A partir de hoy y hasta que caiga el telón de Rusia 2018, será un gusto estar con ustedes a través de En La Cancha Mundialista. Desagradable es comenzar con el abucheo a la Selección Mexicana durante su adiós en el estadio Azteca. Cada cuatro años es lo mismo, sin importar quien juegue o quien dirija. Nunca hay comunión ni satisfacción con el Tricolor; y aquellos que le abuchearon, seguramente irán a festejar al Ángel cuando llegué el resultado en el Mundial. Este equipo, cada vez que juega en el Coloso de Santa Úrsula, es como si fuera al batallón de fusilamiento, lo que ha creado un divorcio entre jugadores y sus aficionados.
Detalle
En despedidas anteriores, los jugadores y cuerpo técnico permanecían un tiempo sobre la cancha una vez terminado el partido, pero esta vez fue salir corriendo a los vestidores para evitar más conflictos innecesarios. Muchas veces me pregunto qué se quiere de la Selección. Los resultados ahí están, hay buen porcentaje. En juego no todo ha sido malo, sin embargo, el estigma de rotaciones ha permeado fuerte y ha dado lugar a ese “Anti Osorismo” que vivimos a unos días de que México debuté en el Mundial.
Misma Historia
Todos somos técnicos nacionales. Todos sabemos a quién poner, a quién convocar, cómo jugar, y demás. En México hay millones de directores técnicos. Por ejemplo, Argentina sufrió y nunca se habló de quitar a Jorge Sampaoli cuando llegó por Edgardo Bauza. Bélgica, llamado a dar la sorpresa, no da grandes resultados y nadie habla de quitar a Roberto Martínez. Alemania no ha lucido en sus juegos de preparación y nadie pide la cabeza de Joachim Löw.
En México, el fanatismo va más allá del análisis frío y objetivo. Devastar y rompernos la madre entre nosotros es un objetivo que siempre se supera, pero el de apoyarse y crecer nunca se da en conjunto.
Lo mejor
Para el Tricolor es salirse del entorno y trabajar en la tranquilidad de Copenhague, con un juego incluido por los próximos nueve días antes de tocar base en tierras mundialistas. Siempre ha sido la mejor receta, y a final de cuentas se han hecho buenos Mundiales, faltando sólo dar el estirón a lo que todos sabemos. México ha estado cerca de ese salto de calidad. Creo que esta generación no los puede dar, más allá de lo que ha sucedido en los últimos amistosos, en los que a nadie le ha gustado nada.
Para qué
Pedir la cabeza de Juan Carlos Osorio a estas alturas del camino es irreal.
La pueden pedir, la pueden querer en bandeja de plata, pero esto no es posible. Se clasificó con calma, se han tenido buenos momentos, pero ese accidente contra Chile, y lo de Alemania en la Copa Confederaciones, dieron lugar a esta animadversión generalizada que parece no tener fin.
Pero ya en el Mundial veremos si con resultados aquellos que abuchearon se suban al tren de la victoria, tal y como siempre sucede, No estoy descubriendo el hilo negro.
Pregunta:
¿Los abucheos se transformarán
en aplausos?
HASTA EL PRÓXIMO SILBATAZO
Comentarios: fschwartz@oem.com.mx. Twitter: @fersch_4
PD: La hemeroteca y la videoteca mostrarán que no miento