provocados por la naturaleza como el huracán Otis que desbastó parte del estado de Guerrero, sobre todo al Puerto de Acapulco.

Este huracán generó una migración interna en México poco vista en nuestro país, además, motivó la solidaridad de nuestros paisanos que ayudaron con sus remesas a la reconstrucción de su tierra. Finalmente, no podemos dejar de hablar de las caravanas migrantes provenientes de Centro y Sudamérica, las cuales son cada vez más numerosas y han agravado como nunca antes la situación migratoria en la frontera entre Estados Unidos y nuestro país.

Ante este panorama, ¿qué hicieron en el 2023 los gobiernos de Estados Unidos y México para atender la migración? Joe Biden no logró empujar el tema migratorio en las prioridades legislativas de su país, mientras que las iniciativas de reformas migratorias que se discutían en el Congreso, y que ayudarían a millones de dreamers y trabajadores agrícolas, quedaron fuera del presupuesto para el 2023. Por su parte, en México se recortó 26% el presupuesto para la atención de mexicanos en el extranjero. (Esta reducción afectó a la asistencia consular, a través de la cual nuestros paisanos que viven sobre todo en Estados Unidos acceden a matriculas, pasaportes, actas de nacimiento, así como orientación laboral, judicial y para obtener la credencial del INE.)

Si a esta tibieza de Biden y López Obrador, enmarcada con apenas unas cuantas llamadas telefónicas para “atender” el tema migratorio, le sumamos la dureza con la que los estados de Florida y Texas han empujado dos de las leyes más duras en la Unión Americana que criminalizan a los migrantes, podemos entender un poco la cruda realidad a la que se enfrentan nuestros paisanos.

No obstante a este difícil panorama, el 2024 es un nuevo inicio y la esperanza de tener un mejor país en el que nuestros paisanos que radican en el extranjero sean uno de sus pilares más fuertes, renace también en el “estado 33”. Me explico. La precandidata a la presidencia de la república, Xóchitl Gálvez Ruiz, ha visitado a nuestros paisanos que radican en Estados Unidos y en su mensaje les ha hablado de que nuestro país es una nación de 170 millones de mexicanos dividida sólo por un río y que es imperante sumarlos a la visión de un gran proyecto. En este sentido, el 18 de diciembre de 2023 en el marco de la conmemoración del Día Internacional del Migrante, presentamos el libro México: La gran nación transnacional. En el prólogo de este libro, Xóchitl Gálvez nos dice que “es hora de construir un proyecto basado en el amor, en el entendimiento y en el bien común”. Y los millones de mexicanos en el extranjero son parte del “proyecto”.

El 2023 se fue y con él cinco años de incertidumbre, temor y rabia provocada por la cerrazón de un gobierno federal que no camina. Hoy el clamor generalizado en nuestro país es el de construir puentes que nos ayuden a recuperar la hermandad. La misma que Raúl y Javier viven desde niños y que todos los mexicanos la hemos vivido desde nuestra propia realidad. Es momento de participar desde cualquier rincón en el mundo que nos encontremos y comenzar a corregir el rumbo de México.

Somos un país que vive y sufre los efectos de la migración en todas sus vertientes y su efecto lo vemos en cada aspecto social. Nuestros paisanos son, indudablemente, parte de la gran nación transnacional mexicana y levantan la mano para hacer que su sudor diario se traduzca en el cambio histórico que, estoy seguro, provocaremos en México a partir del próximo 2 de junio de este 2024.

Coordinador Nacional de Acción Migrante

Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional

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